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España España · Sevilla
Críticas de Montero
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
5
1 de noviembre de 2022
236 de 328 usuarios han encontrado esta crítica útil
Erich María Remarque, autor del libro, refleja en su novela parte de sus experiencias como combatiente en la IGM. Su obra se convirtió en un éxito internacional. Posteriormente, el movimiento pacifista y antibélico adoptó su obra como un indispensable referente cultural. Cuando le preguntaron al autor si su intención al escribir la obra era concienciar y participar del movimiento pacifista, respondió que no, que simplemente quería reflejar su experiencia en la guerra.

Ser capaz de diferenciar la propaganda pacifista de un simple relato bélico es la clave para entender la obra originaria. La diferencia es sutil pero fundamental. En el primero hay una clara intención moralizante, en el segundo simplemente se está contando un relato siendo fiel a la realidad.

El libro de "Sin novedad en el frente" es bastante corto, nada desagradable de leer y bastante neutral en su forma de narrar. La película, en cambio, es larga, desagradable de ver por su excesiva recreación en la violencia y con una clara intención moralizante a base de desagradar y maltratar la sensibilidad del espectador. Y es precisamente esta evidente carga moralista la que la hace mucho más simplona, superficial y efectivista de lo que realmente es el libro.
Cuando uno lee el libro, pasa a formar parte de un grupo de amigos que sólo quieren sobrevivir, que nada entienden de política y que no tienen contacto alguno con las clases dirigentes. El libro no busca mostrar la barberie al lector recreándose en la sangre y en muertes grotescas, simplemente te cuenta la historias de los personajes y inevitablemente te encariñas con ellos.

El instinto de supervivencia provoca que los personajes hagan cosas poco heróicas pero que el lector entiende como normales dadas las circunstancias. Y es en estos pequeños detalles, y no en la sangre y en las mutilaciones, en donde el lector va participando de la degradación de la guerra. Por ejemplo, no importa celebrar la muerte de un compañero porque eso significa que puedes quedarte con sus botas. Nada importa que los novatos mueran en su primera noche en el frente, pues son imbéciles. Tampoco si te comes un ganso a escondidas mientras a tu alrededor se están muriendo de hambre. Tampoco serle infiel a tu mujer con una francesa a cambio de un trozo de pan. Tampoco desobedecer a superiores si ello implica sobrevivir.

El libro no tiene esa intención efectivista que la película sí. Y precisamente en esa sutilidad, donde se hace más partícipe al lector. No en las explosiones, la sangre y lo gore, sino en la insensibilización al horror de los personajes, en su humor negro y su justificado egoísmo. La película es simple y fácil, 2h y 30' de "mira qué mala es la guerra". El libro es más complejo, participas de la deshumanización de los personajes que nada tiene que ver con la maldad humana y que es la simple consecuencia de los horrores de la guerra. Eso y simplemente eso es lo que transmite el libro, la deshumanización del individuo en la guerra.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Montero
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8
17 de septiembre de 2011
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si vienes a ver una historia entretenida, esta no es tu película. Como digo en el título, esta película ofrece las diferentes formas de ver la vida. Como dice en el principio, puedes apostar por lo divino, o puedes vivir de forma natural, sin Dios. Esto es a lo que se enfrenta nuestro protagonista, empieza a crecer y tiene que elegir, y esta influido por estas dos formas de pensamiento encarnadas en su padre (cree que es dueño de su propio destino) y su madre (cree en Dios, el amor y el perdón). La película se centra tanto en la elección de una de las formas de pensamiento del pequeño, como en la forma de mantener el pensamiento de los padres.
Todo ello influido por diferentes situaciones como el trabajo, el cariño, las perdidas de los seres queridos... Situaciones que cambian la opinión y produce preguntas dirigidas a Dios.
Es normal que uno se pierda en algunos momentos de la película, en mi opinión es bastante simbólica, pero con sentido, para intentar facilitarte el entendimiento de la película, te diré que todo lo que veas después de cada pregunta a Dios, es para justificar el porqué formula esa pregunta. El diálogo con Dios es la base, y si nunca has tenido diálogos con él, no vas a ver ningún momento de lógica.
Montero
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7
29 de enero de 2012
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pensé que iba a ser una película sin gancho, que una dirección polaca iba a dejarme frío, pero me he equivocado.
Una película humilde, sin escenas llamativas por su poderío, pero que consigue meterte de lleno en la sociedad polaca del momento, un contenido que hace disfrutar y sufrir con cada escena, compartir la carga que Popieluszko lleva con tantísima humildad.
Y lo mejor de todo, que es una historia real, lo que hace que la película se viva con una intensidad que a nadie podrá dejar indiferente.
Montero
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8
26 de julio de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sé que es políticamente incorrecto valorar positivamente a un director con éxito en la industria cinematográfica, pero estoy mayor para permitir que los clichés coarten mi libertad.
En Dunkerque esperaba encontrarme un Christopher Nolan en la línea de sus anteriores películas. En su filmografía he encontrado películas con una trama enormemente completa y expuestas de manera sublime (Memento y Origen). En el Caballero Oscuro un apoteósico Heath Ledger haciendo del Jóker, para mí el villano con más fuerza del cine por su crítica a la moral. Y en contraposición un Batman que no sólo está a la altura de su crítica sino que la asume y la supera con creces.
Después Interstellar, un proyecto tan ambicioso como espectacular, donde la amplitud de miras del director no encuentran techo en la profundidad del universo.
El entretenimiento en su máximo exponente y el guión habían sido para mí las bazas del cine de Nolan. Lo que no esperaba era que la emoción fuese el plato fuerte de su nueva obra.
Dunkerque es una cinta que muestra simultáneamente lo mejor y lo peor de la condición humana. El filme de Nolan te pellizca el corazón desde los primeros segundos y no te suelta hasta los créditos del final.
Una película sin apenas guión, sin apenas mensaje, sin propuestas extravagantes y complejas, una sencilla historia narrada de tal modo que se convierte en un bombardeo de emociones que hacen del cine bélico algo hermoso.
Creo que no hay que discutir el sentido de la trama, del guión, de la crítica que encierra, tan sólo te pediría que te acercaras a disfrutar del emotivo filme de un sencillo, elegante, versátil y genial Christopher Nolan.
Montero
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7
24 de diciembre de 2021
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante que es una película que merece la pena sentarse a ver. Rodeado de tanto cine insustancial, la película es capaz de generar en el espectador la expectativa de que está ante cine serio, ante una cinta que tiene algo que decir. No obstante, las expectativas no terminan cumpliéndose.

