Seamos sinceros, si a uno le gusta Machine Head, no debería ir a ver un concierto de Manolo Escobar, porque no, amigos, no nos va a sorprender el cantante español con un nuevo fantástico estilo, si nos gusta Machine Head, Manolo nos va a destrozar los timpanos. Lo mismo pasa con el cine. Hablaré claro: todo aquel que paga 10 euros para ver una película en 3D a sabiendas ya desde el principio que es una película palomitera y de acción pura y dura, y que por ende en el ochenta por ciento de las mentes cinéfilas e intensamente amoldadas (casi siempre a la fuerza orientándola hacia un sentido en particular, que a menudo roza el poserismo) no gusta de este tipo de cine, es simple y llanamente alguien de muy pocas miras. Dios santo, una película que se llama "Ira de titanes" no puede ser seria, no puede ser Gladiator, son generos por completo distintos. Igualmente todo aquel que espere fidelidad mitológica es un pobre iluso.

"Ira de Titanes" mejora en casi todo a su predecesora, y no se aleja en ningún momento del género y de los tópicos en los que se centra. Héroe que lucha, heroína a su lado y personaje humorístico tras los dos. Esto va así, y así seguirá en el cine palomitero. Pero la película no nos toma por tontos, sabe lo que buscamos, y sencillamente nos lo da. Todas las escenas de acción están excelentemente realizadas, se comprenden, se sienten, y por favor, no están en absoluto mal hechas. El que diga lo contrario, por favor, le suplico que me deje su máquina del tiempo con la que ha viajado del futuro, porque actualmente este es el límite tecnológico. No hay más. Dentro de los aspectos más artísticos del film, el diseño es simplemente estupendo. Y eso es algo que los cinéfilos suelen olvidar en su obsesión por valorar tan solo el aspecto más puramente técnico y literal: el arte está ahí y yo, como estudiante de esta rama de la cultura, no puedo sinó hacer una reverencia ante el estupendo diseño de escenarios, personajes y monstruos que aperecen en la película. Simplemente genial.

Y la parte más floja está en las interpretaciones, Sam Worthington mejora su trabajo, aunque levemente, y las nuevas incorporaciones no son del todo firmes. Eso si, el trabajo de Liam Neeson y Ralph Fiennes es cuanto menos notable, la gran aportación de estos dos actores hacen del apartado de interpretaciones algo más aceptable. En términos de guión, la historia se hace entretenida y fluida, sin llegar a pasar demasiado rápido ni demasiado lentamente, en su punto justo. Sin alardes, sin grandes sorpresas, entretenida de ver y la historia se deja seguir.

En conclusión, podría decir que la película es un bodrio y luego irme a ver Pa Negre mientras finjo que me encanta pero... Qué demonios, yo quiero ver monstruos estupendamente diseñados y pasar un rato entretenido, qué más me da parecer o no parecer un cinéfilo distinguido. Con pasarlo bien a mí me basta. ¿A ti no? Pues lo siento, ¡pero te compadezco!