Si bien la película resultó agradable, es una comedia romántica más. No profundiza en los problemas existenciales de la protagonista y hace un tratamiento demasiado liviano de los mandatos familiares y sociales. La idea me parece muy buena, pero faltó trabajarla más; ya que al terminar de ver la película, me quedé esperando más.

Las temporadas 1 y 2 muestran los dilemas, planteos, y problemas de gente común, como somos los espectadores. Añade las problemáticas propias de una sociedad ortodoxa, atravesada por la religión y los mandatos culturales. Siempre con humor sutil, cotidiano.

Lejos de un típico tratamiento prejuicioso o, sino, políticamente correcto; la serie permite identificarse con los personajes, con sus tan humanas contradicciones, sus miedos, su cobardía y su coraje. Excelentes actuaciones.

Con elementos que son poesía pura: arte; como si los leyéramos en un libro bien escrito, detallada y precisamente adjetivado.

Recomendada para verla sin apuros, dejándola ser, para dejarse sorprender.