Hacía años que no disfrutaba tanto con una serie, y más aún de ciencia ficción. Va de menos a más, a medida que avanza la historia.

Los Cylones (máquinas creadas por el hombre que se rebelaron contra él) se encargan de representar el papel de azote de la humanidad, que queda reducida a una diminuta y errante flota espacial de 50.000 personas sin mundo donde cobijarse, en huída constante ante la amenaza cylon y con la esperanza de hallar el primer hogar del hombre, la Tierra. Pero aquí se acaban los tópicos. El aspecto psicológico de los personajes juega un papel principal, sus preocupaciones, su ideología (política y religión están presentes en la trama), sus miedos, sus paranoias, todo tratado con una seriedad poco habitual. Así pues, el que busque alienígenas con 6 ojos y un arma desintegradora en la mano se equivoca de serie. Y tampoco hay épicas batallas espaciales a gran escala, a lo sumo algunas escaramuzas.

No entiendo cómo pudieron echar el cerrojazo a esta magnífica serie. Si alguien ha visto la película que continúa y al parecer concluye la historia, Serenity, debe saber que no le hace justicia a la serie. Lo más destacable de Firefly, más que la trama que desarrolla, son los personajes y en especial el capitán Reynolds, digno heredero de Han Solo. No hace alarde de grandes efectos especiales y todos los escenarios parecen muy "caseros", pero se le perdona por esa magnífica mezcla entre western, aventuras y ciencia ficción.

Es muy entretenida, épica por momentos, respeta el espíritu de la saga original, no tiene momentos de "vergüenza ajena" (ni siquiera en las escasas apariciones de Jar Jar Binks o Grievous), técnicamente muy cuidada (para ser una serie de TV), y va mejorando en cada capítulo. En definitiva, lo que debería haber sido el Episodio II.

Muy recomendable si eres fan de Star Wars y te llevaste una decepción con la nueva trilogía. Y si no lo eres, también.

La acción transcurre en una prisión de alta seguridad y el argumento gira en torno a un nuevo recluso que aparentemente es encarcelado por intentar robar un banco, aunque ya en el primer capítulo descubrimos su verdadera motivación y el plan que ha montado minuciosamente: huir con su hermano, que se encuentra en el "corredor de la muerte" de esa misma prisión y va a ser ejecutado en quince días. Ese factor tiempo y por supuesto el entorno carcelario dotan a "Prison Break" de una tensión y emoción a la altura de "24", diría yo, tal que te acabas enganchando irremediablemente a ella.

Vamos a ver hasta dónde son capaces de llegar los guionistas con esta prometedora fórmula y si como tantas otras no acaba muriendo de éxito por querer "estirarla" demasiado. Hasta ahora lo han bordado, con una final de temporada soberbio.

Comienza la película. Pasan los minutos. Acaba la pelí­cula. Nada. Pero nada de nada, no me ha transmitido ni una sensación, ni un mí­nimo interés en lo que pasaba, o en algún personaje, ni una puñetera sonrisa, que estando Bill Murray de por medio dice muy poco de un film que pretendía ser ¿comedia? Dos horas de encefalograma plano.