Una película para olvidar y de la que solo se salva algún actor secundario.

Alguien tuvo la genial idea de fusilar las buenas películas españolas de los últimos años enmarcadas en el cine negro, sustituir los actores, repetir las lluvias de la Galicia rural de una época, y... ¡ya tenemos película!

Resulta heroico llegar hasta el final. Aburre tanto la trama, que a mitad de la película, al espectador le da igual quien sea el malo, el asesino o el cuñado de la hermana del protagonista. Lo importante es que aparezca y acabe el tostón de película y dar paso a cualquier otra cosa más interesante.

No perder el tiempo es lo más recomendable.

Veinte minutos para plantearnos un dilema, y más de hora y media de "suspense" que no convence.

Copia literal del varias películas. "El sexto sentido", "Los otros". Un argumento psicológico que se resuelve en el desenlace. Gusten o no, ese es el esquema; y conseguir conquistar al espectador depende de la explicación final esté a la altura de la historia. Ambas convencen, o al menos a mí.

Y aquí nos encontramos con el mismo esquema y con el "olvido" de razonar la historia. Se le supone tan intelectual y con tan altas miras, que el espectador se debe "inventar" la razón de todo.

Cine para superdotados con mucha imaginación.

Un fiasco que intentan solventar con la presencia de grandes actores; pero no cuela....

A olvidar.

La historia es simple: asesino de élite que nos relata su quehacer con la misma frialdad que un maquillador de cadáveres.

Su día a día, aquí mato, aquí desaparezco, aquí hago mi tabla gimnástica; y desde el primer minuto se conoce al personaje, su actividad y su frialdad (evidente), y el espectador, atento, espera ese giro de guion que lo atrape, y no lo consigue, porque llega al final de las dos horas, y se queda a cuadros contemplando lo mismo que ha visto en los primeros minutos.

Aburre.

El cine está lleno de historias de asesinos profesionales, es un tema reiteradamente usado, y el director/productor se esfuerza en que olvidemos lo importante (los asesinados, los que encargan el asesinato, las circunstancias, los motivos y un largo etcétera) para darnos una visión supuestamente distinta de los asesinos de élite.

Nuestro asesino tiene más pasaportes que una baraja de cartas, más armas que un ejército de una república bananera, más dinero que un multimillonario de Forbes, más muertos a su espalda que el presidiario más condenado a muerte.

Y aquí nos llega la gran pregunta: ¿Por qué trabaja matando a otros? La respuesta es evidente: porque se aburre y tenía que rodar esta película.

Buena puesta en escena, buenas interpretaciones, fotografía muy cuidada, espectaculares escenarios, y todos los adjetivos que se quiera, salvo el anunciado: aburre.

Cine de autosatisfacción para su director/productor.

Hace tiempo que la comedia en estado puro languidece, casi siempre porque las nuevas aportaciones son copias de otras antiguas (a eso le llaman remake, yo le llamo copia).

Original en su máxima expresión. Alguien ha decidido contar historias absurdas, y al final de cada una, el espectador se puede puede formar una duda: "puede ser...". Historias del hoy, del siglo XXI, de esta época, de esta sociedad.

Nadie pretende hacer una obra maestra, la intención es mucho más sencilla: divertir y entretener. Y cada una deja un poso que el espectador recogerá para darle su perspectiva personal. Aplausos.

El elenco de actores es apabullante, y además, trabajan bien, cada uno deja su estilo y suma.

El argumento, no lo busquen, no es sustancial. Son historias para no contar.

No se la pierdan...

Arturo Pérez Reverte es uno de mis autores favoritos, y lo reconozco, esta no la he leído pero la acabo de comprar (la novela), porque dudo mucho que guion y novela converjan más allá de cuestiones genéricas.

Sacerdotes reconvertidos en gánster con pistola y hackers informáticos. ¿Son hackers con sotana? ¿Pistoleros con alzacuellos? ¿La curia vaticana es la mafia de El Padrino? Solo me queda claro que no son religiosos que rezan, ni se desviven por una misa, ni pretenden evangelizar Sevilla. Solo han omitido incluir a los sanfermines como en su día hizo Tom Cruise para endulzarnos a Sevilla. El resto, aviones privados, y tiros a mansalva es una perspectiva actualizada del típico Far West versus año 2022.

Los actores intentan hacer su trabajo, pero ni ellos se creen sus personajes, y la excusa de ser rodada en otro idioma, no cuela.

Nunca será recordada en la historia del cine, ni siquiera como hacer un sucedáneo malo.