Es una película muy divertida que no trata de hacer un tratado sobre el problema de la integración social ni sobre el auge de la extrema derecha o la xenofobia en Europa. Sólo pretende reírse de nuestros propios prejuicios y de lo grotesco de mantener actitudes bien pensantes y políticamente correctas, pero que no se traducen en hechos. Nos divertimos mucho y a ratos a carcajadas. No es una obra maestra, pero cumple bastante bien con lo que pretende, un buen entrtenimiento.

Es una película muy bien hecha de Itziar Bollain. Es destacable el trabajo del actor que hace de padre de Yuli, así como el estupendo trabajo del niño Yuli, en esto hay que felicitar a Itziar. También me ha parecido genial la música de Alberto Iglesias, acompañada de unas estupendas coreografías de danza contemporánea en las que participa el propio bailarín y una maravillosa compañía de danza. Un acierto total los fragmentos de actuaciones reales del bailarín junto con Tamara Rojo en el Royal Ballet. La primera parte de la peli es más interesante que la segunda.