¿Quién no ha tenido alguna vez que llamar a la puerta de algún vecino para comentar algún "problemilla" de la escalera? y ¿quién no ha tenido que soportar la llamada inoportuna y molesta de algún vecino para comentarte que tu hijo está tirando chinitas a su terraza, o etc., etc.? Es una serie ingeniosa, entretenida, divertida, con una gran interpretación por parte de casi todos los actores. Es una pena que lo bueno dure tan poco...

Está claro que es una película y no tiene porque parecerse a la vida real, aunque a veces la ficción supere a la realidad. En las del Oeste siempre aparecen los tipos duros y machistas enclavados en lo que parece ser solamente un mundo para hombres regido por leyes hechas por hombres, apareciendo la mujer únicamente para poner un toque de dulzura y descansar de tanto tiro y tanto puñetazo y por supuesto, una mujer siempre atractiva y madura que a menudo hacía que dos hombres se batieran en duelo por su amor.
Lo que no tiene cabida en esta película es que una niñata de 14 años con aspecto serio y antipático, resabiada y fría, que no inspira ningún tipo de sentimiento de ternura, ni de pena, ni de nada de nada y que tenía que estar cursando 3º de la ESO, se comporte como uno de esos vaqueros que he descrito, en busca del asesino de su padre, manejando y chantajeando caprichosamente a hombres experimentados y maduros con muchas marcas de cicatrices por tantas y tantas batallas acumuladas en sus espaldas. Y para más recochineo, muy lejos de su casa, en las montañas de Canadá, sin equipaje, pasando penurias, frío y se supone que hambre también (porque en ningún momento se le ve comer) y dejando a una madre preocupada que tendría que estar como loca buscándola (supuestamente también).

Cuando mi hijo me pidió que viera con él esta película, pensé que me iba a encontrar con continuas peleas organizadas por pandilleros macarras que siempre estaban en la calle buscando bronca, y aunque así es, la película prefiere mostrar el lado bonito de un mundo feo en el que el "H" como así se conoce al protagonista, un chico duro y peleón cuando está con sus amigos, es tierno y comprensivo cuando se enamora.
La mezcla de las dos formas de vida resulta atractiva para el espectador, viendo como los protagonistas se enamoran y viven una bonita historia de amor, en la que ella conoce gente diferente y se mete hasta el punto de olvidar su condición de niña bien.
La música que acompaña las escenas románticas es perfecta, consiguiendo que se escape alguna que otra lagrimilla y la elección para el rodaje de una ciudad con playa y un bonito paisaje, hace que los momentos de amor resulten mágicos, llegando a calar muy hondo.
Y para poner un toque de humor, la película también tiene su parte exagerada y prácticamente imposible.
Para mi existen dos posibles finales:
Uno: el real
Dos: el que prefiero imaginar.

Me encantan las películas de miedo y ésta prometía, pero el problema era que nadie me quiso acompañar, mi hijo ya la había visto y a los demás no les gusta ese tipo de películas, así que me armé de valor y mientras mi marido entró a ver otra, yo pasé sola. Era la primera vez que iba sola al cine y encima a ver una película de miedo, eso sí, me cuidé mucho de guardarme las espaldas y me senté en la última fila, allí estaba segura y a salvo, dominando todo el panorama.
Transcurre como todas las de este género, casi en penumbra, sin apenas luz y sin entrar ni un rayo de sol por las ventanas de la casa, agobiando un poco esa oscuridad, que por otro lado es necesaria para meternos en el ambiente y la música misteriosa que hace presagiar que pronto vendrá un susto y con él el primer salto en la butaca, que me hizo mirar de reojo hacia los laterales.
El argumento mantenía el interés y no faltaba casi de nada, los niños, el bebé, los fantasmas, la medium, la casa con escaleras, los objetos que se mueven, bueno si, eché en falta el perro al que te pasas todo el tiempo pensando en que algo le va a suceder, sin tener que ver escenas sangrientas que siempre se agradece. Los momentos de tensión no me resultaron demasiado fuertes, quizá pasaban muy deprisa sin dar tiempo a crear emoción y el papel de los padres no me convenció demasiado porque no transmitían con claridad la preocupación por la situación que estaban viviendo, sus rostros no expresaban el pánico como debieran y no se veía hacer mella en ellos el paso del tiempo como en la película de paranormal activity, ni tampoco me pareció que viniera mucho a cuento tratar de hacer reir al espectador metiendo personajes ridículos y patosos, más propios de una película de humor.
Aguanté bien el chaparrón y no me hizo sentir tanto miedo como esperaba, pero en general me gustó y al salir del cine, todo estaba olvidado y pude dormir bien esa noche. Creo que no me importará repetir la experiencia y si nadie me quiere acompañar, volveré a disfrutar sola de la próxima película de este tipo.
¡Prueba superada!

Es una serie para pasar el rato, como cualquier otra de las que ponen a esas horas, tiene sus personajes curiosos, cada cual con sus problemas y particularidades, siendo, a mi parecer, uno de los más logrados tanto en vestuario, como en peinado y carácter, el de la mala de turno, Dª Francisca, que aún queriendo parecer muy mala, tiene un puntito tierno y no consigue hacerse odiar por ninguno de los personajes, excepto por su hija Soledad.
Es un pueblo en el que parece que todos están demás, listos para hacer visitas a cualquier hora del día, menos el tabernero y su hija que… ¡a esos sí que se les ve trabajar…! La doctora parece que no tuviera mas pacientes que atender y el cura siempre rondando por la casona y sin mas remedio que guardar varios secretos de confesión, ¡al pobre hombre le va a dar algo por no poderlos contar!
Pepa (la partera), una muchacha humilde y sin familia, ahora resulta que se encuentra con una madre muy buena que la hace heredera de su fortuna y un montón de hermanastros y con un hijo por ahí perdido y del que ya se ha olvidado de llorarle al creerle muerto; es una historia realmente fuera de lugar, increíble.
Y para colmo, la familia del Alcalde, cada cual más tonto, cada día con un son, solo sirve para poner un poco de humor entre tantos problemas, aunque den ganas de meterles un sopapo.
No es necesario sentirte como una esclava de la serie, puedes salir de compras, ir de paseo y no verla a diario, porque se le coge el hilo una y otra vez.
En fin, es un típico culebrón para rellenar la tarde, que por otro lado no está mal para no aburrirte mientras planchas, por ejemplo, en lugar de tragarte los penosos bodrios de otras cadenas con también penosos personajillos de actualidad.