La serie puede parecer inspirada en One Piece de alguna manera, y es cierto que su ambientación recuerda ella, pero tiene suficiente originalidad en su idea principal que es perfectamente capaz de brillar por sí misma. No, no hace falta compararla con otras series. Es un shonen que demuestra que estas ñoñerías de la amistad, el compañerismo y el esfuerzo pueden seguir deleitándonos por mucho tiempo, porque cualquiera de los típicos discursos que hay te ponen los pelos de punta. Buenas batallas, como dicen en la serie, muchas acaban destrozando media ciudad y cuando en el inicio de esta podían estar en cualquier bonito edificio, al finalizarla no quedan más que ruinas, pero no seré yo quien diga que no me gusta, y es que tantas dosis de destrucción y adrenalina en los combates entretiene a cualquiera. Su humor, aunque un poco infantil a veces se agradece mucho, más de una carcajada soltarás en cada capítulo con Natsu y sus payasadas, Gray y su manía de perder la ropa, Lucy y sus infortunios y la bonita Erza y el respeto que infunde. Es una serie recomendable para cualquiera porque cuando le den una oportunidad quedará prendado por su encanto mágico.