En Equilibrium se conjugan de forma magistral un guión con fundamento, una estética original (sí, no es una copia de Matrix), un conjunto de clichés del cine de acción (sobre todo del oriental), unas escenas de acción vibrantes, grandes interpretaciones y momentos sublimes, todo sin pecar de frívola, sin quedar irresuelta o rápidamente precipitada, sin perder ritmo y sin caer en lo absurdo en ningún momento, lo cual, para tratarse de una película que combina la “ciencia ficción” y las artes marciales, me parece un logro absolutamente loable.

En el film hay mucho juego entre lo frívolo y lo trascendental. Las indumentarias de los clérigos, el uso consciente e irrefrenado de algo tan visceral y tan conectado con el alma del guerrero como una katana en lugar de las frías pistolas para simbolizar el máximo status del clérigo, las coreografías excesivamente preciosistas... incluso la música, a priori demasiado "new age" pero que acaba envolviendo perfectamente el todo, regodeándose en el ambiente futurista del film... Todo lo que nos propone Kurt Wimmer, que en alguna medida aparente ser un tópico, al final se emplea de una forma tan natural, tan redonda, tan bien encajada, que uno no puede sino olvidarse de ese envoltorio (como los cascos de motorista o los uniformes de la GESTAPO de los agentes) y disfrutar de él como lo que es, un entretenimiento, pero a la vez percibiendo de forma perfecta el trasfondo de la historia.

Las interpretaciones son brillantes. Christian Bale borda, una vez más, el papel, ofreciéndonos una amplia gama de emociones y de momentos dentro del mismo personaje, cuya evolución personal y oposición al régimen se van acrecentando a medida que avanza el film. Bale aporta a John Preston ese grado de confianza, solidez, solvencia y determinación que se exige a los héroes, pero sin caer en el misticismo de Neo en Matrix ni en la autosuficiencia de otros héroes de la katana y la recortada de la gran pantalla. Emily Watson cumple a la perfección, con un personaje desgarrado, intenso, pero a la vez muy cálido; quizá se eche de menos una mayor participación suya en el metraje total. Sean Bean como siempre, magnífico, logrando transmitir a la perfección en dos escenas la esencia del dilema que se plantea en la película. Y otro destacable, para rematar, William Fichtner, quien creo que, con un argumento menos totémico en torno a Preston, también habría podido aportar mucho más a la cinta.

No obstante las pequeñas deficiencias a que he apuntado, creo que Equilibrium se merece un 10 por su originalidad, por su ritmo, por sus interpretaciones, y por la seriedad que subyace entre toda la amalgama de efectismo que conforma la cinta.

La reflexión planteada es realmente interesante. Sí, es una hipérbole, pero ¿acaso hay algo de malo en ello? ¿Acaso no les parecería exagerado pensar a los alemanes de principios del S. XX que iban a vivir años como los que sobrevinieron a causa del nazismo?

Dos consejos: véanla, y véanla en V.O.