Salem narra una historia buena pero no espectacular. Ciertos rituales son ridículamente complicados, fantaseosos y desagradables. Lo único que puedo glorificar de la serie es la actuación de Janet Montgomery que con sus ojos nos dice TODO. En un segundo, sus microexpresiones pasan de mostrarla fría y calculadora a empaparla de nostalgia y remembranzas de su amorío con John Alden. En mi opinión, esa mujer se merece todos los premios a mejor actriz habidos y por haber. Sin ella Salem no es nada.

Desde que empieza hasta que termina el director juega con tu mente hasta llevarte al borde de la locura. Miles de teorías van a navegar por tu consciente buscando calmar la aflicción de una mente ansiosa por entender. Yo no dejo de recomendarla.

Esta serie tiene mucho para ofrecerle al público adolescente que sin embargo nunca se queda saciado. Tal vez ni los niños ni los adultos puedan entender por qué nos gusta tanto esta serie y es porque justamente esta dirigida únicamente a los jóvenes. Me enamoré de todos y cada uno de los personajes con sus singulares historias de vida (en ocasiones un tanto exageradas pero factibles)
Cuando vi el primer capítulo no pude parar hasta haber visto la temporada entera: TOTALMENTE ATRAPANTE.
La recomiendo una y mil veces.