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Críticas de Perro Feroz Amarillo
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
8
30 de enero de 2007
53 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
A priori no parece tarea sencilla meter en un par de horas tanto contenido histórico y de tantos ámbitos como lo acaecido durante la época de cambio de siglo del XVIII al XIX. La invasión napoleónica, la presencia y desaparición de la inquisición, y la ocupación británica y consiguiente expulsión de los franceses, todo ello bajo la inerte mirada de una decadente y vanidosa monarquía. En este entorno yvivió Goya sus más gloriosos días artísticos y profesionales, como reputado pintor de cámara de la familia real, pero también se abrió la puerta a su sordera y al declive de su salud mental, así como a la magnificación de su genio.
Al principio pensé que el título no era acertado, pues la película no es la biografía típica que suele filmarse sobre un genio, ni siquiera de una parte de su vida (quince años). Error mío. Al contrario de mi primera impresión, el título refleja correctamente el contenido mostrado, pues lo que Forman nos presenta es la decadencia social y política de España que llevó al país a la guerra y a la miseria, es decir, lo que fueron “los fantasmas” para Goya.
El momento social se prestaba a los abusos de la iglesia, las penurias del pueblo, las atrocidades de la guerra, la hipocresía, la prostitución, o el ombligo de la clase noble. Todo aquello que el pintor retrató de manera objetiva, sin tapujos, como al monje protagonista o a la familia real que, borrachos de autocomplacencia, no se veían reflejados en el realismo de sus cuadros.
En este escenario, Francisco de Goya es un elemento más, casi un secundario, y por su vida se entrecruzan los dos personajes que soportan el peso narrativo y argumental. Inés de Bilbatúa (Portman), hija de un rico comerciante, modelo favorita del pintor, y falsamente acusada por el santo oficio; y el monje inquisidor Lorenzo Casamares (Bardem), que no duda en jugar las cartas que le vienen, buscando su beneficio siempre en primer lugar. Con estos personajes Forman nos muestra las dos caras de aquella moneda: el pueblo inocente con su sufrimiento, y la Iglesia y el poder)con su corrupción y sus abusos.
Llaman la atención un par de cosas. Por un lado, la pérdida de naturalidad de Bardem en la versión doblada, que lo hace algo inverosímil sobre todo al principio, y el excelente trabajo de Portman en los tres registros que interpreta a lo largo del metraje, con una gran caracterización en uno de ellos, no solo de maquillaje, sino de expresión y gesticulación un nuevo sobresaliente para la actriz, otro más.
La fotografía, otra factura a nombre de Aguirresarobe, logra dejar impecablemente iluminadas todas las estancias, las más vetustas de palacio, y el estudio del pintor, en el que casi le da la sensación a uno de estar allí presente.
Con tempo ágil a base de cambios de ritmo bruscos, y una elipsis de quince años, dicotómica pero necesaria para el respeto de los hechos, Milos Forman repasa las miserias de la España perdida y sin rumbo.
Perro Feroz Amarillo
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6
30 de enero de 2007
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
A estas alturas, ya debería estar Colomo algo más curtido en cuanto al acabado de sus trabajos. Ya tiene cierto bagaje, que si bien no es el de un prolífico incansable, si que tiene ya algunos tiritos pegados. Y digo esto, porque ‘El próximo oriente’ es una película interesante (ojo con el término), con buenos mimbres, pero también con algunos agujeros por los que hace más agua que el Titánic.

Un petimetre (Caín/Javier Cifrián), bonachón, torpe y simpático busca sin éxito novia y matrimonio, y encuentra su oportunidad de oro en el desplante que su hermano, crápula, oportunista y mujeriego, le da a su vecina musulmana (Aisha/Nur Al Levi), dejándola embarazada. Con esta excusa, y la complicidad de la vecina para no humillar al padre de esta, simula la autoría de la paternidad y la consiguiente boda.

