Impresionante película/fábula/cuento, en definitiva maravilla, la que nos regala Visconti a todos aquellos que no nos imaginamos la vida sin este tipo de cine. Y ya no es solo una fotografía que te atrapa, ni un Mastroianni de otro planeta, ni unos planos capaces de definir la belleza, ni un guión más redondo que la luna, es que la película consigue tocar profundo a todo aquel que en algún momento dejó de creer en el amor,o en la felicidad. Esa felicidad que dura una vida o dura un instante. Noches blancas nos recuerda lo eterno de aquellos momentos efímeros que te marcan para siempre. Gracias Visconti.
Le pongo un diez porque no hay 11.

Es necesario ver esta película para comprender lo que hace sentir. Zhang Yimou consigue emocionar al más duro. Resulta muy dificil describir la secillez y la pureza del amor con la perfección con la que lo hace el director chino a través del rostro de una adorable Ziyi Zhang. Consigue arrancar lágrimas, pero unas lágrimas irremediablemente repetibles.

Aunque en ocasiones huela un poco a telefilme, merece la pena prestarle atención a esta cinta, que posee la capacidad de sorprender justo cuando no esperas mucho más de la trama. Con una original puesta en escena la directora consigue sacar provecho a un tema más que trillado.
Una película en la que casi todo encaja, incluso la protagonista, que con su pícara sonrisa al más puro estilo Amélie Poulain consigue recrear a la perfección el contradictorio papel de una psicópata de lo más dulce.

Desde el primer minuto conecté con la atmosfera dura y sombría en que se desarrolla la historia, y ya no pude salir de allí. Creo que resulta fundamental a la hora de ver la película, adentrarte en ella. Si lo haces te enamorarás profundamente de su tristeza, su soledad, su sencillez, de la música, de la sublime Sarah, del magistral Tim Robbins, del amor... de lo contrario tan solo puede parecerte una bonita historia, pero algo lenta.
Gracias a Isabel Coixet por crear semejante poesía de amor visual.

Amélie es mucho más que un bonito cuento. Amélie es ese mundo en el que todos desearíamos vivir.
Amélie es esa realidad donde los sentimientos más humanos se disfrazan de adorables personajes esperpénticos.
Amélie es ese deseo de repartir bondad que todos guardamos dentro, algo escondido.
Amélie son esos colores con los que quisiéramos pintar nuestra vida.
Amélie es amor multiplicado por mil.
Amélie es soñar, no dejar jamás de soñar, y creérselo.