Algunas partes encantadoras:

Interesantísimos los sustos. El malo va andando y le hace "Buuuuu!" a la cámara. Tronchante. Sólo le falta decir :"¿Sutto o muette?. Nicky le imita luego ante un espejo. La juerga padre.

El viejuno que ayuda a Cage (porqué es Nicholas Cage, que Johny Blaze ni de coña), que se ve hasta con los ojos en llamas que es el anterior jinete, le dice a este que se quede en el cementerio, porqué los malotes no pueden ir a terreno consagrado. Minutos después, veremos al jefe malote (el que te "asusta") visitando alegremente una iglesia. Genial.

Los malos, los "Ocultos", son unos demonios chunguísimos escapados del infierno que se supone que son megapoderosos y acojonan al más pintao. El que más, dura un minuto y medio.

Cuando el viejuno se revela como Jinete Fantasma (sorpresa!) se va 800 kilómetros con Cage al pueblo de "San Venganza" (no comment). Cuando llegan, revierte su transformación y avisa alegremente al motorista que es la última vez que se podía transformar y se da la vuelta, satisfecho de haber utilizado su última transformación de manera tan inteligente. No vuelvas.

Curiosamente, en medio del desierto, hay un pantano. Como sorpresón, allí espera el Oculto acuático (oh!). Este dura unos 33 segundos. Después del pantano, sigue el desierto, claro.

Finalmente, si alguien es capaz de explicarme que son los contratos esos que se supone buscan los Jinetes, que me lo cuente, porqué por más vueltas que le doy, no me aclaro.

Lo absurdo de la historia es, como se comenta en otras críticas, lo rematadamente estúpidos que son los marcianitos en cuestión: siendo el agua mortal para ellos, deciden atacar el planeta compuesto en un 71% de agua a pecho descubierto. Amigos, en los chinos de mi barrio venden impermeables bien baratitos, si es que andáis faltos de perras, que debe ser el caso, ya que la única manera que tiene vuestra civilización de señalizar puntos de reunión es haciendo circulitos en el cesped. Y para la próxima vez, bajaos aunque sea un palo para reducir a los humanos, que no se de que leches tienen miedo: no tenéis más fuerza que un humano normal y tampoco parecéis lo más astuto del mundo. ¡Se os puede vencer a gapos, imagínate!

Además, Dios está de nuestra parte (bueno, de la de algunos, otros somos tristes y asustados ateos), aunque mate de forma horrible en accidentes a inocentes, luego lo compensa dándote asma para salvarte de los marcianos (si, amigos, tal como suena).