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España España · Valladolid
Críticas de Maribel
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
8
16 de diciembre de 2010
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una historia de decisiones, de reflexiones sobre qué hacer con nuestras vidas en un momento determinado, de vidas que empiezan y de otras que terminan, de primeras y de últimas oportunidades. Sin embargo, tal y como refleja la película nuestra capacidad de decisión como seres humanos es muy limitada y el curso de nuestra vida podría acabar en un segundo.
Juana Macías debuta con este largometraje, tras una extensa experiencia como cortometrista, en el que recurre a una estructura narrativa de tramas entrelazadas, tan de moda hoy en día, con cuatro mujeres como protagonistas, mujeres con edades y problemáticas diferentes. Como si de un atlas de geografía humana se tratara (citando la novela de Almudena Grandes) se nos presenta la historia de Inés (Goya Toledo) profesional con un futuro prometedor, con una feliz relación de pareja, que de pronto descubre que está embarazada. Su vida cambia en un momento, con 39 años se da cuenta que no habrá muchas más oportunidades para ella de ser madre.
La segunda historia es la de Antonia (Carmen Élías), una mujer madura que rebasa los cincuenta, casada y con un hijo, que se ve en la encrucijada de tener que decidir entre seguir viviendo una "vida sin estaciones" emocionalmente o marcharse con su antiguo amor. Sentada al borde de su cama, junto a una maleta con fotos de su hijo, se debatirá entre ambos sentimientos.
Y por último, nos encontramos con Marian y Mónica, madre e hija respectivamente que viven desde hace años una difícil situación familiar, de falta de responsabilidades compartidas, de continuas promesas de cambio que no llegan por parte del marido. Ello ha provocado el odio y el rencor de la hija hacia una madre que es incapaz de salir del miedo y de romper con lo que la está destruyendo y arruina la convivencia familiar. Contrasta la madurez de la adolescente frente al miedo infantil de la madre.
La película cuenta con situaciones cargadas de dramatismo, pero hay irregularidades en un guión que en algunos momentos peca de cierta inverosimilitud.
La película cuenta con unas interpretaciones auténticas y veraces por parte del elenco protagonista, aunque he de mencionar una impresionante Carmen Elías, con una mirada capaz de traspasar la pantalla y hacernos vivir su dilema moral y una jovencísima actriz novel, Aura Garrido, que logró el Premio a la Mejor Actriz de Reparto en el Festival de Málaga, junto al Premio a la Mejor Dirección.
Rodada cámara en mano la directora sabe captar la fragilidad de estas mujeres, sus miedos, sus temores, sus dudas..., todo ello en un escenario como es Cáceres.
En suma una buena película que nos emociona en algunos momentos.
Maribel
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7
21 de enero de 2011
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Constituye la búsqueda de la verdad una opción arriesgada y dolorosa, o por el contrario es mejor vivir relegándola al olvido?, ¿nos hace más felices el conocerla?, ¿somos capaces de mirar la Historia con los ojos del pasado, situándonos en el contexto preciso y juzgarla con objetividad o por el contrario, estamos contaminados por la visión actual, sin tener en cuenta las circunstancias que lo conformaron?, ¿cómo habríamos actuado nosotros de haber estado allí?. Todas estas cuestiones surgen al ver esta película dirigida por el director francés Gilles Paquet-Brenner, que nuevamente aborda el tema del holocausto judío, pero esta vez poniendo de manifiesto un hecho, curiosamente silenciado en el cine francés, como fue el colaboracionismo de Francia en la deportación de judíos, bajo el Régimen de Vichy. Hay un momento de la película en que la periodista entrevista a una anciana, testigo del trato a los judíos, y le pregunta si hizo algo y la anciana, con incomprensión, contesta: "¿y qué quería que hiciéramos, llamar a la policía?.
Sin embargo, la cinta renuncia a ofrecer una visión histórica y rigurosa de unos episodios lamentables ocurridos en el pasado, para adentrarse en el tono más sensible y sentimental de la historia. Tragedia, suspense, misterio y drama se mezclan indistintamente a lo largo de la película.
El cartel protagonista está encabezado por Kristie Scott Thomas, que realiza una interpretación ajustada y mesurada. Sin embargo, desde mi punto de vista, es impresionante y cautivadora la actuación de la joven actriz Mélusine Mayance que da vida a la joven Sarah, con su mirada de angustia e incomprensión invade la pantalla.
En resumen, una película interesante, sin destacar excesivamente por su calidad.
Lo peor, que recurre a buscar la lágrima fácil del espectador en algunos momentos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Maribel
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7
1 de diciembre de 2010
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ópera prima del director segoviano David Pinillos. La película nos invita a una reflexión sincera y honesta sobre la complejidad de las relaciones humanas, desde la comprensión de los sentimientos que nos impulsan a vivir, de nuestras necesidades cambiantes a lo largo de toda nuestra existencia, sin juzgar los motivos que nos llevan a obrar de una u otra manera, sólo poniendo de manifiesto situaciones cotidianas que se dan diariamente a nuestro alrededor y que son facilmente reconocibles por todos nosotros.
Cuenta con una adecuada estructura temporal, un guión coherente que dibuja a los personajes con nitidez, aunque en algunos momentos la intensidad emocional de la película decae. El ritmo del metraje es suave, pausado, pero no lento, deja al espectador la sensación de que las situaciones suceden de manera natural, sin crear situaciones forzadas.
