Rimbonbante, grandilocuente, vacía, innecesariamente compleja, una tortura de tres horas que, muy a mi pesar (de verdad quería que me gustara), me ha resultado insoportable por:

- Innumerables personajes sin desarrollar, Nolan pensará que todos nos hemos leído la vida de Oppenheimer y sabemos de quién habla. A los 45 minutos de película me da igual que digan Alfred, John, Peter o gramenouer, todos me dan igual porque ninguno está desarrollado.

- Incapacidad de ubicar al espectador. El director ha pensado que trocear la historia en mil fragmentos que transcurren en saltos temporales en una habitación, un juicio o el campamemto base de los Álamos (que a su vez tiene otro porrón de localizaciones), debe ayudar a comprender lo que sea que quiera contar.

- Como Nolan duda de que el espectador se esté enterando bien, mete para los despistado una música grandilocuente que de alguna manera te dice: Cuidado chaval, esto es importante!! En realidad hace tiempo que ni con la sinfónica de Los Ángeles te conseguirías ubicar.

- Montaje infame con escenas que duran poco más de un minuto y cháchara infinita sobre sindicatos, comunistas y siglas de no se cuántos entes e instituciones que, como la mayoría de personajes, te la traen al pyro.

- Excelentes actores que pasan por la pantalla sin pena ni gloria. Quitando al protagonista y a Matt Damon, el resto es para echarse a llorar porque te importan un pepino o peor aún, porque se suponen que te deben importar y tampoco, caso de Emily Blunt y Robert D. JR.

- ¿Querías saber algo más sobre física cuántica para sentirte más listo con los amiguetes? Olvídate, ninguna descripción para dummies del gran avance científico que se supone desarrolla Oppenheimer, nada de ponérselo fácil al espectador, todo es muy importante porque yo, Christopher Nolan, lo digo.

- Y por último, tres largas horas donde en el cine muchos ya no sabían como ponerse (la sala llena hasta las trancas). Sólo el tramo de los Álamos y la creación en sí de la bomba atómica resulta interesante, el resto...Un suplicio.

En fin, una decepción como un castillo pero oiga, ahí queda para la posteridad. El 4 es por C. Murphy, la ambientación y partes de la película elocuentes y atractivas. El resto, caos, vacuidad, montaje horrible y vacío...de lo que estamos formados todos mayormente (frase para ligotear en las fiestas cool al estilo Oppenheimer y parecer que sabes más que el resto).

Se deben tener las ideas muy claras para hacer una película de este calibre. Independiente, solitaria y tremendamente personal, Ruby en el paraiso está destinada a ser película de culto sólo para aquellos que capten su extraña belleza, encuentren calma y libertad en ese abandonado pueblo de playa y hayen un tesoro en Ashley Judd. Ella estaba destinada al cine comercial, era obvio, pero desde luego la película no sólo se sustenta con ella. El entorno, una especie de Twin Peaks a lo playero, da un clima en la película que afinará bien con espíritus a la deriva en busca de sí mismos. Los abuelos comprando en la tienda no son sólo tristes figurantes, sino los fantasmas de un pueblo que ha perdido su esencia, pero que se la devuelve a la película en forma de estado espiritual.

Ruby es un estado del alma, aquel en el que se deja todo para buscarse a uno mismo, escrita con un guión agradecidamente mínimo donde casi lo mejor es el silencio y la buena intuición del que observa. Para ver solo o con alguien que realmente sepa lo que va a ver.

Cuando una peli de hora y media se te pasa en un suspiro, algo bueno tiene. Divertida de carcajada amplia y estruendosa, más si alguna chica la ve a tu lado y pone cara de asco mientras tu te regocijas en el festival gore (reconozcámolos, es bastante gore). Aja se toma muy en serio la epifanía devoradora de las pirañas y la peli tiene 10 minutos donde creo que Elisabeth Shue no sabía si estaba haciendo cine comercial o una performance. Tetas, peces y sangre con alguna metedura de pata ya citada por algunos (¡ese dúo de las flores por dios!) y patinajes de montaje (qué pinta ese pene devorado?). Muy recomendable, serie A de la serie B.

Es interesante el tema de la clonación pero poco mas se puede decir. Una vez visto el experimento y las escenas tipo bichejo vs humanos que se han hecho mil veces mejor y sin ordenador en Alien, poco le queda a la película mas que humanizar el experimento y darle tantas vueltas de tuercas al argumento, que al final nada de lo que ocurre le interesa al espectador lo más mínimo. Brody regular y Polly bastante bien, de lo poco que se salva. El resto, un truño de metraje más que exasperante al que parece sólo quedarle rizar el rizo de lo ridículo.

Soy admirador de Médem, lo reconozco, pero para hacer esta crítica primero me he tenido que leer las de los demás que habeis escrito en filmaffinity, buscando algo que me hiciera comprender.

¿Soy muy torpe yo o Medem se ha pasado de rosca?

Empezando por lo bueno:
La música (increible que no haya echado de menos a Alberto Iglesias), en general el aspecto técnico consistente y algunos momentos argumentales brillantes. La interpretación de Bebe y el hecho en sí de que la película hable de seres al margen de la sociedad. A uno le hace replantearse qué es la libertad, ver en bolas a Manuela Vellés no resulta nada erótico (y no por falta de méritos) sino mas bien liberalizador. La película parece un ejercicio de sincera instrospección, de buscar en las entrañas de uno para hacer una película.

Lo malo:
La historia y la forma de contarla. De Medem uno ya se espera algo poco convencional pero esto chirría por los cuatro costados. ¡¡El capítulo de los indios!! ¿Es que Medem no lo vio antes de estrenar la película? Qué desastre. No tiene justificación alguna y es absurdo (lo que en esta película ya es decir mucho). Tampoco los diálogos de Medem son precisamente convencionales, mientras que te emocionan sin dudar la despedida de padre e hija, en otras ocasiones no hay por donde cogerlos, sin excusas.

En conclusión, hay que verla, simplemente porque es distinta y lo diferente es fuente de inspiración, incluso cuando no gusta. No es buena, también, pero entre tanta arena (especialmente del desierto indio, lo siento, es infumable) hay alguna perla.