En un acto completamente masoquista me dispuse a reírme con semajante aborto del cine (si es que a esto se le puede llamar así). Las actuaciones no hace falta ni comentarlas, una serie de actores desconocidos, a excepción del que salía en Embrujadas, aquí venido a menos y con una tripa que parece que quien va a parir las crías de nessie va a ser él. Los efectos especiales (quizá sea muy osado utilizar este término en esta cinta) harían que el mismisimo Ed Wood se revolviese en su tumba. Cuando no tiran del ordenador (curiosamente los diseños por ordenador alcanzan un nivel bastante mejor del que se podría esperar), parece que utilicen calcetines con ojos pegados para simular los monstruos. Digno de mención son los momentos de francotirador en los que aparecen unos muñecos de cartón piedra estallando. En conclusión, quizá la unica forma de verla y sobrevivir sea en compañía de varios amigos y puestos hasta las cejas de todo.

¿¿4,1?? Pero que nota es esa. Esta desconocida e infravalorada serie es de las mejores que recuerdo de mi infancia. Eran unos dibujos magníficos, entretenidos a no poder más. Los dibujos en concreto narraban las aventuras de tres bebés que al cuidado de su tata alemana luchaban contra monstruos babeantes, asquerosos, cubiertos de venas y con los ojos saltones. ¿Se puede pedir más siendo un crío?

Seamos realistas, que se metan la moralina barata que la mayoría de series intentan meter convirtiendo cualquier dibujo en una pastelada sobre-azucarada e indegesta. Para eso, para inculcar valores, y bien, están los padres, que en vez de comprar libros de Teo (un niño que tiene la actitud más retrasada que se ha visto, pero cuidado que la familia es peor, una cuadrilla de retrasados), deberían preocuparse de enseñarles cosas de verdad y no que irse al parque requiere un libro de veinte páginas.

Señores, menos hipocresía, que los niños no empiezan a fumar porros por ver los megabebés, ni van dejar de hacerlo por leer cuentos de Teo. Dejen que los ñiños sean niños, y que se rían un rato viendo a los tres enanos acabando con monstruos repugnantes lanzandoles mocos, vomitos y cerumen, pero ojo, que como se descuiden acabarán ustedes viéndola también.

Esa, como muchas otras, es solo un ejemplo de las frases que ya han pasado a la historia gracias a está brillante película. Confieso que la primera vez que la vi estaba desconcertado y no me gustó demasiado, pero al darle una segunda oportunidad me di cuenta de que cada frase era genial, cada vez que alguien habría la boca me partía. Los personajes junto con el guión son sus puntos fuertes, cada uno es un mundo y es genial, ninguno está de más y aporta algo. Y por supuesto, y por lo que probablemente será recordada, está la escena del baile.''Canned Heat'' de los geniales Jamiroquai me gusta aún más desde entonces.

PD: Imprescindible quedarse después de los créditos.

De vez en cuando ocurre, ves cierta película sin muchas pretensiones y te das cuenta según avanza el metraje que llevas con la misma sonrisa tonta desde hace un buen rato. Te has reído y además ahora notas una humedad en los ojos que te pican, pero no puede ser porque lo que ves no es en absoluto triste; será esa emoción que solo el cine en ocasiones puede hacer sentir? Las luces se encienden, la película ha terminado pero notas que algo te ha cambiado, que quizás durante casi dos horas te han estado enseñando cosas sobre la vida y el amor, cosas que no sabías; como valorarlos. ¿No os ha pasado nunca? Solo es cuestión de tiempo.

Es cierto, probablemente un ocho sea una nota demasiado alta, pero según veía la película el otro día pensé que no estaba nada, nada mal. La película es mucho mejor que cualquiera de las muchas otras para chavales que incluyen toda la serie de tópicos que cualquiera podría esperar, sin embargo en vez de caer en la pastelada habitual hace las cosas bastante mejor. Buen ejemplo lo encontramos al comienzo en la que aparece uno de los primeros topicazos, el matón del colegio. Solo que aquí el matón es de verdad un matón y no te mete en la taquilla sino que te pega una paliza, eso sí, un aplauso a como se las gasta uno de los chavales: Según se le encara el hermano mayor del susodicho bravucón no lo duda, le arrea con la bicileta en las pendientes reales y acto seguido le arranca el piercing que le unía la nariz con la oreja. Bravo una vez más chaval, ole tus huevos. Solo por esa escena se merece un aprobado, y es que es inevitable mientras uno ve la cinta (y en concreto esa escena) lo que le hubiera gustado hacerle eso a más de un cabroncete que se lo merece.

Y es que además de eso los niños aterrizan un avión en medio de la carretera. Solo por eso ya se merece tener más nota que otras películas realmente malas y también destinadas a público joven como la más reciente camp rock y el resto de sus predecesoras ''made in disney''.