La excelente actuación de Phoenix, caracterizando de forma sublime un personaje enigmático, atormentado y sombrío no está acompañada de un guión con exceso de simbolismos y momentos pretenciosos, que me llevan a pensar que lo que podía haber sido una buena película se ha quedado en una muestra, francamente mejorable, de cine de autor.

Si una película es muy buena y no ha perdido credibilidad ni viveza a lo largo de los años..., ¿para qué narices hacer una nueva versión que, de entrada, ya no va a superar al original?. Pues bien, en el mejor de los casos, como le pasa a esta nueva versión de Perros de Paja, es que no aporta nada nuevo. Ha actualizado las escenas de violencia, añadiendo algunas que están acordes con el cine de ultraviolencia actual...y ha perdido el sentido de la película, que reside no sólo en el miedo físico, sino sobretodo en el miedo psicológico, y en la afectación a la propia dignidad humana. En efecto, el film original transmitía esa vulnerabilidad de los derechos humanos, esa indefensión, que en el fondo nos afecta más cuanto más sólos estemos, y más renunciemos al ser humano social, lo que nos lleva al irraciocinio y al más puro instintivismo salvaje. La versión de Rod Lurie se queda en la forma pero no entra en el fondo.

Solo Spielberg puede hacer que una película solemnemente aburrida con un argumento tan plano se convierta en una sólida candidatura a los Óscar. La única baza con la que juega la película es aquello tan manido de "el cine dentro del cine". En fin, buenas actuaciones, buena dirección para un tostón mayúsculo, de un director que dentro de su brillante carrera se puede permitir estas licencias autobiográficas.

Ya es una realidad: Shyamalan ha dirigido más películas malas que interesantes. Con After Earth ha dejado de ser una referencia atrayente en los estrenos de cartelera. No puedo decir lo mismo de Will Smith, cuya mera presencia predispone al espectador al entretenimiento, aunque en el caso de este estreno, no sea así. Will Smith tiene dos registros: en uno de ellos se muestra totalmente inexpresivo y aburrido: es el caso de After Earth. El protagonismo de Jaden es insuficiente para levantar una película en la que el único atractivo es la fotografía de una naturaleza recuperada gracias a la ausencia del animal más destructivo: obviamente el hombre.

Una de los mejores estrenos del año. Mantiene la tensión propia de un buen thriller, dentro de una situación dramática para todos los personajes, en los que se combina el delirio psicológico de cada uno de ellos, y un cierto toque de cine social (recurrente en Almodovar) que se desprende de la diversa manera de vivir la sexualidad de cada uno de sus personajes. Sencillamente, me parece una combinación genial sólo al alcance de unos pocos directores en el mundo entre los que están Almodovar y Joel Coen. Las interpretaciones tanto de los protagonistas como de los secundarios son impecables. Marisa Paredes, inconmensurable; Banderas, en un papel que le va como anillo al dedo, en el que puede expresar (y contener) su tendencia al histrionismo; Anaya que va creciendo como actriz, y un Jan Cornet con menos minutos de lo que me hubiera gustado. Las escenas en las que Álamo aparece (enfundado en el disfraz) son de lo más divertidas, por grotescas, de los últimos años. Excelente película.