"Si me das a elegir entre tú y la gloria..." reza una de las canciones de Los Chunguitos que más suena en el film de Saura. Y no es más ni menos que con "la gloria" con lo que sueñan los protagonistas de una película que, si te descuidas, deja de serlo en ciertos momentos. Yo también me veo allí, en un descampado de Vallecas, celebrando con una papela la transición; la política y la personal.
Saura baja a los infiernos para rescatar a una pandilla de ex-adolescentes que está en la obligación de madurar a pasos agigantados. Borrachos de gloria, de ilusión y de la picardía más inocente, entablan una guerra contra sí mismos dentro de cualquier coche robado. Y cuanto más luchan, más pierden. Y cuanto más crecen sus ganas de vivir, más se van apagando sus corazones de barrio.
"Si me das a elegir entre tú la gloria... me quedo contigo".

Aunque sobrevalorada, París siempre será el Punto de Encuentro. Para los altos, para los bajos, para los negros, para los blancos, para los ricos, para los pobres, para los que sueñan, para los que sobreviven...
Cortometrajes que fusionados, podrían ser uno sólo. La Nouvelle Vague recoge la esencia parisina y la embotella en pequeños frascos situados en el corazón de los barrios más emblemáticos de la ciudad del amor. De Montparnasse à Faubourg Saint Denis pasando por Étoile o La Muette, me quedo con Jean Rouch y su Gare du Nord, llena de trenes que pasan sólo una vez, de viajes sin retorno a la injusticia...
París vu par cuenta historias costumbristas, llenas de primeros planos y de travellings, muestra miradas, gestos y sonidos que todos reconocemos. Habla de un París cercano pero a la vez aisaldo del resto del mundo. París es una isla en medio de un salvaje continente, un microcosmos de inmundicia, desigualdad, altivismo y cierta entrañabilidad.

Kalkbrenner, reconocido dj internacional y afincado en Berlín, la capital de la electrónica, irrumpe en la escena audiovisual con un largometraje dirigido por su compatriota Hannes Stöhr. Nada tiene que envidiar la banda sonora de este film, orquestada íntegramente por su protagonista, al gran London Calling de The Clash. Paul Kalkbrenner encarna e Dj Ickarus, que haciendo gala de la esquizofrenia más abrupta, utiliza sus momentos de no-lucidez para empaparse de sensaciones horripilantes que le inspirarán para crear unos ritmos que, como mínimo, atraparán a quién los escuche hasta sumirle en las entrañas de una noche de locura, tetas, techno y trompetas.

¿Por qué existen personas como Frank?

Detrás de los tulipanes amarillos, las amapolas rojas, el césped verde y las vallas blancas que todo lo cercan, hay un universo oscuro, violento y que huele a budweiser. Hay masoquismo y sumisión, y el salón de tu casa podría ser el hall de un bar de carretera, y una pequeña ventana escondida tras unas gruesas cortinas hechas de bluuueeee velveet...

Gracias Lynch, hay esperanza!