Inquietante, sorpresiva y tal real que hay momentos en los que verdaderamente asusta. Si miras más allá no dejarás de encontrar detalles de la trama que hace que todo cobre aún más sentido y te continúe atrapando aún fuera de la sala.
Fantásticos los dos protagonistas, convencen en todo momento y no dejan indiferente a nadie.
La fotografía, muy cuidada siempre con nada fuera de sitio: los colores, la iluminación... muy bien.
En resumen, una pequeña joya del cine español. Elegante y sutil. Más así hacen falta.

Que alguien me explique exactamente qué es esta película, por favor.

Quiás se puede considerar un thriller con buenas interpretaciones por parte de los actores y una trama fresca (que ya hacía falta, la verdad).

Pero ¿ y el resto? ¿y lo psicológico? He terminado la película con la misma sensación que tenía en el segundo cero: ninguna.

No es terror (como apuntan algunas webs), no estremece y tampoco es súper entretenida.

¿Quieres un thriller psicológico? Tienes Shutter Island o Confessions.
¿Quieres entretenimiento? Tienes Attack the Block.

Esto es un quiero y no puedo. Ni fú ni fá.

Definámosla en una palabra: peliculón.

Durante los primeros minutos da la sensación de que estas ante la típica comedia americana. Pero, según va pasando el largometraje te vas dando cuenta de que hay más.
Hay una historia, hay unas interpretaciones magistrales y hay un guión que no defrauda ni decae.

Es sorprendente, es inquietante hasta tal punto en el que estarás con los ojos como platos delante de la pantalla deseando que, por favor, no se acabe.

¿Necesitas más datos para invertir 2 horas de tu vida en esta película?

¡Que viva el cine!

125 minutos de puro espectáculo cinematográfico.

Un guión efectivo, sencillo y contundente. Los fotogramas fluyen de la pantalla a tu retina creando una sensación que casi ninguna (por no decir ninguna) película ha conseguido. Los efectos especiales son alucinantes y tan perfectamente integrados que prácticamente no logras delimitar dónde termina la realidad y empiezan los gráficos por ordenador. Desde 'luces marinas' hasta momentos de una sensación 3D increíble, incluso sin gafas.
Cada escena, cada minuto impide que puedas despegar los ojos de la pantalla. Sufrirás, te agarrarás a la butaca con todas tus fuerzas, te asombrarás, sonreirás y, si tu sensibilidad está presente, puede que te caiga alguna lagrimita.

Mágica, bella, cautivadora, delicada, conmovedora.

Difícilmente olvidable. Sencillamente perfecta.

¿Ves el cartel? Pues eso es 'Silent Hill'.
Me explico:

La primera media hora/tres cuartos no está nada mal. Nos encontramos con una buena historia y mucho misterio detrás.
Pero después... ¡Ay después! El guión comienza a volverse absurdo y mareante hasta el punto de decir desde el sofá: "¡Venga ya!".

Eso sí, no se puede negar que la fotografía es de lo mejor de la película. El escenario del pueblo con la niebla llega a ponerte los pelos de punta.

Pero no te emociones, porque NO HAY MÁS. La segunda parte de la película es tan delirante(en el mal sentido) que estarás deseando que se termine.

Aún así, sí, es medianamente entretenida y con algún susto eficaz.

El principio salva la película: un 6.