La película es en exceso didáctica y subjetiva, pero es una buena oportunidad para el conocimiento de la relación entre Cuba y Canarias. Los parecidos entre los isleños de los dos sitios hicieron posible numerosas historias de acoplamiento de los soldados a la fuerza y de los colonos canarios con las ansias de independencia cubanas. Es pura historia

Es una excelente oportunidad para ver una película que hace reír "en serio" y para apreciar el talento de uno de los actores más injustamente tratados, aunque en teatro sí se le valoró lo justo: Tom Georgeson.
Un Pez llamado Wanda es, además, una película histórica: fue famoso el fallecimiento en 1989 del otorrinolaringólogo danés Ole Bentzen que, visionándola, le dio un ataque de risa que impulsó su corazón a un ritmo de 250 a 500 latidos por minuto, antes de que sufriera un infarto cardíaco que le causó la muerte.

No sirve La Caja para representar ninguna actitud novedosa en el cine canario. Acopla algunas escenas de escaso aporte artístico, como la del corte de la lengua (exagerada y desagradable) o la masturbación. En general, un producto más para conseguir suculentas subvenciones de dinero público sin importar el resultado.