Persecución a toda pastilla entre el Aston Martin de Bond y el Alfa Romeo de los malos… Era muy de esperar que la nueva película de Marc Forster comenzara de esta manera. Y es que las cosas tan evidentes acaban por no convencer a los espectadores.

Los amantes de las películas de acción podrán decir incluso que la película número 22 del agente 007 se excede en cantidad de acción. Tanto es así que el propio director ya adelantaba antes de su estreno que “Quantum Of Solace está cargada de acción, por lo menos el doble que en Casino Royale”. Es más, no recuerdo ni un solo segundo de película en el que James Bond, fantásticamente interpretado de nuevo por Daniel Craig, tenga un momento de respiro.

En esta nueva entrega se repiten numerosos clichés ya vistos por ejemplo en Casino Royale, clichés incluso de guión que dan la sensación al espectador de estar inmersos en la anterior película.

En cuanto a personajes, gran acierto de nuevo con la chica Bond interpretada de manera soberbia esta vez por Olga Kurylenko.

En definitiva, demasiadas expectativas tras Casino Royale que no han sido plenamente satisfechas con esta nueva entrega.

Con tan sólo unas pocas secuencias descubrimos el aroma de la película que estamos viendo. Estudiantes en la época de los 80 que pretenden entrar a Oxford o Cambridge para contentar a sus padres, profesores o a ellos mismo. Se trata de una preparación contra reloj de estos chicos cuya principal meta es la de ser aceptado en una de las principales universidades londinenses. A parte de esto, poco más, o quizá más cosas ya vistas en el cine… The History Boys, dirigida por Nicholas Hytner, muestra al original profesor que pretende enseñar más allá de lo que aparece en los libros con métodos poco convencionales, al compañero guaperas y chulito que a su vez se lo monta con la secretaria del instituto (raro que no sea profesora), al alumno homosexual, ect.

The History Boys carece de nuevos aspectos cinematográficos e innovaciones. Cargado de innumerables clichés, el largometraje pronto nos recordará a El club de los poetas muertos. Sin embargo aquí, en el film de Nicholas Hytner, encontramos personajes fríos y poco creíbles con actuaciones exageradas y teatrales; cabe recordar que estamos ante una adaptación de la obra teatral de Alan Bennet la cual obtuvo un enorme éxito de taquilla en Broadway. La adaptación de la obra se realizó en aproximadamente cinco semanas, tiempo en el cual los colegios ingleses estaban cerrados por vacaciones y podían ser utilizados para el rodaje. Además los personajes principales del film provienen directamente de la obra de teatro dirigida por el mismo Hytner, la gran mayoría de ellos sin experiencia en la gran pantalla.

En el elenco de personajes destaca Héctor, (Richard Griffiths), conocido principalmente por su aparición en la serie de películas de Harry Potter. Héctor, como es conocido en The history boys, encarna el papel de profesor excéntrico que pretende mostrar a sus alumnos, por los cuales se siente atraído, la vida más allá de los libros.
Como replica a Héctor encontramos al joven profesor Irwin, interpretado por Stephen Campbell Moore, quién se muestra contrario a la manera de enseñar del profesor Héctor puesto que busca cumplir de manera inmediata la meta de los chicos de ser aceptados en una universidad de prestigio.
Si por algo destaca el largometraje de Hytner es quizá por su banda sonora, aclamada seguro por los apasionados del pop inglés de los 80 con temas de bandas como The Smith, New Order o The Cure.

En definitiva, nos encontramos ante una película que arrasó como obra de teatro pero cuya adaptación a la gran pantalla se asemeja más a una copia barata de El club de los poetas muertos que a un film “original” como afirma el cartel de la misma.