El principal problema de Melancholie der Engel es que ha sido vendida como la película más perturbadora/extrema/gore del cine, atrayendo a un montón de gente que tenían un solo fin: ser provocados. Unos buscaban saciar su sed de gore, y otros, por el contrario, iban con la mentalidad "a ver qué burrada me echan a la cara..." Y muchos se quedan en ese pensamiento inicial, sin ir más allá. No me escondo, yo mismo acudí a este film buscando la película más enferma y grotesca. Puede que sea así. De todo el cine que he consumido, Melancholie der Engel es quizás la película más cruda en conjunto. Pero eso no significa que sea para tanto. ¿Suena contradictorio esto que digo? Vamos a desmenuzarlo.

Para empezar, Marian Dora (director de esta película) no buscaba provocar (a priori) con las imágenes mostradas. Los que sabemos cómo se las gastan en este tipo cine, sabemos que podrían haber llegado mucho más lejos. En segundo lugar, hay mucha simbología, caracterización de personajes y uso de la narrativa, que se le escapa al espectador medio. Mi planteamiento aquí es, si no has conseguido entender el producto, tu crítica de que el mismo es malo pierde valor. Si solo has entendido la parte "provocativa" es problema tuyo, más que del director.

Hablemos ahora de tres aspectos: guion, actuaciones y atmósfera (donde incluyo cámara, iluminación, color y banda sonora)

A favor del espectador que la tira por tierra, debo admitir que la narrativa resulta demasiado caótica, y las referencias a autores y otros temas culturales, demasiado densas, sobre todo si el público diana son personas que buscan pasarlo bien viendo vísceras y ya. Dado que no trasciende como una película intelectual, ni como una película gore provocativa per sé, podríamos darle un tres (por conseguir, al menos, combinar ambas ideas) pero por motivos que voy a explicar en spoiler le doy un suspenso alto: 4

Hablemos ahora de las actuaciones.

Esto también debo dejarlo, en gran parte, para spoilers. Dado que la actitud de las víctimas, verdugos y el por qué hacen lo que hacen me parece un destripe bestial (argumental). Solo diré que, entre que los diálogos están doblados, y que las personas agredidas son demasiado inexpresivas y sumisas (salvo una) algo no me cuadra. A esto le sumamos que la actuación de Carsten Frank es más irrisoria que tierna, intimidante o conmovedora (no sé qué demonios buscaba Marian Dora con su personaje). Esto es un suspenso como una catedral: tres (Porque una chica sí que lo hace bien y Zenza Raggi al menos, intimida)

Toca la atmósfera, y qué puedo decir... Aquí es dónde la película me conquistó y me hizo ver que no estaba viendo solo una película gore provocativa a lo Lucifer Valentine.

La banda sonora es una completa maravilla. Me la cuelas en una gran producción de fantasía medieval y te la compro. El tema principal es acogedor, romántico e incluso algo relajante, y asciende hasta dar una impresión épica. Lo más brillante de esto, es que, por suerte, no ha sido usado en una peli de fantasía medieval, si no aquí, en una peli de ultragore alemán. Más adelante seguiré desarrollando que este largometraje trata también de contrastes, y los lleva estupendamente.

El segundo ejemplo que señalo ya va ligado a la cámara, iluminación y color en sí. Viendo como esta grabada, se puede apreciar que Melancholie der Engel no es una película bestia grabada por un niño de doce años. Su estética de cuento (aunque lo que se muestre sea desgarradoramente realista) es cuidada en todas sus escenas. Esa captura vaporosa y emborronada, el disimulado efecto viñeta, que parece acentuar el delirio en el que están sumidos los personajes...

Luego, para rematar el choque entre lo que se cuenta y cómo se muestra, Marian Dora usa una paleta de colores bastante cálida. No digo luminosa, pero sí cálida. Esto también la diferencia de muchas películas de terror, donde para acompañar a la tensión se sirven de tonos fríos.

Entre la sobresaliente banda sonora y la bien capturada atmósfera, a este apartado le doy un ocho.

De media, (saca la calculadora del móvil), le doy un 5 a esta película, que de corazón, creo que ha atraído al público equivocado, o que al menos, iban con una idea demasiado preconcebida.

He visto bastantes películas que cruzan la línea del terror comercial o del gore asequible, y se pasan de rosca sacando verdaderas brutalidades. No tengo, a priori, ningún problema con esto siempre que tu concepto trascienda de la mierda que sacas. De hecho, si algo me gusta del cine del director de este metraje, Marian Dora, es que sus películas suelen contar algo más.

Bien, aquí no es el caso.

Lo único que puedo decir a favor de Debris Documentar es el que el tema principal está bastante bien (sin ser tan destacable como el de otras películas de este autor) y que los fluidos y situaciones desagradables varias están muy conseguidos. (Tengo entendido que al señor Dora le gusta trabajar con fluidos reales y no falsearlos...)

Sin embargo, por muy bien hecha que esté la putrefacción de la película, no narra nada más. Solo es un tío, su cámara, y lo que le gusta grabar cuando sale del rodaje en el que trabaja.

Podría haber aderezado esta ruina argumental con una estética llamativa y bien lograda como en sus posteriores metrajes (obviando Cannibal), pero nada. Los entornos mostrados son bastante feos, no aportan nada, ni a nivel estético ni argumental.

Con todo esto, no me queda más que ponerle la nota que veis...