Cuando uno se dispone a ver el Circo de las mariposas ha de hacerlo sin prejuicio alguno. Me abstendré de hacer valoraciones técnicas de este corto, se me escapan, y además, no creo que sean primordiales.

No se quién es Nick Vucijic y me da igual lo que haga en su vida diaria; si los actores que nos gustan tuvieran que ser ejemplos en vida, mal camino llevaríamos.

Lo unico que siento es que tras ver este circo de la esperanza he acabado con una sonrisa.
No es un filme de trama compleja, ni mucho menos, ni tampoco se anda por las ramas . Para mi son veinte minutos de belleza, una historia simple que nos hace reavivar los sentimientos más básicos y primarios que tenemos.

Hoy en día sonreir, irse feliz a la cama, con una buena sensación, es un plato de alto coste que muy pocas veces podemos degustar. Y aquí podemos conseguirlo.

Esta película no será recordada ni por su calidad, ni por su ritmo, ni siquiera por unos diálogos interesantes. Estoy de acuerdo.

Dicho esto he de decir que me pareció interesante más en su fondo en su forma.

Son un grupo de colegas que viven en la ciudad, pero desmarcándose de esa visión marginal que tantos directores tienen sobre drogas y barrios bajos. Estos son chicos "normales", con un día a día algo insulso, que intentan evadirse de la rutina experimentando con drogas y sexo cuando pueden.

Creo que sirvió a más de uno de la época para tomar conciencia de la situación que les ocurría sabado tras sabado, o al menos de saber que se traían entre manos.

Recomendable si eres joven y tienes una mente abierta.

Joder!!

No me esperaba una historia así ni de lejos.

Kate Winslet, recordada por la hipercomercial "Titanic", y Jim Carrey, actor dedicado casi exclusivamente al humor barato( lo que no quiere decir que sea malo ni aburrido) son capaces de darle forma a una historia enrevesada, surrealista y magistralmente dirigida.

El romanticismo del siglo 21. Vivo, saliendo de cualquier canon establecido, divertido, sorprendente...

Un inesperado regalo de este género tan estancado en la rutina.

Bravo Gondry!

Y estamos en el siglo 21.

En el horizonte el advenimiento maya, la enésima evolución del ser humano y un mundo dominado por la tecnología de vanguardia hasta limites inimaginables aunque hace varios siglos sospechados.

Pues bien, en estos días de confusión y rosas aparece una película que nos descuadra, que nos saca de la monotonía que la mayoría de los directores de cine proyectan ante nuestros ojos.

Solo dos personajes, (y qué personajes) transforman 110 minutos de cine en un placer para los sentidos. Convierten la a priori dramática historia de un parapléjico en una comedia que raya a gran altura, y junto a su cuidador, logran escenas entrañables que aparecen cada mil películas visionadas.

Es la demostración empírica de que la amistad no entiende de clases sociales. Sólo de naturalidad, de amor, de lucha y de sonrisas.

Este filme es un regreso a lo primario, a aquello que intentamos volver una y otra vez cuando nos desviamos del camino.

Imprescindible.

Si puntúo tan alto esta película es porque logró remover una parte en mi interior que desconocía.

Una de las enfermedades que dominarán las mentes del siglo XXI se va apoderando de uno de los mejores economistas del siglo XX. Resultado:

Un filme ágil, con ritmo en todo momento, en el que se muestra la lucha que tiene un soberbio Crowe contra sus fantasmas. Si además cuentas con unos secundarios como Connelly( quizá su mejor interpretación junto a Réquiem por un Sueño) y un implacable Ed Harris, tienes todos los ingredientes para realizar un buen guiso.

Ron Howard buscó desde el primer momento emocionar y enganchar al espectador con una historia atípica y fluida, llevada en volandas por una acertadísima banda sonora y culminada con unas magistrales interpretaciones.

No es una obra maestra, pero este film me tocó la fibra.