Desde que vimos 300 mi padre y yo nos quedamos maravillados con este género de películas que mezclan mitología e historia clásica con unos efectos especiales magníficos y una fotografía espectacular. Es por esta razón que en cuanto vimos anunciado: "Immortals, una película de los productores de 300", no nos lo pensamos dos veces y decimos ir a verla.

Lo peor que te puede pasar cuando vas al cine a ver una película es ir condicionado con la idea de que vas a ver un peliculón, una obra maestra del séptimo arte.

Lo segundo peor que te puede pasar es tristemente lo que nos pasó a nosotros: decepción total.

Immortals es un quiero y no puedo, un "me invento la mitología por que así queda mejor", un auténtico y enorme desastre.

Teseo, protagonista de la susodicha película, es el conocido héroe griego hijo de Egeo que venció al minotauro de Creta y llegó a ser un aclamado rey de Atenas. Sin embargo el guión de Immortals decide mezclar las cosas y crea un cocktel de Hércules con un ligero toque de Teseo. La mitología se la pasaron por los cojones. De hecho, no estaría diciendo ninguna gilipollez al afirmar que la adaptación de Hércules que hizo Disney es de lejos más verídica.

Cuando presentan a Hiperión como el Rey de Creta, mi padre (friki total de la mitología) hizo un facepalm sobre actuado que me hizo reír. Y después de esta metedura de pata le siguen cientos detrás. Tal vez no llegue a impresionar que se hayan inventado algo tan importante como las historias antiguas de Grecia pero es igual de desconcertante que haberte leido los libros de Harry Potter y en la última película veas a Harry romper la varita de sauco (SACRILEGIO) o notes como cobra vida la túnica de Voldemort.

Y me quedo corta. Mientras la película iba avanzando me di cuenta de que si de repente hubiera aparecido Gollum para robar el Arco de Epiro repitiendo "Es mío, solo mío, mi tesoro..." no me hubiese parecido raro.

Centrándome en la película y no en sus descomunales errores, debo destacar un matiz que me alegró sumamente por ser ingenioso y con sentido: la manera en la que representan el Olimpo. Gran idea el espacioso balcón de alturas vertiginosas que hace destacar una de las mejores cosas que tiene Immortals: su fotografía. Menudas imágenes de acantilados, daba impresión solo de ver como pasaban por aquellos diminutos caminos sin una mísera valla.

Sigo en el spoiler, que si no no me cabe.

Con un intento demasiado palpable por parecer indie, con esa sensación en bucle que te da de que busca parecerse desesperadamente a Juno, y con ese plot twist tan malo justo en la tercera parte de la película... Sí, Daydream Nation es predecible. Y como han apuntado algunos aquí, no deja de ser otra comedia romántica de chica buenorra saca a chico inadaptado de su adolescente sufrimiento. Pero es diferente. Los flashbacks dejan mucho que desear, pero la voz en off consigue su propósito; el personaje de la protagonista está muy mal cuidado (no refleja humanidad, es difícil sentir empatía por ella), pero el del profesor amargado es hilarante si consigues pillar el humor negro del que está hecho; a la historia de los padres se les saca poquísimo jugo, pero la de los niños es entrañable en su rareza. Tiene muchos contras, es verdad, pero cada contra tiene un pro que los tapa, y esa imperfección disfrazada es lo que la hace tan interesante.

Con un humor desternillante gracias a su originalidad, La ruta hacia el Dorado es, sin duda, de lo mejorcito en animación que existe hoy en día: se aleja de manera brillante de la cursilería Disney y se contagia de la brillantez de la época dorada de Dreamwokrs.
Unas canciones perfectas, una historia entretenidísima, unos personajes perfectos y unos diálogos fantásticos. ¿Qué más se puede pedir a una película?

Cuando me senté en la butaca roja, grande y mullida del cine con mi cocacola en una mano, mi caja de palomitas en la otra y mi grupo de amigos sentados a mi al rededor, sabía que, primero: no tenía ni idea del argumento de la ultimísima película de Woody Allen; segundo: estaba allí arrastrada por mis amigos; y tercero: odiaba París. Cuando salí solo lo segundo quedaba intacto, aunque les tuve que dar las gracias.
Esta película solo se puede definir con una palabra: encantadora. Unos personajes entrañables (olvidando, claro está, al pedante y su séquito de borregos americanos), una historia divertida y sencillamente compleja, una impresión de París absolutamente apasionante.
Un gran trabajo surrealista que brilla por su sencillez a pesar de todo el proceso espacio-temporal.

He aquí uno de los comportamientos más estúpidos de la sociedad mundial de hoy en día:
De repente una saga de libros se hace famosa, miles de adolescentes rebosantes de hormonas y con ganas de romanticismo juvenil compran y devoran el que seguramente es el bestseller más mundial de los tiempos. ¿Raro? En absoluto: chico perfecto, guapo, listo, amable y romántico se enamora eternamente de la inocente protagonista. Soñar despierta sobre este vampiro gusiluz es un comportamiento más que comprensible teniendo en cuenta que actualmente no hay chicos de esos y la única posibilidad que les queda es leer una historia sobre un amor con el que únicamente pueden soñar.
Ya está, el libro consigue vender más ejemplares de los que se pueden contar y voilà, paralelamente al crecimiento del movimiento pro-Crepúsculo aparece un grupo antagonista (curiosamente formado mayoritáriamente por chicos) que no se dedica a otra cosa que a criticar la nueva saga de moda. ¿Porqué? Quien sabe. Quizá por que algunas chicas quieren aparentar una imagen de antisistema que da por culo. O tal vez por que es muy divertido reírse de chicas que suspiran por chicos imposible y perfectos. O puede ser, y esta es la que más me gusta, que haya un masivo sentimiento de celos hacia los protagonistas, tanto de los libros como los actores, por tener tal cantidad de fans.
Con esto no estoy diciendo que no puede existir gente que no le guste de verdad la saga pero con tanto odio reprimido esto huele un poquito a chamusquina, el mismo hedor que desprende el grupo anti-bieber. Quede constante que me declaro una persona que detesta la música del joven y famoso artista al igual que el trabajo de Lady Gaga, Rihanna, Daddy Yankee, Bruno Mars, Shakira, David Guetta, Pitbull (y dale que te dale) o cualquier artista que se dedique a hacer pop-reggaeton comercial repleto de auto-tune.
Haciendo hincapié en la película, tengo que admitir que, siendo como soy lectora de la saga, ha sido mucho menos decepcionante de lo que creía: un guión bastante fiel, una dirección excéntrica pero acertada y unos actores, concretamente los secundarios, bastante aceptables.
El problema radica en que estas películas jamás podrán brillar por que están basadas en unos libros que carecen de trasfondo, temas dinámicos e interesantes y finales dignos. Siendo sinceros, Meyer carece de cualquier habilidad sintáctica o imaginativa para dar al tema de los vampiros una historia que merezca la pena. Una lástima, pues al haber tenido su saga tanto éxito, ahora será imposible encontrar nada referente a los vampiros que sea decente sin que parezca que el tema está demasiado sobado para esta sociedad tan corta de miras.