La historia está bien, es intensa, y casi vertiginosa, tanto que en el minuto 10 ya ha terminado la exposición, y dado el guión el giro necesario y convincente para meternos en el nudo con interés. Este guión, firmado por el propio Colomo y por Joaquín Oristell, retrata con gracia y soltura algunas de las diferencias y coincidencias entre las religiones y culturas islámica y cristiana, poniendo de manifiesto que la relevancia de ambos conceptos no es más que la que cada uno le quiera dar. Curioso el nombre de algunos de los personajes: Caín, Abel, Milagros, Cristo, Adán, Fátima…

La trama, comedia de enredo, no cae en la simplicidad, y teje correctamente la sensiblería necesaria en este tipo de argumentos con un rigor y un respeto que no le dejan que se desmonte, salvo en algunos momentos finales, con artimañas reblandecedoras para terminar de atar (con nudos algo flojitos) los cabos sueltos. Con los minutos, la historia avanza incorporando nuevos elementos, o retomando algunos aparcados, de forma que ni aburre ni cansa.

Donde la película flojea, y bastante, es en la interpretación de los actores, sobre todo la de ella, Nul Al Levi, pésima ante la cámara, tanto por ella como por (sobre todo) la labor del director en este aspecto. El resto del elenco también realiza un trabajo muy pobre en ese sentido, salvándose tal vez Laura Cepeda, y especialmente Javier Cifrián, que se echa todo el peso interpretativo de la película a sus espaldas, con un personaje que lo permite y lo requiere, y aunque está nominado para el Goya al actor revelación, y puede que lo merezca, tampoco es para echar cohetes.
Una película sin pretensiones, y si las tenía Colomo, mejor que no lo diga, pero que es resultona gracias a su honestidad y simpatía, recomendable para cuando se está dispuesto a no exigir demasiado.
Perro Feroz Amarillo
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3
30 de enero de 2007
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Caramelosa biografía de la reina de francia, visual y artísticamente correcta, pero muy floja narrativa y argumentalmente hablando.
A lo largo de dos horas, Coppola nos retrata la vida de esta mujer desde que fue entregada por Austria a la corte francesa hasta que estalló la revolución. Utiliza para ello una soberbia puesta en escena, y una dirección artística espectacular. Con un ritmo lento, a veces acertado, a veces no, Sofía va mostrando la vida pija y aburrida de esta reina en lo que parece más un capítulo de Melrose Place Siglo XVIII que una biografía histórica. No es biografía, pues no se adentra con profundidad en su personaje, ni en ningún otro, sino que los deja muy planos, sin conflicto aparente. Y en esta línea se encuentra también Kirsten Dunst, que no consigue hacerse con el personaje en ningún momento. Y no es histórica, pues tampoco profundiza en el momento más trascendental de la historia de Francia, el hundimiento y posterior alzamiento del pueblo, centrándose en mostrar únicamente los fastuos monárquicos, lo cual puede puede que sea el propósito de la directora y guionista, pero me pienso sinceramente que podría, en ese sentido, haber aspirado a elaborar algo con más sustancia.
La música moderna y modernista chirría con el aspecto visual de film de época, y escuchar a The Cure, mientras se muestran unos señores con pelucas cortesanas estilo Luis XVI, no es la experiencia más reconfortante que el espectador pueda vivir.
Un floja historia, salvada por la dirección correcta y la puesta en escena notable. Con perricas, chufletes, y con papi Francis en la producción ejecutiva, más aún.
Perro Feroz Amarillo
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6
30 de enero de 2007
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Diez años después del conflicto en la antigua Yugoslavia, Esma, una mujer que perdió todo, lucha por salir a flote y asegurar el futuro de su hija Sara, de doce años de infancia, problemática y descarada, en un entorno donde el mañana es más una probabilidad que una certeza, y en el que empieza su adolescencia y con ella sus efectos, su rebeldía contra el mundo.

Ganadora del Oso de oro en el Festival de Berlín 2006, es la ópera prima de Jasmila Zbanic, precoz realizadora bosnia, que debuta en el largo como directora con Mirjana Karanovic como protagonista, una de las actrices predilectas de Kusturica (precisamente, incluida en el elenco de "Underground"), y Luna Mijovic, interpretando genialmente a la pequeña Sara.

