Tratando de huir de la basurilla que hay ahora en cartelera, encontré esto. Efectivamente, es distinta y entretenida.

Las ideas y la reflexión que transmite la película es sin duda un gran alivio para los que no sentimos ningún aprecio por gente que solo sabe que mostrarse como la naturaleza misma del hombre, la más animal, en programas de televisión (sea tirado en un sofá enseñando la barriga, mostrándose en bikini quitándose los pelos con unas pinzas, gimiendo y acostándose bajo unas sábanas, gritando en un plató su opinión como si hablara el mismísimo Dios o transmitiendo información falsa o manipulada).

Por estar de acuerdo con estas ideas no creo que sea como decían en otras críticas que uno se crea mejor persona que un concursante de Gran Hermano, pero quizás sí que no se sienta el mismo respeto por alguien que aporta a la sociedad sus conocimientos, su trabajo, su buen hacer, que él que simplemente por salir en televisión espera ganarse la vida sin mérito alguno.

La reflexión y la idea de la película me gustan mucho y tiene algún punto de humor bastante bueno. Sin embargo, la película es larga, le sobra media hora antes de entrar al desenlace. Además efectivamente tiene dos pegas básicas. Una, ¿hay alguien que pueda decidir lo que es bueno o es malo? Quizás la solución a la imposición que nos dan las televisiones sería que se garantizará una parrilla con multitud de opciones (basura, documental, películas “buenas”, películas “basura”…).

La primera vez que vi esta película era todavía bastante pequeña y desde luego tenía muy poco mundo en cine antiguo. Quizás por ello la tenga mitificada, pero si se ve la película desde una mentalidad que no juzga sino que disfruta de cada instante, puedes encontrar multitud de detalles que como mínimo te sacan una sonrisa, hay que estar atento, a la inocencia pero picaresca de lo que pasa en el fondo de las escenas, a los motes, a las caras...

El guión no genera sorpresas, es una comedia de policías y ladrones con multitud de enredos con un toque muy Peter Sellers.

Es una película para dejarse llevar, para jugar a ser ingenuo.

Es la primera película que me gusta más en español que en inglés.

¿De verdad es una película para peques? Cierto es que recuerdo la música como divertida, pero mis recuerdos de pequeña sobre esta película son más bien miedo, aburrimiento y grima por la niña protagonista.

Sin embargo, viéndola de mayor, me parece que está cargada de simbolismo y valores que hacen que merezca ver la película. Valores que te ayudan a salir adelante en momentos de crisis (como el actual o como el momento en el que se rodó esta película) como es que el potencial está en nosotros mismos y no hay que esperar la ayuda o el reconocimiento de otros para conseguir lo que buscamos. Como transmite la película todos tenemos un corazón y un cerebro, somos nosotros los responsables de desarrollarlo en una u otra manera.

Al igual que el libro de El Principito, me parece que se aprecia de mayor y no de niño, porque de pequeño se está ansioso por seguir el camino de baldosas amarillas sin complejos.

Es una película buena, sensible y bien interpretada. Sin embargo, para nada biográfica, es cierto que Meryl Streep está muy bien caracterizada y que se mezclan perfectamente imágenes reales con ficción, pero no refleja para nada sus principales ideas (como impuestos, sindicatos, eliminación de subsidios...) y su trayectoria.

Más bien es una película centrada en la parte humana, sin que tenga porqué corresponder exactamente a Margaret Tatcher. La película se centra sobre todo en la vejez y la demencia senil, dejando un sabor algo tristón.

Una serie que empezó de forma fresca e irreverente ha dejado serlo para convertirse en lo opuesto: el apogeo de lo políticamente correcto. Aparte de eso, trata varios personajes de cincuenta y poco como octagenarios, denigrante.

Como detalle, sería de agradecer que hubieran quitado algunos de los detalles escatologicos.

Los looks de Carrie siguen siendo bonitos. No los de sus amigas, que pierden bastante.