Mark y Jeremy creen ser muy diferentes, uno es oficinista, el otro músico experimental, uno ama leer sobre Napoleón, el otro solo recuerda a Mr. Nice, pero en el fondo no pueden ser más parecidos, ambos doblan las reglas continuamente ( Mark se siente culpable de hacerlo, por lo que su vida está llena de arrepentimiento), no son buenas personas, no son exactamente justos, pero tienen algo que nadie puede quitarles: su amistad.
La serie narra todo desde el punto de vista de Mark o Jeremy, su trabajo, sus pasatiempos, sus conquistas, sus ideales, sus comentarios en situaciones que van desde el consumo de drogas hasta la religión. Además cuentan con un grupo de secundarios brillantes como:

Super Hanz: Amigo de Jeremy, su contacto underground y publicidad anti drogas caminante. Cree que el secreto de la felicidad reside en tener una camioneta Van.
Johnson: Jefe e ídolo de Mark, capitalista salvaje y fanático del Windows Vista.
Big Suze: Ex novia de Jeremy (típica "posh").
Sophie: Interés romántico de Mark, receptáculo de todas sus neurosis.
Jeff: Némesis de Mark. Ambos compiten por Sophie, ascensos, etc. Humilla constantemente a Mark.
Dobbie: Compañera de Mark, interés romántico "friki".

Todos somos como Mark o Jeremy, rompemos reglas, cometemos errores, intentamos remediarlos, intentamos hacernos un espacio en el mundo, un mundo que nos golpea continuamente en la cara (y en otros sitios más privados).

La tercera temporada de The Flash (hasta este episodio) carece de lo que hacía interesante las dos anteriores: un buen villano. Sí, Savitar, es muy poderoso y dice saber muchas cosas, pero lo hacen tan misterioso que carece de encanto. Hubo muchos episodios de relleno, de hecho, éste episodio es de relleno (pero del bueno). Aprovechando algo que el fandom estuvo pidiendo por años (nunca pensé que hablaran en serio, pensé que sería divertido, pero lo consideré improbable), realizan un musical. Los actores hacen un buen trabajo cantando, los protagonistas trabajaron antes en Glee y actores secundarios como John Barrowman, Jeremy Jordan, Carlos Valdéz, etc ya tenían una carrera musical.

Para saber si esta película te va a agradar debes responder una pregunta: ¿Te gustó Brazil? Si responde que sí, es casi seguro que ésta también te agradará (aunque sea por la similitud de argumento).
Zero Theorem es muy similar a Brazil, pero a diferencia de la dictadura gris que controlaba a la sociedad de Brazil, en la cual el protagonista busca un ideal, aquí, el protagonista es un hombre gris que vive en un mundo de colores estridentes, donde su trabajo es comprobar científicamente (si se puede llamar así) que el universo colapsará sobre sí mismo, y que por lo tanto nada importa.
Este mundo le ofrece al ciudadano miles de opciones para encajar, desde moda hasta religión (existe la iglesia de Batman el Redentor). Este hombre ha perdido toda esperanza de reconciliarse con el mundo exterior y espera que alguien o algo le diga cuál es su función en la vida.
El mundo le ha robado su identidad, y el espera que ella vuelva (o llegue por primera vez) a él.
A lo largo de la película al hombre se le presentan múltiples oportunidades para descubrir que hacer con su vida (diversión, amor, amistad), pero está tan enojado consigo mismo y con los demás que no lo logra, pero llega un punto en el que toma conciencia de que no hay otra opción y que la respuesta está allá afuera, pero también, aquí adentro.
Las actuaciones son muy buenas (en especial la de Waltz), la estética visual está centrada en colores estridentes y publicidad por doquier. La música es bastante buena, y la canción "Creep", encaja de manera perfecta con el argumento de la película.

A diferencia de Stargate: Ark of truth, esta película no influye ni modifica en la trama de la serie de la que proviene. Mientras que su predecesora fue hecha para darle un final a la serie (un final apresurado y prácticamente sacado de la manga del guionista), ésta solo intenta "extender" un poco más las aventuras del SG-1, con cosas que podríamos haber visto en la serie (hubo varios episodios dedicados a universos alternos). Si uno no espera una gran "space opera" pero en cambio quiere pasar un rato entretenido la disfrutará mucho.

La primera me gustó, pero no me terminó de convencer, los héroes eran carismáticos y divertidos, pero el villano era patético. Esta vez todo mejora, los guardianes son un equipo/familia, Groot alcanza niveles de ternura insospechados, la música se siente aún mejor, la escena inicial de baile es sublime y nos presenta el tono de la película de manera convincente y entretenida.
Me gustó por 3 razones principales:
Primero, logra retratar el estilo de Jack Kirby, el rey de los cómics, el color, los diseños, vestuario, incluso los disparos son Kirbyanos. Un homenaje perfecto por el centenario de Kirby.
Segundo, logra establecer el tema de la película muy bien: familia y paternidad. Trata sobre Star Lord conociendo a su padre, pero no es el único que pasa por una experiencia así, todos los personajes tienen algo que decir sobre la paternidad y la familia. Algunos nunca tuvieron padres, otros desearían haber sido mejores padres, otros deciden que al ser guardianes tienen una oportunidad de mejorar como padres, hijos y como personas.
Y tercero, la banda sonora es genial, es un acompañamiento excelente y además sirve para mover la historia, pensé que esta vez me parecería un truco gastado, pero todas las canciones me tomaron por sorpresa, todas me ayudaron a entender la historia. Brian Tyler logra hacer otra banda sonora genérica, pero ni se nota porque las canciones seleccionadas son envolventes.