Interesante comienzo profesional de Jasmila, no sólo por el galardón, sino también por el planteamiento propuesto y porque se aprecia auténtica fe en el proyecto. Domina el lenguaje cinematográfico, gracias a la presentación austera pero suficiente de las protagonistas y al uso inteligente de la elipsis. Ha optado por un estilo televisivo, sin relieve, con encuadres medios, plano/contraplano, y una imagen gris y cotidiana, en ese ir y venir en el populoso barrio de Sarajevo. Los tiempos, el rigor de planos y demás elementos fílmicos denotan calidad y hacen esperar interesantes trabajos en el futuro.

No obstante y por otro lado, la película no aporta nada nuevo que refresque el panorama fílmico contemporáneo. Sí que podemos hablar de su corrección de formas, del efecto emocional , de la humanidad y dignidad de sus personajes o de la esperanza que asoma en las escenas finales. Pero todo ello está discretamente mesurado, cortado al ras, de forma que la cinta no destaca por ningún aspecto concreto.

Y a esto tenemos que unir también un discreto guión, casi pobre, que busca sin encontrar la forma de intrigarnos con una historia cuyo final es conocido o ciertamente intuido por el espectador. El hecho es (muy triste) que Grbavica no reporta nada que no se supiera o sintiera antes de entrar en la sala.

Hablamos, en definitiva, de una película equilibrada pero no de las que piden el revisionado, una de esas que luego no se recuerdan pese al triunfo de festival, pues su principal vehículo es el uso de un drama para dramatizar. Está hecha con más voluntad y empeño que recursos e imaginación.

Dicho esto, y tras ver Grbavica, la verdad es que no es la película excepcional que parece merecer dicho galardón. Y no porque sea una mala película, que no lo es. Pero el hecho de haber ganado en Berlín le ha creado unas expectativas que pueden correr el riesgo de defraudar a más de uno en la butaca.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Perro Feroz Amarillo
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8
30 de enero de 2007
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El actor de westerns Howard Spence (Sam Shepard) rompe con su rutilante devenir diario y desaparece del rodaje en el que está trabajando, sin dar explicaciones a nadie.
En su escapada, que parece ser una ruptura con todo vestigio de vida actual, no tiener un rumbo fijo, sino más bien emprende un viaje a la deriva, dejándose llevar por el viento, y cortando amarras con todo aquello que pueda volver a unirle con el espacio y el tiempo en el que vive, móvil y tarjetas de crédito incluidas.
El resto de la historia, que no desvelo, nos cuenta el viaje interior que Howard hace al desierto de su vacía vida, y la lucha que mantiene su instinto paternal que amenaza con despertar y decir aquí estoy, contra el decrépito y espiraloide estilo de vida que no pretende dejarle escapar sin resistencia (papel que se encarga de representar el agente de seguros Tim Roth).
Es una película de personajes, de esas que los grandes actores aprovechan para lucirse, como el propio Shepard, la fantástica Jessica Lange, Tim Roth, o en menor medida Eve Marie Saint, Sarah Polle, o el eterno secundario Gabriel Mann, todos ellos a gran altura.
Los espacios abiertos y desérticos, la ciudad casi vacía, y el casino resplandeciente de luces y zombis, no son unos simples decorados exteriores, sino la representación del vacío interior del protagonista, su propio mundo por dentro y por fuera. Mundo que da vueltas por su cabeza en la magnífica escena del sofá, viaje interior en el que desde la ventanilla de ese tren a dos ruedas que ha sido su vida, que por una vez se ha parado permitiéndole ver el paisaje, hace un repaso a sí mismo, y acaba viéndose como el náufrago del mundo vasto pero desolado que él mismo ha ido perfilando con sus correrías. Dos horas de película intimista, sensible a la vez que desgarradora, que suena a cuentas pendientes, a contriciones esperando, y a interrogantes que se abren y cierran sin contenido alguno en su interior. Un agridulce contraste entre la delicadeza y las bondades de los personajes femeninos y la arisca y descarriada vida de los masculinos. Un gran trabajo de Wenders a la altura de sus otras grandes obras.
Perro Feroz Amarillo
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