Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de VENIMOS LOS JODIMOS Y NOS FUIM
1 2 >>
Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
10
5 de septiembre de 2012
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un curioso caso de cine de denuncia social en el panorama de la industria filmíca nacional de los años treinta. Producida bajo los auspicios de la SEP, esta cinta relata los avatares de un grupo de pescadores, quienes hartos de la precaria condición laboral y económica en la que viven sometidos a causa de la explotación de que son sujetos por parte de un cacique acaparador, deciden organizarse y formar su propia cooperativa, lo que posteriormente acarreará consigo trágicas consecuencias para los integrantes del movimiento. Uno de los primeros acercamientos (o fusiles, según se vea) por parte del cine nacional a la estética eisensteiniana, en la que los realizadores tomaron "prestados" algunos de los elementos característicos del cine del maestro ruso en lo que al montaje, la puesta en escena y al empleo de actores no profesionales se refiere. Si bien desde sus primeros minutos de proyección todo aquel potencial espectador podría sentirse desanimado por hacerse evidente que la cinta esta (comprensiblemente) actuada con las patas (por eso de la "autenticidá", Muriel y Zimmerman decidieron emplear a pescadores reales y algunos otros lugareños de Alvarado, Veracruz), cualquier tipo de queja al respecto queda zanjada gracias a los (apocrifos; ni modo, hay que decirlo) aciertos visuales de la lente de Paul Strand y a la música de Revueltas. En su tiempo, constituyo un severo fracaso de taquilla, y si bien es cierto que con el paso del tiempo ha sido justamente revalorada como un clásico de la cinematografía mundial, la gran paradoja es que (al menos en México) no suele exhibirse con la frecuencia que, sin duda, merece.
VENIMOS LOS JODIMOS Y NOS FUIM
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
1 de septiembre de 2012
16 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ubicada en una ominosa sociedad del futuro de inicios del siglo XXII, esta cinta narra la historía de Doug Quaid (Colin Farrell) un obrero quién vive una existencia aparentemente rutinaria al lado de su esposa Lori (Kate Beckinsale) mientras pasa las noches experimentando un sueño recurrente, en el que se ve a si mismo enfrentando graves peligros de la mano de otra misteriosa mujer. (Jessica Biel) La situación da un giro inesperado cuando Quaid acude a una compañía especializada en implantar falsos recuerdos en la mente, y los técnicos del lugar descubren, horrorizados, que Quaid podría tratarse en realidad de un eficaz asesino y peligroso agente secreto quién habría recibido previamente otro implante para ocultar su verdadera personalidad, viéndose repentinamente inmerso en una alucinante situación, en donde nadie es quién dice ser. Tomando como punto de partida el relato corto "Podemos recordarlo por usted al mayoreo" de Philip k. Dick, el director holandés Paul Vehoeven, junto con su anterior RoboCop, consiguió hacer de Total Recall otra dinámica aportación al genero Sci-fi, así como una de las mejores películas del anabolico e inexpresivo Schwarzenegger. Veintidós años después hace su aparición este refrito por cortesía del (medianamente) exitoso realizador Len Wiseman (Underworld). A su favor, se puede decir qué es un producto bastante entretenido, aunque eso sí, se echan de menos el satírico humor negro y la disfrutable hiperviolencia gore característicos de Verhoeven, los cuales Wiseman opta por sustituir (privilegiando seguramente la clasificación PG-13) con una atractiva presentación visual llena de homenajes (¿o fusiles?) de otros clásicos del genero como Metropolis, Blade Runner, Star Wars, etcetéra, y elaboradas coreografías de pelea, concesiones que, a pesar de la agresiva y sexy presencia de Kate Beckinsale (quién, para no variar, termina robándole el protagónico a un esforzado e intrascendente Colin Farrell) no han terminado de convencer a los fans del original noventero, lo que ha traído como resultado (al menos en los Estados Unidos) un éxito económico para el film apenas discreto.
VENIMOS LOS JODIMOS Y NOS FUIM
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
28 de octubre de 2016
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Despues de ONLY GOD FORGIVES, Windign Refn da un nuevo giro a su carrera con esta sangrienta (y para algunos, repugnante) cinta, la cuál ha sido objeto de reacciones encontradas entre el tipo de audiencias a las que supuestamente va dirigida, y particularmente, entre los entusiastas de la obra del director danés.

La anécdota gira en torno de Jesse (Elle Fanning) una adolescente de 16 años de edad quién se muda a Los Ángeles a probar fortuna en el mundo de los reflectores y las pasarelas, cuya virginal belleza y meteorico ascenso en el extremadamente competitivo medio no tardan en despertar retorcidos sentimientos de rencor, envidia y deseo sexual a su alrededor, lo que sumergirá a la joven de manera paulatina en una alucinante espiral de violencia, con aterradoras consecuencias.

