Eso es precisamente lo que han debido de hacer con esta película y desde luego, es lo que voy a hacer yo ahora mismo, para que los filmaníacos que así lo consideren, no me tengan que seguir leyendo:

Esta película no merecía ganar el Óscar.

El Óscar a mejor película, claro está, porque los otros dos se los tiene bien merecidos. Como decía, he empezado por la conclusión para construír mi argumento desde el final. Esta película no merece ganar el Óscar, primero porque tenía un rival que se lo merecía muchísimo más. Yo no digo que LaLaLand sea el peliculón del que todo el mundo habla, pero la realidad es que hacer un musical es dificilísimo. Es difícil de componer, de dirigir, de interpretar, de realizar, de coordinar... etc. Por eso se hacen tan pocos musicales (Chazelle dixit).

Por otra parte, Moonlight no es tan buena. Ni muchísimo menos. La unión coordinada de todas esas desgracias juntas en una sola personita, hace pensar que estás viendo una de esas telenovelas en las que se conjuraban todos los hechos más macabros y delictivos que sólo una mente maquiavélica y enfermiza podría vislumbrar. En definitiva: Es una fantasmada. Eso es precisamente lo que la hace una película mediocre: centrar tu foco de atención en tantos sentimientos negativos a la vez hace que el vector emocional resultante sea igual a 0.

He de reconocer que el comienzo de esta película es fantástico, pero a veces lo importante no es como se empieza, sino como se acaba. A partir de la primera parte, no hay por donde cogerla, llegando a desespertarte por momentos. El "pinchazo" se muestra en su apogeo al final de la película, en el que te das cuenta que te deberías de haber marchado de la sala de cine en el minuto 32.

En definitiva y volviendo al principio (o al final, depende de como se mire) de esta crítica: El buenísmo que Hollywood ha exhibido este año se salda dos víctimas muy claras. La primera, la pobre Toni Erdmann (que en paz descanse) ha sido borrada del mapa debido a las medidas anti-islamistas de D. Trump. La segunda, LaLaLand, mutilada por los Óscars so white y abochornada publicamente por el "error" en la entrega del Óscar (que obviamente estaba preparado, ensayado y llevado a la práctica con poco éxito, esa si que no es una actuación digna de Óscar). Y para acabar: Moonlight no es una mala película, pero no se merecía el Óscar.

Debería de titularse: "Todos los hombres del presidente 2".

Está más inflada que un dirigible por tratar un tema muy delicado desde el punto de vista periodístico, dejando las víctimas y el sufrimiento humano de lado para convertirse en una película enferma de compadreo profesional. Todos los críticos la ponen por las nubes porque es eso, simplemente cerca de dos horas de investigación, papeles y cafés en un periódico local.

Si quisiera una clase magistral de periodísmo, me habría ido a la facultad y de paso me ahorraba las palomitas.

Sí. Me gusta el cine de Lynch. O al menos casi todo el cine de Lynch, porque acabo de ver "Inland Empire" y me ha parecido una ofensa al buen gusto y sobre todo, un insulto a los espectadores que son capaces de aguantar tres horas de insufrible tormento (En serio, tres horas, a lo mejor se pensaba que estaba rodando "Lo que el viento se llevó").

He visto "Carretera perdida", "Blue velvet" y "Mulholland Drive", el trío de ases de Lynch. Pensé en dejarlo ahí y no aventurarme más en la pervertida mente de este señor, pero me arriesgué y me dispuse a ver "Inland Empire" con la mejor de las opiniones y total disposición. Mi sorpresa vino al final del primer tercio de la película, cuando se abandona la poca coherencia que había en todo el tiempo transcurrido de película y se comienzan a unir escenas e imagenes inconexas, que por mucho que he buscado en internet, leído críticas e intentado enlazar, no he sido capaz de construir más que un ligero puzzle que sólo es capaz de explicar veinte minutos de película.

Comparto la idea de que no todo tiene que ser fácil de entender. De hecho, me apasionan los retos y me dan mucha pereza las películas que te dan todo en bandeja. Pero lo de "Inland Empire" ha sido demasiado incluso para mi. Una cosa es hacer una pelicula difícil y otra escudarse bajo la denominación "Surrealista" para abortar un pseudoexperimento audiovisual repugnante.

Imposible separar esta película de su protagonista que aunque lleve poco tiempo en cartelera ya pertenece al imaginario colectivo. Le pasa algo así como a Julianne Moore en "Still Alice" y es que hay grandes peliculas hechas para grandes actores.

Por otra parte, tampoco se puede entender sin el maravilloso trabajo fotográfico que la elevan a un ejercicio artístico difícil de superar. Demasiado larga para mi gusto y quizás una historia un poco pobre serían las únicas pegas que le pondría. Desde luego, yo no la recordaré por su guión, pero sí por su belleza.

O tal vez sí. Depende de lo que estemos hablando. Si nos referimos a una buena película, pues no, no la ha vuelto a hacer. De hecho, estoy escribiendo esta crítica dos días después de haberla visto y se me ha olvidado el 80% del argumento, que por cierto es muy rancio. Lo peor es que la culpa no es solo de Steven, sino de muchos directores estadounidenses comerciales que tienen la manía de intentar dejar a su país como el mejor del mundo. Pero es que Spielberg ya es reincidente, porque en "Lincoln" lo hizo. Aunque esta vez mucho más cantoso, plena guerra fría y claro, entramos en el juego de "URSS mala" y "USA buenos". En fin, que yo no veo por donde cogerla, pero por decir algo bueno de esta película: Tom Hanks.