Outer Banks tiene varios factores que hacen de la serie un buen entretenimiento. Es juvenil, se adentra, aunque sin salpicarse, en la lucha de clases. Nos mete en la búsqueda de un tesoro. Comienza con un extraño asesinato y una desaparición.Tiene buenos personajes que a mi me han hecho engancharme a la historia. No es una serie de culto ni lo pretende, es un buen entretenimiento.

Es un “Must see”. Sin duda lo mejor de 2020, junto con The Mandalorian.
Empecé a verla sin prejuicios y sin mucha expectativa. Desde el primer capitulo la serie te advierte de que es distinta a todo lo que habíamos visto hasta ahora en relación a las narraciones de superhéroes, con una salvedad, el protagonista es un chico que no quiere ser héroe, que parece que no es el indicado para asumir ciertas responsabilidades que plantea la trama pero que debe enfrentarse a su destino. Esto ya lo hemos visto, por ejemplo en Spiderman. Pero Hugie, no es un héroe, ni tampoco un villano, es una persona normal que vive en un mundo en el que hay superhéroes y el vive su vida sin pretensiones, hasta que esta se ve truncada cuando un superhéroe se cruza en ella.
Arriesga. Pone a los superhéroes y a todos los personajes al límite continuamente. Plantea dilemas morales.
No deja cabos sueltos en el argumento. Los capítulos de 1 hora de duración no se hacen largos, no sobra ni falta nada y es una idea totalmente nueva.

Te guste o no el fútbol, aunque claro está que si te gusta la disfrutarás más, la serie es buena. Es un viaje al pasado, a los orígenes del fútbol profesional y para ello nos lleva a una batalla de clases sociales, entre los nobles y los obreros de una fábrica, en la Inglaterra profunda de finales del siglo XIX. La serie te lleva a esa época, hace una fotografía de la vida de los chicos de buena cuna en contraposición con la vida de Suter, el protagonista, que es menos afortunada y le lleva a situaciones desesperadas siempre con el fútbol como amalgama para unir toda la trama. Echo en falta, para que sea redonda, un poco de rigor histórico, ya que se toma demasiadas licencias que cambian el relato real, como no hacer distinción entre Blackburn Rovers y Blackburn Olympic.
Una buena serie, de la que creo que debería haber continuación, a pesar de que su idea original es una miniserie de 6 capítulos y que para mí es de lo mejor de lo que llevamos de 2020.

Una idea que ya habíamos visto, planteada de otra forma. Con cabos sueltos, algunos dejados aparentemente a propósito por el guión, pero alguno, un poco rechinante para los que nos gustan las tramas redondas, donde todo tenga sentido, al menos dentro de las reglas del mundo ficticio o lugar imaginario que se pueda plantear. Creo que hay algo que afecta a la trama de forma capital y que no está explicado en la película, lo comento en la sección de spoilers.
La película se ve muy bien, no aburre, te engancha. El planteamiento no es una novedad para los que hemos visto Cube ya que la idea es esencialmente la misma, el protagonista se encuentra atrapado en un edificio que es en sí mismo un rompecabezas que tiene que resolver para poder salir.
La trama es algo vaga, aunque asume ciertos riesgos no es nada que no hayamos visto, pero no es una mala película.

Así como la entrega VI me pareció que no aportaba nada nuevo, casi un remake de la IV, en esta entrega los personajes tienen en líneas generales una fuerte evolución individual que hacen que la película sea una historia nueva pero hilando perfectamente con el background de la saga. Tiene incluso planteamientos morales principalmente encarnados por el personaje de Benicio del Toro. Me parece un acierto y me ha sorprendido para muy bien.