La primera impresión durante el visionado de EL DEMONIO NEÓN es que los dardos de Refn parecen ir dirigidos hacía los escabrosos entretelones del frivolo ambito del modelaje, en el cuál sus personajes se mueven en un entorno cubierto de pinceladas de un rojo carmesí apenas iluminado por luces negras, los flashazos continuos de cámaras fotográficas y en donde la tajante aseveración de que la belleza externa no es lo más importante sino lo único, resulta la verdad más irrefutable.

Sin embargo, Refn decide ir un paso más allá en su agresiva mirada sobre la gradual corrupción (que no endiosamiento) de la carne y el consumismo visual, al añadir a su lienzo otros elementos considerados transgresores para los estandares de lo politicamente correcto tales como la pederastía, la necrofilia y el canibalismo, siendo este último el que atraviesa como una cicatriz el resto de la cinta, haciendo venir a la mente aquella parábola freudiana de los hijos devorando a los padres para absorber su autoridad, donde la antropofagia es otra especie de ejercicio del poder oculta en una elegancia sutilmente perversa, desde la cuál trata de encubrir mediante la seducción de la apariencia fisíca la pobredumbre espiritual de sus creaturas, pero que no podrá evitar ser tan efimera cómo el éxito de Jesse ni tan inerte como los aridos parajes en que cierra la historia.

Todos estos elementos alejan a EL DEMONIO NEÓN de las convenciones del giallo italiano que Refn pretende homenajear, acercandolo en cambio, a los también controvertidos y prominentemente visuales terrenos del mejor cine de Peter Greenaway, para sorpresa y beneplácito de unos, o desconcierto y rechazo de otros, según el caso.
VENIMOS LOS JODIMOS Y NOS FUIM
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
27 de octubre de 2012
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tomando como base la novela homónima escrita por Alejandro Dumas, el reconocido actor y cineasta Patrice Chéreau llevó a la pantalla grande un estremecedor recuento de los trágicos sucesos previos y posteriores alrededor de la masacre conocida como "la noche de San Bartolomé", en una adaptación bastante libre (pero totalmente contundente), lo que significó un notable éxito internacional para el cine galo, y una estupenda muestra de cómo abordar un material de este calibre sin traicionar el tono misántropo del original de un modo como pareciese que jamás podría hacerlo un artesano hollywoodense promedio.

Chéreau procura alejarse casi por completo de los convencionalismos afines a la representación de una novela histórica, de los grandes valores de producción tales como las escenas de batalla de rigor ejecutadas por cientos de extras. Prescinde también de vistosas locaciones parisinas llenas de pseudo turísticas imágenes de imponentes palacios a la luz del atardecer, etcétera. Por el contrario, el director apuesta hacia los prolongadamente sucesivos acercamientos de cámara, los primeros planos y los encuadres en los que predominan atmósferas de una lóbrega belleza (debidas a la excepcional lente de Philippe Rousselot), las cuales son violentadas repetidamente por tonalidades obscuras, chorros de sangre, sudor y semen salpicando la pantalla, con las cuales el director hace patente su poco velada inclinación por las escenas inscritas plenamente dentro de una línea gore y su inquietante habilidad para conseguir secuencias plenas de un salvajismo y violencia aterradores, la cual queda de manifiesto en la secuencia de la carnicería llevada a cabo durante la noche de San Bartolomé, puesta en escena potenciada por la ominosa partitura del compositor musical Goran Bregovic, en la que vemos a sus protagonistas cubiertos de, o regodeándose en la sangre; sin embargo, no debe tomarse como una mera voluntad de exhibir gratuitamente tales cantidades de hemoglobina y violencia por parte de Chéreau, ya que forman parte de un engranaje muy inteligente y preciso orquestado magistralmente por el realizador y su guionista, la futura realizadora Danièle Thompson, en el cual termina percibiéndose dicha violencia no de una manera espectacular o estilizada, sino como un fiel reflejo de la violencia interna de cada uno de los nefastos personajes y el ámbito en el que se mueven, evidenciando la habilidad de Chéreau como un notable director de actores al servicio de una anécdota casi totalmente carente de heroísmos y valores humanos; de posicionar a sus personajes como piezas de un perverso juego de ajedrez llevado a cabo en un entorno denso, asfixiante, inmoral, donde las intrigas, la mentira, el odio y la traición se encuentran a la orden del día, poniendo en evidencia en el más menor gesto de cada uno de los involucrados en la historia rasgos inconfundiblemente maléficos, siendo muy pocos aquellos que escapan a esa categoría, y los que lo hacen, se mueven de manera constante en una especie de indefinición moral, en un mundo en el que la integridad y la justicia han quedado fuera de la ecuación, donde cada bestial encuentro erótico, cada horripilante decisión de Catalina de Medicis y cada acto venido de la malignidad subyacente de los demás personajes, dan la certeza de un ámbito definido por las bajas pasiones de cada uno de ellos, su sed insaciable de poder, y las inhumanas formas para preservarlo.