El director juega con los planos: desde los primeros planos secuencia, los panorámicos de las ciudades hasta los primeros planos de los actores o los rápidos y trepidantes de las escenas en la cocina.
Por último destacar aspectos formales como una fotografía poderosa y una música sutil, expresiva que incluye composiciones de Radio Dept o Marcel Vaid.
En resumen, una película de sentimientos, de emociones, recomendable para disfrutar de la cotidianidad de la vida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Maribel
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8
14 de enero de 2011
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas cuyo mérito no reside en la originalidad del guión, en la calidad de los efectos especiales o en la complejidad de la trama, sino que radica simplemente en la sencillez de una historia bien contada, que nos cautiva desde los primeros planos. Este es el caso de esta bella película, ópera prima del director jordano Amin Matalqa, que es un canto a la amistad, al cariño, a la esperanza de un futuro mejor y a la solidaridad entre los seres humanos como única manera de avanzar.
En la línea de otras películas con vocación internacional de países vecinos, como "Los limoneros" o " La banda nos visita", es una aproximación a la realidad cotidiana de los estados árabes, diferente a la idea preconcebida que se tiene en Occidente de violencia terrorista continuada, aunque la formación occidental del director se nota en la manera de abordar los temas sociales.
Abu Raed es un hombre de edad avanzada que trabaja como personal de limpieza del aeropuerto de Amman, se trata de una persona humilde, que posee una gran sabiduría pese a su escasa formación. Tiene una gran afición por la lectura que le lleva a conocer lugares que no sabe situar en el mapa, a balbucear palabras en otros idiomas y a desarrollar una gran imaginación. La casualidad le lleva a relacionarse con un grupo de niños del barrio, algunos de ellos explotados y maltratados, para quienes sus relatos sobre viajes imaginarios constituyen una manera de evasión, de fantasía en un entorno duro y difícil. Resulta igualmente tierna la relación de amistad que desarrolla con una joven piloto.
Aunque narrada con un tono más amable que de denuncia social, la película no renuncia a plantear temas muy presentes en la sociedad árabe como: las diferencias abismales entre clases sociales, el papel de la mujer en una sociedad, pretendidamente moderna, que no la imagina alejada del rol familiar, el maltrato físico tolerado hacia la mujer en el seno de la familia, la falta de horizontes, la explotación infantil.
Respaldada por una música sugerente y versátil, en unos momentos evocadora y sutil , para transformarse en inquietante y dramática en otros, ajustada a cada una de las escenas.
Puede que la película se cierre con un final que podríamos calificar de irreal e improbable, por el medio social en que se desarrolla, pero desde mi punto de vista obedece a cierto carácter de fábula esperanzadora y moralizante.
El elenco de actores está encabezado por el veterano actor jordano Nadim Sawalha, que interpreta con maestría, veracidad y contención el papel protagonista, los niños de la película no son actores profesionales sino niños de la calle y su frescura y espontaneidad quedan ampliamente reflejados en la película. Quizá el papel más débil sea el de Noor, interpretada por Rana Sultan, presentadora de la televisión jordana.
Recibió el Premio del Público a la Mejor Película Extranjera en Sundance en 2008.
Para concluir, una película que derrocha ternura, emotividad y sencillez.
Maribel
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10
1 de diciembre de 2010
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Producción japonesa de 1998, es un drama de hondo calado sobre la vida, la muerte y sobre los recuerdos que almacenamos.
Se trata de una reflexiva y sugerente propuesta en la que se pone de manifiesto un tema muy debatido tanto en la literatura, como en el cine, como es: el sentido de la vida, la muerte como fin y la memoria como archivo vital de nuestra existencia. El director nos plantea de manera sorprendente una profunda reflexión en torno a los recuerdos que almacenamos en nuestra memoria y que constituyen los testigos vivos de nuestra trayectoria. A través de las imágenes que se atesoran en la hemeroteca de nuestro cerebro se podría reconstruir toda una vida, ¿pero serían estas imágenes las que seleccionaríamos para que nos acompañaran a otro mundo?, ¿ó al vez sería la sensación de sentir caer las hojas en un día otoñal, el recuerdo de un olor, la frescura de una brisa en nuestro rostro?, ¿ó ...simplemente darnos cuenta del valor de nuestra vida en función de la felicidad que hemos trasmitido a los demás?. Pero ¿qué ocurre con aquellos que no son capaces de elegir un recuerdo?.
Koreeda sabe mantener la atención permanente del espectador con un guión brillante, finamente hilado para que todo tenga sentido, donde la fluidez y la coherencia narrativa nos mantienen expectantes, llegando al punto álgido de intensidad emocional al final de la película donde se nos revela la repuesta a algunos enigmas.
Resulta destacable la ambientación, la acción se sitúa en un edificio con aspecto abandonado. No tenemos referencias temporales, ni espaciales. Mencionar también la simetría de los encuadres y la tendencia del director a colocar la cámara detrás de los actores para dar al espectador la capacidad de ver por sí mismo.
En suma una extraordinaria película, que nos propone un interesante debate sobre la memoria vital y sobre la importancia de descubrir la razón del ser humano como individuo aislado, pero también como ser social.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Maribel
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