Esta película se puede resumir básicamente en la amistad que van forjando nuestro nuestro paleto pero querido Tony Lip y el inteligente pero tiquismiquis Don Shirley. Ambos personajes se compenetran de una manera única, ya que ambos se cubren las carencias del otro, y podemos observar como aprenden el uno del otro durante todo el metraje.

Tenemos a un fantástico Viggo Mortensen como un italoamericano que vive en el barrio de El bronx durante los años 60 y en sus primeros minutos, podemos observar el mundo en el que está metido y como busca lo mejor para su familia ante todo. Mortensen habla en italiano durante buena parte y gracias a sus movimientos corporales parece que realmente estamos tratando con un hombre venido de Italia. Por otra parte Mahershala Ali realiza un papel algo más convencional pero con varios momentos en la trama apabullantes.

Peter Farrely es un director que tiene filmes horribles a sus espaldas, pero con esta "Green Book" nos demuestra que es capaz de hacer cine de verdad, la cinta casi parece una mezcla de estilos entre Martin Scorsese y los hermanos Coen. Su guion es sensacional y en las situaciones que se toca el tema racial son muy naturales, no están ahí para manipular al espectador de una forma sentimental, sino para formar la historia que los guionistas nos quieren contar.

Quizá si le pudiera achacar algo en falta sería que su montaje y el clímax final en el que nos sitúan es realmente extraño y complicado de definir, no malo ni nada por el estilo, sólo extraño. Los montajes musicales quizá son algo escasos y dado que la trama inicial es transportar a un músico negro por la américa profunda esperaba un poco más de música.

La composición de planos y su fotografía están muy bien trabajados y el tono de los colores alterna entre pastel y ocre, eso otorga cierta diversidad entre las escenas serias y las de comedia.

¿Recomendable? Mucho, aunque no es para todos los públicos, si venís esperando una película de acción o satisfactoria con el propio espectador no la vais a encontrar, el guion es en todo momento coherente con lo que nos presenta y probablemente sea uno de las mejores cintas que veré este 2019.

Susanne Bier es una directora que nunca ha conseguido tener un gran reconocimiento en la industria, quizá sea porque sus cintas no han logrado ser excelentes en ningún aspecto, o porque su dirección suele ser la de una persona incapaz de llegar a crear algo propio.

Con 'Bird Box' se nos plantea un mundo que más allá de ser algo original es una mezcla entre 'El incidente', 'The Road' y 'A Quiet Place', por lo cual este filme tampoco llega a ser en ningún momento original. Es cierto que si te interesa el género, la trama te resultará curiosa porque no es típico apocalipsis zombie, sino que la infección se transmite mediante las miradas de una persona a otra y no hay una transformación física más allá de las pupilas dilatadas y el borde de los ojos muy rojos.

La tensión a nivel ambiental está a la orden del día porque el mundo es apagado y sombrío. Con ayuda de una fotografía que tira del típico plano contra plano, y de vez en cuando con alguna posición cenital bastante interesante que nos sumerge en ese curioso y siniestro mundo.

Más que un soundtrack original, la película se compone de una música ambiental por parte de Trent Reznor y Atticus Ross que nunca llega a ser sobresaliente ni notable, quizá una BSO potente al estilo '28 días después' habría mejorado a este filme de una forma muy notable.

Sandra Bullock es una actriz fascinante, pero aquí me quedo antes con Sarah Paulson o John Malkovich, tienen un papel mucho más pequeño pero ambos dos son más intensos e interesantes.

Es una cinta curiosa, pero ni mucho menos quedará como un título de culto dado que tiene fallos en el ritmo general de la misma y el guion... No diré que es poco inspirado pero si quizá algo desaprovechado. Posiblemente sea la mejor película de Susanne Bier junto a 'En un mundo mejor', espero que esta directora mejore con el tiempo. No creo que se convierta en la nueva Kathryn Bigelow pero a lo mejor con un buen guion en un futuro es capaz de hacer películas que hasta lleguen al Óscar.

Alejandro Gonzalez Iñárritu es un cineasta cuanto menos curioso. Su cine se vio influenciado gracias a otros genios como Alfonso Cuarón o su segundo de abordo, el Chivo Lubezki.

Que su cine ha evolucionado desde 'Amores perros' hasta 'The Revenant' es un hecho, no sólo por la fotografía o a nivel técnico, sino por las diversas tramas que Iñarritu intercala siempre en sus películas, ya que es su sello instintivo a la hora de dirigir; el poder evolucionar a personajes que a priori son totalmente secundarios, hasta el punto de convertirlos en individuos relevantes para la trama.

Con 'Birdman', el director se auto impuso la compleja tarea de dirigir una cinta en plano secuencia, algo que no es ninguna innovación para la historia del cine ya que anteriormente lo hizo Alfred Hitchcock con 'La soga' o Mike Figgis con 'Timecode' por ejemplo, pero lo que diferencia este filme de todas las otras son todas las tramas que se van hilando mientras la cámara se mueve constantemente por esos pasillos tan estrechos y casi laberínticos. Esto juntado a su extravagante banda sonora formada casi principalmente por una única batería, crea una tensión ambiental alrededor del personaje de Michael Keaton, que nos hace sumergirnos en la profunda crisis existencial que sufre y más todavía en su severo trastorno de personalidad.

