Incomprensiblemente desconocida obra, que hurga en el olvido y en los recuerdos de sus protagonistas, desarrollando en la trama una caricia en lo mas hondo de nuestra alma. Con magia pero sin demasiados trucos; afianzada por el poderío de las tres interpretaciones masculinas (Landa, Manfredi y jose luis Gómez en su brevísima aparición), la siempre hipnotizante música de Morricone, la belleza de una Granada fría y distante, junto a una dirección, fotografía y montaje de una sutileza conmovedora.

El film fue premiado en el festival de Moscú con el premio del publico, el San Jorge de oro y premio vogue al mejor vestuario. También fue premiado al mejor director en el festival latino de Los Angeles.

Lo importante de la película no es Lorca sino el bello viaje hacia su descubrimiento.

Ingeniosa metáfora que entremezcla los remordimientos del pastor (Landa), la falta de escrúpulos de una oportunista (Kti Manver), la melancolía de un trasnochado artista (José luis Gómez) y admirador de Lorca; y un hombre-sombra ( Manfredi) que perdió la memoria y la razón al igual que, una España rota que al mismo tiempo perdía aun gran poeta y nunca le encontró.
Moraleja; el mas insignificante hombre puede albergar en su interior al mas grande, aunque ni el mismo lo recuerde.

Fría, a veces distante, intrigante por supuesto, minuciosa. Enarbola lo mejor del cine de espías más clásico. De personajes complejos; con sus secretos, amores, pasiones y sus miedos en un mundo cambiante. De ritmo pausado como manda el canon, nos va desojando la trama que cuando más te enseña y más comprendes, más compleja se vuelve.
Praga, 1990, el régimen comunista de Europa del Este se está muriendo y diversos servicios secretos van moviendo piezas y eliminando otras.
Como tu vino, cerveza, refresco o comida preferida de la que paladeas lentamente abriendo tus sentidos, saboreala, encuentra los matices, la disfrutarás.
Otro acierto de HBO