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Críticas de Manu Álvarez
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Críticas 20
Críticas ordenadas por utilidad
5
7 de enero de 2012
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una boda de muerte es una road movie (podría encasillarse también como comedia ligera) que narra las andanzas de cuatro típicos jóvenes británicos en mitad de un evento social de la clase alta australiana.

Los guapísimos Xavier Samuel, en el papel de David, y Laura Brent, en el papel de Mia, se han conocido en una remota isla de Tuvalu, en la que creen haber encontrado a esa media naranja que todo el mundo busca en su periplo vital.

David, de nacionalidad británica, es huérfano y su única familia son sus tres amigos Tom (Kris Marshall), Graham (Kevin Bishop) y Luke (Tim Draxl). Son un grupo bastante cerrado y la noticia del inesperado compromiso de David con Mia no parece resultar del todo bien entre los afectados que, sin embargo, se disponen a acompañar a su amigo hasta Australia para asistir al enlace sin quejarse demasiado.

Mia es una guapa e inteligente joven, hija de un millonario senador australiano y con una madre y una hermana encantadoras (Olivia Newton-John y Rebel Wilson respectivamente). No lo sabe, pero su dictatorial padre le guarda una sorpresa 'muy especial' para el día de su boda.

Pues esta es más o menos la presentación de los personajes encargados de llevar el peso de esta cinta que trata, apenas de modo superficial, las diferencias culturales entre australianos y británicos; entre las clases bajas, medias y altas de ambos países; y entre un grupo de amigos que consiguen trasladar su relación hasta los límites más extremos del absurdo y la confianza.

La película es un cúmulo de despropósitos que en ocasiones arranca la carcajada del espectador aunque, en ocasiones también, despierta cierta angustia al comprobar que las cosas pueden empeorar una y otra vez a pesar del intento desesperado de los protagonistas por encauzar el rumbo de la acción.
Manu Álvarez
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8
19 de octubre de 2011
18 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vida está llena de momentos que pueden cambiar su rumbo para siempre. Otra Tierra, Premio Especial del Jurado en el Festival de Sundance y Premio a la Mejor Actriz para Brit Marling en el Festival de Cine Fantástico de Sitges, es una de las películas más originales de 2011.

Rhoda Williams (Brit Marling) interpreta a una brillante joven que acaba de ser admitida en un programa de astrofísica en el MIT de Boston. Su juventud, su belleza y su inteligencia la hacen sentir segura e inmune a los agujeros negros de la vida cotidiana. Por su parte John Borroughs (William Mapother) es un reputado compositor, catedrático en la Universidad de Yale, que ve cómo su vida ha desaparecido, precisamente, a través de un agujero negro escondido tras una luna de cristal en una apacible noche de verano.

Esa misma noche, mientras la radio hace pública la noticia de que un nuevo planeta azul es visible desde el nuestro, la vida de ambos dará un vuelco del que quizás nunca puedan recuperarse y que marcará sus destinos para siempre.

Otra Tierra es un drama que utiliza la ciencia ficción como trasfondo de una historia cargada de teorías filosóficas envueltas en física cuántica y caramelizadas con la dura experiencia de una tragedia real. Sin duda, cine fantástico llevado a las latitudes morales de cualquier vida cotidiana que nos hace pensar en lo delgada que es la línea que separa el éxito del fracaso.

Estupenda actuación de la joven Brit Marling, a quien no nos extrañaría nada ver entra las candidatas al Oscar el próximo mes de febrero. Y excelente trabajo del director; Mike Cahill ha sabido entretejer un filme cargado de sentimientos encontrados sin abusar del absorbente poder de la propia historia, narrada de una forma tremendamente original y poética, y que promete despertar la inspiración de muchos amantes del género.
Manu Álvarez
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6
6 de octubre de 2011
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cal Weaver (Steve Carell) y Emily Weaver (Julianne Moore) llevan casados 25 años y su matrimonio se ha visto abocado al aburrimiento e, irremediablemente, a su fin. Emily Weaver ha sido infiel y ha decidido poner fin a su duradera relación de manera unilateral.

Cal Weaver es, sin embargo, un estupendo padre, apasionado, que parece haber perdido muchas de las sensaciones de su juventud y no ve salidas factibles para su futuro si el amor de su vida no está a su lado.

Refugiado en un bar cualquiera, detrás de copas de vodka con zumo de arándanos, Cal conoce a un joven guapo, rico y mujeriego (Ryan Gosling) que muestra interés en su historia y decide ayudarle porque le recuerda a alguien de su pasado; seguramente a su propio padre.

A raíz de este encuentro fortuito, Cal experimenta un cambio radical que ejerce de hilo conductor de un filme lleno de buena gente y que, aún siguiendo la estructura típica de las comedias románticas modernas, no ha descuidado para nada el desarrollo de sus personajes. Sin ir más lejos, el hijo de la pareja protagonista, el pequeño Robbie (Jonah Bobo) de 13 años, es un personaje trazado de manera deliciosa e inteligente que actúa como motor motivacional del resto de personajes de la cinta. Robbie también está enamorado y, a pesar de su corta edad, quizás tenga una importante lección que enseñarle a los mayores.