Para conseguir estos resultados, Patrice Chéreau se rodeó de un cuadro de actores de primer nivel, en el que a pesar de la sobresaliente actuación de Daniel Auteuil, es Virna Lisi como la perversa Catalina de Medicis quien termina llevándose las palmas con un personaje lleno de innumerables matices, pero totalmente corrompido en su esencia; destacan también las actuaciones de Jean Hugues Anglade, Pascal Greggory y Juliem Rassam como los hermanos visceralmente amorales y abyectos herederos de la corona; unos estupendos Vincent Perez y Miguel Bosé, quién dejó claro con su desempeño que el ver incluido su nombre en los créditos no se trató de una mera movida comercial; la presencia de una muy joven y bella principiante llamada Asia Argento y, por supuesto, la confirmación de Isabelle Adjani en el rol protagónico, una actriz que, de nueva cuenta, demostró saber escoger bien sus proyectos y la cual no obstante su limitado registro actoral, otorga a su Margot una intensidad poco o nada desdeñable.

Despiadada historia de amor, granguiñolesca lección de historia, sórdida reflexión sobre la intolerancia religiosa y los retorcidos caminos del poder, La Reina Margot es tanto una declaración de principios como una lección por parte de su realizador de cómo llevar a la gran pantalla, dentro de los márgenes de una superproducción, una obra de Alejandro Dumas sin necesidad de malbaratar su contenido en pos de la espectacularidad o del comercialismo más ramplón. Una lección que a casi veinte años de su rodaje no se han tomado la molestia de asimilar o siquiera tratar de poner en práctica (como era de esperarse) los artesanos hollywoodenses e incluso los propios paisanos de Chéreau, quienes continúan esmerándose en despedazar otros clásicos del escritor francés. (Piénsese en las barbaridades cometidas en fechas recientes con caballitos de batalla como la saga de Los Tres Mosqueteros o El Conde de Montecristo, por ejemplo.) La imagen de Isabelle Adjani ataviada en un hermoso vestido blanco ensangrentado, se ha convertido en todo un ícono del cine de los años noventa.
VENIMOS LOS JODIMOS Y NOS FUIM
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
4 de octubre de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ambientada en la vesánica metrópolis futurista conocida como Mega City One, ésta cinta del director Pete Travis trae nuevamente a la pantalla grande a Joseph Dredd (Carl Urban), el frío e implacable juez, jurado y verdugo creado por John Wagner y Carlos Ezquerra (encarnado por Sylvester Stallone a mediados de los noventa) haciendo frente en esta ocasión a una despiadada psicópata conocida como Ma-Ma (Lena Headey) quién al frente de una brutal banda de narcotraficantes, han tomado el control de un gigantesco bloque de departamentos. Por lo que respecta al film anterior de 1995, en ésta nueva versión (o reboot, como gusten llamarle) aplica bastante bien aquello de "ni mejor, ni peor; sino todo lo contrario". No se puede negar lo anodino que llega a parecer el argumento en primera instancia, y aunque lo mejor del film parece recaer en el aspecto técnico, con un adecuado uso de herramientas como el 3D y la cámara Phantom (la cual no se queda al nivel de mera estilización de algunas de las escenas violentas), lo que realmente llama la atención es la lograda visión que maneja el cineasta de un futuro distópico y visceral (o "realista"), consiguiendo traspasar (de manera tibia, pero lo logra) los convencionalismos propios del género, planteando algunas cuestiones interesantes (cómo el hasta que limites debe prevalecer o no la sanguinaria y fría (pero indudablemente eficaz) ética de los Jueces por encima de los valores humanos, por ejemplo) además de la importancia prestada a los roles femeninos: amén de ser aquí una poderosa villana el personaje antagónico a vencer, lo que decidirá el rumbo de los acontecimientos no será la mortífera habilidad bélica del protagonista, sino la presencia (y las habilidades siquícas) de Cassandra Anderson (Olivia Thirlby) la joven aspirante a Juez que acompaña a Dredd en la peligrosa misión. A final de cuentas, se trata de otra buena muestra de como la pericia formal europea es capaz de solventar de manera satisfactoria las limitaciones propias de un producto de éstas características, y aunque la empresa se ha visto coronada con un éxito apenas discreto, es una cinta que, séase o no fan del comic original, bien vale la pena verse, aunque para tal propósito y por eso de los "spoilers" se recomienda evitar a como de lugar el trailer del film (en el cual, prácticamente, se resume de principio a fin toda la triste pelicula.)
VENIMOS LOS JODIMOS Y NOS FUIM
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 >>
Más sobre VENIMOS LOS JODIMOS Y NOS FUIM
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow