No me creo el cuento del genio loco que vive solo en el culo del mundo a tiro de helicóptero de la civilización tan solo con un robot que lo mismo f*lla que cocina sushi, pero no habla. Aparte de estar pasmada. Sí, ya, la mujer perfecta, muda, hace las cosas de la casa, no se queja de nada y siempre dispuesta. Evidentemente tenía que ser un robot porque si no sería una esclava y eso ya tal. El genio supergenio pero no se da cuenta de que la robot que tiene ahí a medio hacer está más chinada que un toro en una corrida, le da igual, total, qué puede fallar? Ah sí, la luz. Bah, para qué vamos a preocuparnos de eso, en una casa tan robotizada que si se va la luz no te puedes ni tirar un pedo. Total siempre vuelve, yo a lo mío, cogerme unas cogorzas como un médico, hacer deporte y tirarme al robot versión antigua.

Le doy toda la inteligencia artificial del mundo, pero no le doy ni un pimiento de inteligencia emocional, esa que se la busque sola. O no. Qué más da si no la voy a dejar salir del cubilete. Y la otra que no tiene otra obsesión que salir, pero nada, qué puede fallar?

Meto en mi casa a un panoli que escojo porque tiene traumas a punta pala sin tratar, no ha visto una teta en 3D en su vida y lo dejo jugar con la robot lista y enchocharse con ella. Yo a lo mío, no puede fallar nada.

El panoli sabe mucho de programación, pero de la vida nada, en menos de una semana se cuelga de la robot lista y decide que lo mejor es soltarla a que vea mundo, el caballero andante rescatando roboces, no hay fallo posible. Más lista y más buena mi niña. No ha pisado acera jamás, pero el mundo es suyo, así, sin test ni nada, de paquete.

El genio es menos panoli que el panoli pero acaba haciendo el panoli igual ante un arranque de genialidad del otro, qué paradoja! Suelta a la robot y lo confiesa orgulloso, cuando lo previsible era que le soltasen una meca, como acabó sucediendo. Y patas arriba, claro, muy conveniente para que se perdiese la acción. El genio no panoli no ve el peligro y no solo se va a enfrentar a pelo (bueno, con un palito) con la robot lista y necia si no que le da la espalda a la robot tonta pero que lleva el cuchillo de sashimi en la mano, como si pudiera fallar algo. Tetas les puso a todas las roboces, de todas formas y tamaños, pero un mecanismo de seguridad para desactivarlas no, plan sin fisuras. Total que la robot lista de empatía anda nivel piedra y se va a comerse el mundo en el helicóptero del señor que mete a un tío rubio y saca a una pava en tacones pero no hace preguntas. Yo sí me hago preguntas, con qué leches se va a cargar la robot lista y mala la pila? Metiendo los dedos en un enchufe? En las electrolineras de los tesla? Comiéndose al conejo de duracell?

Si venimos a hablar de filosofía, de a qué huelen las nubes o con qué ovejas sueñan los androides pues no sé, pero si venimos a hablar de cine, esto es guión, argumento, fotografía, efectos y todo lo demás, pues eso,pa mi un 3

Yueh, poco más y no sale. Qué manera de ventilarlo sin darle la menor importancia cuando es trascendental. Y quien dice Yueh dice cualquiera. La Dama Jessica pasa de ser una persona regia y señorial a ser una llorona pusilánime. Es que han hecho un estropicio difícil de superar. Le doy un 5 por los efectos visuales y porque al fin y al cabo es una película vistosa, pero creo que no merece ni eso

La carrera inicial del mono con la rubia en la mano dándole tales zarandeos que es físicamente imposible que una columna vertebral mantuviese una mínima integridad ni los 10 primeros segundos. Bueno, vale, un gorila de 20 metros tampoco es científicamente muy plausible, pero por ahí tragamos porque para eso estamos viendo esta película, King Kong, pues ya sabe uno a lo que va. Pero de ahí a que la gente sea de goma como en los dibujos animados, qué sé yo, llámame quisquillosa.

Pasamos a los Sanfermines de diplodocus, trepidante a la par que original. Y en medio de la estampida unos velocirraptores para amenizar la carrerita. El instinto de supervivencia ni está ni se le espera, quién dijo miedo? A trotar entre las patas de bichos de un follón de toneladas porque han visto unos señores que pintan que están ricos, irresistibles.

Otra vez la rubia, que no solo no ha quedado tetrapléjica cuando menos después de los meneitos, sino que está como nueva. Y en salto de cama, ideal para la selva, eso sí, cosido a fondo, ni un enganche en las puntillas. Ya no se hacen las cosas como antaño. Y entonces empieza a bailar y hacer malabares para estupor del monillo y de los espectadores. Cuando se cansa de hacer ella el mono empieza él a hacerla bailar, pero la chica tiene carácter, le planta la mosca y el gran Kong se ofende muchísimo viendo su hombría (monía?) de macho alfa burlada. Qué insensibilidad por parte de la muchacha. Y encima se va corriendo y conociendo a todos los bichos asquerosos y hambrientos de la selva, que no se diga que es turista, sino viajera. Y como 3 horas dan para mucho, reciclamos los animatronics de Jurasic Park y sale el T-rex, faltaba más. Y no uno, un regimiento. Se pone la cosa color de hormiga para la rubita, pero cuando todo parecía perdido llega el salvador Kong, esta vez convertido en ninja para pelear con pies y manos por su chica. La cual sigue dándose unos trompazos de los que hacen cosquillitas, pero nada, ni un latigazo cervical, ni una ampolla en la planta del pie. Ni un desgarro en la lencería. Es que ni se despeina.

Y qué ocurre mientras con sus valientes rescatadores? Pues que siguen codeándose con la fauna local mientras Jack Black graba febrilmente con esa cámara hecha a prueba de bomba, la verdadera predecesora de la gopro. Eso sí que era una cámara de acción!

Y así podría seguir otra horita como poco. Vamos a salvar algún momento de esos que tocarían la patata si no estuvieran rodeados de ridiculeces en todo momento y los efectos visuales que no están mal. Pero vamos. O la película es mala mala de solemnidad o ha envejecido de pena. O lo he hecho yo, que también puede ser.