En definitiva, una cinta cargada de gestos extremadamente románticos que no siempre acaban donde los protagonistas desean, pero que, sin duda, llegan al espectador por bonitos y por ocurrentes.
Manu Álvarez
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8
29 de marzo de 2012
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1997 se proyecta por primera vez en las salas del mundo Titanic, la película de James Cameron que narra la historia de amor entre Jack (Leo DiCaprio) y Rose (Kate Winslet) enmarcada en el fatídico viaje del trasatlántico más famoso de la historia; legendario por su desventurado hundimiento en aguas del Atlántico Norte.

Gran parte de la crítica mundial esperaba una película romanticona y mimada para la cual se habían utilizado medios y efectos sólo a la altura de los presupuestos más altos de la historia y, sin embargo, se encontraron con una de las mejores producciones cinematográficas jamás creadas y con una historia de amor perfectamente trazada, trabajada y creíble en un marco tan complicado como era el colapso de un coloso flotante.

Premiada hasta la saciedad, Titanic reunió en sus vitrinas nada menos que 11 Oscars, incluyendo mejor película, director, vestuario y sonido; 4 Globos de Oro a la mejor película dramática, director, bso y canción; 10 nominaciones a los premios BAFTA, incluyendo maquillaje, efectos visuales y montaje; y otros muchos premios internacionales.

Y es ahora, 15 años después de su estreno mundial, cuando Titanic vuelve a las salas de cine de todo el mundo, esta vez en 3D y, quizás, conmemorando los 100 años del hundimiento de ‘el buque de los sueños', como era conocido el barco en 1912.

El azar errante de Jack (DiCaprio) le ha llevado a bordo del Titanic, camino a América. Viaja en tercera clase, pero su azar bohemio le tiene preparado un encuentro casual con Rose (Kate Winslet), una joven vivaz y creativa que vive aprisionada tras los barrotes de la alta sociedad de principios del siglo XX, con los grilletes de su apellido, envuelta en una irrespirable atmósfera de superficialidad altivamente clasista.

Rose está predestinada a contraer matrimonio de conveniencia con Cal (Billy Zane), un millonario engreído a quien sólo interesa el status y los negocios. Pero la joven no está dispuesta a dejar que se extinga esa llama interior que la hace diferente de las demás chicas de su entorno y, dejando a un lado las diferencias sociales y las maquiavélicas trabas de su prometido y de su madre, Rose y Jack viven una preciosa historia de amor ‘condenada' a permanecer para siempre en sus corazones y en el de los espectadores.

Esta película no es recomendable: ¡es obligatoria
Manu Álvarez
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7
31 de enero de 2012
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Modesto (Raúl Arévalo) es un profesor de instituto con un terrible hándicap: tiene el don de ver a los muertos atrapados en nuestro mundo. Este pequeño inconveniente le ha costado una docena de trabajos y muchos ahorros invertidos en el psiquiatra.

Tina (Alexandra Jiménez) es la directora del Colegio Monforte. La pobre está atormentada porque en su colegio no dejan de suceder hechos paranormales que acaban con sus esperanzas de salir a flote y con la paciencia de todos y cada uno de los profesores que pasan por sus aulas.

En el colegio Monforte viven cinco fantasmas de cinco alumnos que murieron en la fiesta de graduación de 1986: Jorge (Jaime Olías) es el ligón guaperas típico de los 80'; Mariví (Andrea Duro) es una jove promiscua que en el momento de su muerte estaba embarazada de 7 meses; Pinfloy (Javier Bódalo) murió borracho y arrastra una borrachera de 20 años; Ángela (Anna Castillo) era, cuando estaba viva, la típica empollona de clase; y Dani (Álex Maruny) el malo malote del grupo pero que en el fondo tiene muy buen corazón.

Estos simpáticos fantasmas no lo saben, pero necesitan ayuda para escapar de este mundo y el único ser capacitado para dársela es el profesor Modesto, que invertirá todos sus esfuerzos en ganarse la confianza de sus nuevos alumnos para que superen sus asignaturas pendientes antes de marcharse.

Pero debe darse prisa, porque el presidente de la asociación de alumnos, Carlos Areces en el papel de José María Otegui, anda detrás de la directora de manera inquisitorial y amenaza con echarle a la consejera de educación encima si no soluciona los problemas extraescolares.

De modo que la trama, divertidísima desde el primer minuto, nos conduce a un entendimiento necesario y mutuo entre Modesto y Tina en su lucha personal por superar sus miedos personales y devolverle al Monforte la alegría de antaño.

Pero los fantasmas no son dóciles y costará meterlos en vereda más de lo que parecía; lo que nos conduce a infinidad de escenas que bordean continuamente el absurdo más hilarante e irreverente que desembocan generalmente en carcajada general.

Una mención especial merecen Joaquín Reyes en el papel de psiquiatra hijo y Luis Varela en el de difunto psiquiatra padre. Entre ambos y junto a Arévalo construyen algunas de las escenas más divertidas de la película.

Una de las mejores comedias españolas de los últimos tiempos, bien producida y bien dirigida por Javier Ruíz (que también triunfó con Spanish Movie) y que recuerda a grandes producciones de los 80' como Los Goonies (Steven Spielberg) o Regreso al Futuro (Robert Zemeckis).

En palabras de su protagonista Raúl Arévalo "Promoción Fantasma es una de esas películas que te encuentras en la tele el domingo por la tarde y la dejas puesta, porque cada vez que la ves te ríes y encuentras detalles nuevos".
Manu Álvarez
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