Que una película de SF con más de 50 años pueda verse hasta el final sin risas o lágrimas es ya un hecho a reseñar. Y este es el caso de La Tierra contra los platillos volantes. La ingenuidad, el primitivismo y la simpleza de los extraterrestres no alcanzan el ridiculo tan frecuente en su género y época. Y por eso no nos despierta la carcajada correspondiente. El guión y, me atrevería a decir, las pinceladas de pseudociencia que la adornan, mantienen aunque sea por los pelos una dignidad que nos evita la lástima frecuente en tantas otras ocasiones. Y por eso no lloramos.
Debe ser por todo ello que esta abuela de la SF es un clásico incontestable, aunque a algunos les duela.

A veces no es suficiente con las buenas intenciones, sobre todo si son buenas pero confusas: ¿pretendían hacer una película o un documental? El tono dramático no se alcanza, entiendo que por la necesidad de trasladarnos como a una hoja de cálculo todos y cada uno de los datos; del aspecto documental hablaré más adelante.
Tampoco parecen suficientes los buenos actores, que a lo largo de la trama aparecen con frecuencia perdidos en un vano intento de montar el puzzle de las intrincadas relaciones de poder, por un lado en la organización terrorista y por otro en las fuerzas de seguridad del estado. Y, lo siento, pero tengo que añadir que a Jose Angel Egido, a pesar de su meritorio intento, le fallan unos diálogos francamente caricaturescos.
En cuanto al valor documental...¿? Tal vez hubiera dado buen resultado montar esta pretendida actualización al modo "todo lo que no se supo sobre..." en formato de autentico documental, con su voz en off y todo, intercalando solo las recreaciones dramáticas imprescindibles y manteniendo por supuesto las históricas imágenes que me parecen lo más interesante de la serie, sobre todo para los más jóvenes. Aunque por otro lado ¿conspiraciones de la CIA? ¿De los Servicios Secretos Españoles? ¿una militante comunista que tiene que mostrarse tan alejada del partido? ¿Los franceses tan diligentes? Para el formato que propongo, esos deberían ser hechos probados. No se, pero el documental acabaría pareciendo el Proyecto de la Bruja de Blair.
Resumiendo mi crítica:
A favor, las buenas intenciones
En contra, haber visto anteriormente Operación Ogro

Buen planteamiento; una mirada algo diferente a la ya manida crítica al clientelismo electoral, lástima que la propia película acabe cediendo ella también al clientelismo hollywoodiano. Creo que además de la lectura directa en relación con el disimiulo y falsedad de los candidatos existe otra más inquietante que es un torpedo a la línea de flotación del sistema democrático.
El indiscutible axioma "un hombre un voto" entra en crisis cuando son llevados al límite los fundamentos "del hombre" y la trascendencia "del voto"
El melifluo final al más puro estilo Hollywood desmerece a mi entender las espectativas iniciales, cortando de raiz cualquier posibilidad de profundizar en las contradicciones, o al menos paradojas, que intuíamos de trascendencia social y política. Estoy seguro que un buen director europeo hubiera dado otro remate más sugerente sobre el que reflexionar.

Los viajes en el tiempo son un recurso frecuente de la ciencia ficción pero en general se presentan como un oportunidad; aunque luego genere sus inconvenientes. En este caso se trata de un inconveniente desde el primer momento. Un idea novedosa e interesante aunque resuelta con una desbordante fantasia que a algunos podría resultar desmedida. Desmerece la cuestionable credibilidad de las interpretaciones asi como el exceso de metraje. Ambos aspectos asumibles si lo contemplamos como la miniserie de TV que en realidad es. Resumiría mi crítica como una idea interesante, mal resuelta para el cine pero bien como producción televisiva.

Un planteamiento muy interesante teniendo en cuenta la época de producción. Más de diez años después, sin embargo, el tiempo juega en su contra y nos parecen menos pausibles algunas de las formas de profetizar la interactividad de los videojuegos. Técnicamente correcta peca algo quizá del estilo derrotista y contracultural de la SF tan en boga en los 90. Claro que esto beneficia la acción y el desarrollo tipo relato de aventuras en que se convierte la segunda mitad de la película. Pero creo que era innecesario un conjunto de escenarios tan desmesuradamente barrocos. En cualquier caso la película mantiene el interés y plantea sugerencias a tener en cuenta aunque al final se vaya diluyendo poco a poco. Por eso: casí llegó a ser pero se quedó por el camino