A mi juicio, la película consta de dos partes claramente diferenciadas; la primera y la segunda; el planteamiento y el desenlace, la buena y la defraudante.

En la primera parte, Ridley Scott nos plantea el argumento, un mismo suceso vivido desde la perspectiva de tres personajes diferentes. Una violación desde los ojos del esposo, desde los de la mujer violada y desde los del supuesto violador. Para ello, la cinta se divide en tres capítulos, uno por cada punto de vista. Simple pero original.

Al principio parece que el director va a plantear una tesis relativista, donde la verdad objetiva no existe y cada persona tiene su propia, individual y subjetiva verdad. Grata sorpresa al ver que no, la película sostiene que existe una verdad objetiva e independiente al sujeto, pero que es percibida desde la subjetividad. Y es entonces, cuando la subjetividad la percibe, cuando puede interpretarla, sesgarla o darle importancia a aquella parte de la realidad que le interesa o ve más. Y este es el gran problema de la verdad, que nuestras visiones de ella son siempre parciales y segadas. Scott sitúa al espectador en una reflexión en torno a la dificultad que existe para percibir la realidad en su plenitud, haciéndote participe de la ambigüedad de lo real, viendo cómo cada personaje interpretó la realidad de un modo que tenía sentido pero que, a pesar de todo, no era una visión completa del suceso. De fondo, la delgada, ambigua y contradictoria línea entre una atracción sexual que existe y es correspondida, pero que no busca ser consumada.

La segunda parte, a mi juicio, termina siendo un bluff. Se abandona la reflexión sobre la verdad para dar paso a proclamas sociales. Lo que parecía ser una reflexión en torno a la complejidad de lo real, termina siendo una película épica medieval con tintes feministas, donde el enemigo es la sociedad patriarcal en su conjunto. La película gira y lleva al espectador a vivir la situación que experimenta una mujer inocente en mitad de una sociedad injusta. La mujer es víctima de una violación, y nadie la cree. El hombre ha aprovechado la ambigüedad de la realidad en perjuicio de la mujer.
Recuerda esta segunda parte demasiado al movimiento Metoo, al "no estás sola", al "No es no", al "Yo te creo hermana" y al "sólo sí es sí". Quizás si esta película se hubiese hecho hace 25 años, diría que es genial. Pero como está hecha en 2021, donde este tema está tan manido, usado y repetido hasta la saciedad, pues no puedo más que sentirme defraudado. La película, que tan alto había apuntado en su primera parte, termina por convertirse en aquello que los Oscars quieren, una cinta con innumerables estándares de diversidad. Y es así como una película que podía decir tantas cosas, termina por no decir nada que no sepamos ya.

En lo que a ritmo se refiere, la película no pierde fuelle. La escena del duelo es apoteósica, vertiginosa, seguro merecerá alguna que otra estatuilla, pero yo no puedo evitar pensar en lo que la película pudo ser y no ha sido al final.

PD: Destacar también los clichés y estereotipos que aparecen constantemente; los reyes son peleles; los señores, tiranos. La iglesia, inquisitora y los súbditos, seres inmaculados. Estereotipos que funcionan para la actividad intelectual simple, pero que a algunos, como bien dice la primera parte de la película, nos parece una visión de la realidad demasiado simplificada.
Montero
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