Como ya he comentado anteriormente, Iñarritu es experto en intercalar historias con personajes que puede parecer que no tienen nada en común y termina dotando de sentido a todos y cada uno de ellos, aquí tenemos una historia más comedida que en 'Babel' e íbamos viendo como todas las historias tenían algo en común de una u otra manera, pero aquí se opta por meter historias más pequeñas con problemas más pequeños como el romance, la adicción a las drogas, relaciones padre e hija y por encima de todo, intentar trascender en la vida, intentar ser alguien. La gran obsesión de Riggan es desprenderse del traje de superhéroe que tanto éxitos le había propinado en la época de los 90's, él no busca fama, busca que le traten como un actor de verdad y que alguien por una vez en la vida, le vea como a una persona que de verdad sabe actuar.

El plano secuencia tiene truco, es algo obvio, y es que con un par de visionados se puede ver perfectamente el momento en el que cortan, como cuando cruzan por la puerta del bar y durante un segundo la imagen se posiciona totalmente a oscuras o cuando se enfoca hacia el sol para cambiar de lugar o hacer avanzar el día.

En definitiva, es una película de culto, para algunos pretenciosa y para otros una obra maestra. Lo que la hace especial, es la interpretación que cada espectador hace de ella. No deja indiferente a nadie, y eso es algo muy complicado de lograr.

Que Christian Bale es uno de los mejores actores de los últimos tiempos es algo que nadie discute, pero, ¿De verdad es una de sus mejores actuaciones? Lo dudo muchísimo. Su interpretación es muy similar a la de Gary Oldman por "El instante más oscuro" pero aquí con un tono más avinagrado y con menos tiempo en pantalla dado que el reparto es muy amplio. Cabe resaltar la actuación de Amy Adams, digna cuanto menos de mención.

Adam McKay dirigió anteriormente "The Big Short", así definiendo su nuevo estilo de cine. Esta está rodada en cierta manera como un falso documental, aunque la narración en retrospectiva se queda en un absoluto nada dado el final del propio narrador que no nos explica siquiera el por qué está narrando o como sabe tantas cosas sobre Dick Cheney.

El montaje está realizado de una manera milimétrica y magistral, con unos cortes exactos. A la hora de mostrar información en pantalla, lo resuelven de una manera pulcra haciendo lograr que no ensucie la fotografía y composición del plano.

En definitiva, decir que el cine de McKay no es para todo el mundo, si no te gustó su anterior película, esta tampoco lo hará. A nivel personal me ha resultado aburrida, aunque tiene cosas muy interesantes como las soberbias actuaciones o el magistral nivel de montaje o fotografía.

Los hermanos Coen son directores verdaderamente especiales, capaces de realizar películas tan humorísticas como 'El gran Lebowski' hasta dramas realmente complejos como 'No es país para viejos'. Con esta cinta crearon un drama rodeado por música con toques de comedia negra muy interesantes.

La cinematografía en los filmes de estos cineastas suelen ser tremendas, trabajando con los mejores directores de fotografía como Roger Deakins o Bruno Delbonnel. En esta ocasión la fotografía corría a cargo de este último, y el aura de esta es totalmente depresiva y pesimista, algo necesario ya que la historia que nos cuenta es la de un hombre con un talento musical abrumador, pero con una carrera por los suelos ya que el éxito le elude, vive de los pocos trabajos que le van saliendo y duerme todos los días en el sofá de algún amigo.

Oscar Isaac ha realizado aquí la mejor actuación de su carrera junto a 'Ex Machina'. Los Coen le hicieron saltar a la fama y desde entonces no ha parado de realizar grandes producciones. Tenemos a Llewyn Davis que es un personaje bueno por antonomasia, pero también hipócrita en ciertas situaciones y algo egocéntrico, su doble moral se puede observar gracias al personaje de Carey Mulligan y las decisiones que toma con respecto a ella. Tenemos a varios secundarios más como Justin Timberlake y John Goodman que se utilizan para desarrollar un poco mejor a Llewyn, lo que nos hace crear un vínculo muy especial a su lado y nos hace preocuparnos por su situación monetaria y sobre todo personal.

No me podía olvidar de la música, tenemos temas maravillosos como 'Hang Me, Oh Hang Me' o 'Dick's Song' que le hacen a uno reflexionar y quedarse pensando en la película después de los títulos de créditos. El folk está tan sumamente bien representado que al que le guste este género le entrarán ganas de llorar, literalmente, no porque el guion tenga momentos sentimentales, nada más lejos de la realidad. Hay títulos que son tan buenos representando momentos cotidianos o situaciones tan banales como tomarse un café que le entran a uno ganas de aplaudir por representar esos momentos con tal maestría.

El montaje es una maravilla, es la pesadilla de una persona de la calle, un individuo que a pesar de ser excelente en lo suyo nunca llegará a nada en la vida, y sí, es una visión triste, pero melancólica. El montador supo plasmarlo poniendo escenas livianas y cortando justo por donde debía, con un principio y un final sensacional.

Evidentemente tiene cosas malas, como dilemas del personaje que quedan abiertos o frentes que se tocan y no se terminan de cerrar o que quizá podrían haber cohesionado mejor.

¿La mejor de los Coen? No sabría decirlo, a título personal estoy enamorado de ella, pero 'Fargo' 'Barton Fink' o 'Muerte entre las flores' tienen un mejor guion y a nivel dramático son magníficas.