Sin duda es una película con algunos fallos de coherencia en la historia y desaciertos en el guión. En lo que se refiere a los diálogos son simples, y llama la atención de forma muy evidente la cantidad de elementos reconcibles que nos resultan familiares en este tipo de cine.

¡¡Pero que esperabais!!

Teniendo en cuenta que es una revisión del mito de Beowulf, una leyenda manida ya en tres desacertadas películas, (quizás la última de Zemeckis aporte algo de humor y secuencias espectaculares gracias a la animación), careciendo todas ellas de un guión digno que aporte profundidad a la historia. Esta que nos atañe hoy aquí, no iba a ser menos, ¡que se le va hacer!

Si hay algo que esta película aporte con respecto a las demas es un origen para el mounstruo que atraerá a aficionados de la ciencia-ficción, unidos a los que gustan del cine de aventuras y a los que les encanta ver como un monstruo (por cierto, un diseño bastante logrado) pone en jaque a un colectivo de individuos, que en este caso es un pueblo vikingo.

Tiene todos los elementos para atraer al público que siente debilidad por este tipo de cine. Habrá a quien le guste y habrá quien la aborrezca, pero lo evidente es que un pueblo guerrero, como lo fue el vikingo, al igual que esta película, no va de mostrar mucho mundo interior, ni reflexiones que hagan que afloren sentimientos ni conclusiones muy trascendentales para el espectador. Ojalá fuese de otra forma señores, pero de lo que va esta cinta es de matar a un monstruo de cojones que no deja títere con cabeza.

Ésta es la traducción literal de un dicho popular chino que viene a decir más o menos "pequeño pero completo". Pues esta película es igual. Es una obra menor dentro de la genial filmografía de este director, pero está completa, llena de elementos que adornan un argumento sencillo y la envuelven para hacer pasar un rato magnífico.

Es una historia pequeña y humilde en sus pretensiones narrativas, pero da gusto ver como las interpretaciones de un genial grupo de carteristas nos hacen disfrutar de una profesión a la que Johnnie To aplica maravillosas coreografias, potencia visual y dialógos llenos de comicidad amable.

Ver Hong Kong a través de los ojos de este director en cualquiera de sus pelìculas es una experiencia única cada vez.

Que viaje tan duro contrastando con imágenes tan bellas, que macabra ironia para tal demostración de superación. Que reflexión nos queda por hacer de este mundo, lleno de otros pequeños mundos, tan distintos, tan innecesarios.

La inestabilidad física del hombre en el mundo en estado puro.

Tendría que volver a verla 100 veces más para que me aburriera.
Tendría que haberme olvidado hasta de mi nombre para no poder recordarla.

Tenía ganas de ver esta película que un amigo me había recomendado en un par de ocasiones, y la verdad es que es una película que deja un buen sabor de boca en lineas generales. Una historia atípica que enfrenta a un asesino de instintos animales que proviene de la deshumanizada Camboya, y a un agente que no encaja dentro de una policía que lo asfixia por la jerarquización y las reglas. Como fondo de este brutal enfrentamiento la oscura, decayente y magnética Hong Kong.

Tiene pocos fallos y algún momentillo cursi, pero mientras la película se mueve en la ciudad es vibrante y notable en su estética. Quizás estos elementos son los que se pierden al salir de ella, y en un final con altibajos es finalmente el espectador quien debe decidir si ha merecido la pena.

No había tenido una sensación parecida desde que vi por primera vez películas como Pulp Fiction o Lock and Stock

Diferencias aparte es una película redonda, con un humor genial, situaciones tipo mafia y tiroteos de una originalidad brutal. Las interpretaciones son geniales y la evolución de la historia no dejará a nadie insatisfecho.

Desde aquí la reinvidico como una pieza imprescindible para fans del nuevo cine hongkonés.