Compañeros fue de todo menos realista, con actores de 30 años interpretando adolescentes. FoQ tomó el relevo de la mítica serie de Valle y Quimi, y lanzó un órdago recreando situaciones en institutos que no se habían (y seguramente aún no se han vivido) jamás en las aulas de nuestro país. Pero lo de Élite es el no va más. Niños de 16 años que han vivido más experiencias sexuales que todo mi entorno treintañero. Drogas, desfases, luchas de poder… esta vez se han pasado.
Muy buena estrategia de marketing, pero un argumento típico, manido e irreal que no acaba de enganchar ni interesar.

Lo mejor: Aunque todo lo demás falla, hay que reconocer que la serie auna todas las caras guapas jóvenes de este país.
Lo peor: Las situaciones que normaliza entre menores de edad. Ni eso pasa, ni debería pasar.

Es una de estas series que enganchan como las pipas.
La primera temporada fue buena, pero la segunda es aún mejor. Personajes complejos pero reales. No hay nada ambicioso en esta serie, que nos permite mirar la vida cotidiana de una familia donde unos de sus integrantes padece autismo.
Es divertida, tierna y dura. Un ‘must’ para todos aquellos que disfruten de la sencillez y que quieran dejarse llevar.

Lo mejor: La relación entre Sam y Zahid es maravillosa.
Lo peor: Que son pocos capítulos y de corta duración. ¡Te quedas con ganas de más!

La Miniserie intenta mostrarnos un thriller en una urbanización bien del Reino Unido, y lo que consigue es enseñarnos la mediocridad más absoluta de la ficción actual.
Es decepcionante saber que Netflix ha apostado por algo tan insulso y predecible, guiada por una cara conocida pero que deja mucho que desear.
Se me ocurren mil maneras con las que perder el tiempo antes que ver esta miniserie.

Lo mejor: Su duración. Al ser una miniserie nos aseguramos de que no va a continuar.
Lo peor: El acento postizo de Michael. Siempre serás Dexter en nuestros corazones

¿Buscas un clásico del cine? ¿Un largo que te conmueva y te acompañe en tu anagnórisis vital? Entonces sal de la sala y busca otra película.
Megalodón es para entretenerse, reirse y disfrutar del cine de terror del monstruo.
La historia no tiene sentido, y el guión está cogido con pinzas. ¡Pero no pasa nada! Tiene acción, efectos especiales, chascarrillos y gente guapa. Todo lo necesario para disfrutar de una película sin pretensiones y, por supuesto, mala.
Si no te gustan las películas de tiburones, cocodrilos o anacondas, ni se te ocurra verla. Solo recomendada para aquellos freaks que nos reimos del absurdo y sabemos ver la belleza en unas mandíbulas.

Lo mejor: Cómo está hecho el tiburón.
Lo peor: Podrían haber sacado más partido al tamaño del animal