La nueva adaptación de la icónica historia del niño de madera de Disney, esta vez estrenada por Netflix, es la nueva historia del director Guillermo del Toro. En este caso la película está creada en versión animada, específicamente usando la técnica de Stop-Motion (animación fotograma a fotograma), en esta el director nos muestra una versión diferente a todo lo que ya se había visto sobre este personaje.

Guillermo del Toro, cansado de contar la misma historia que el resto de directores en cuanto al personaje de Pinocho se refiere, crea una adaptación en la que cambia notablemente parte de la historia, consiguiendo que el espectador no aparte la vista de la pantalla. En esta versión, el director mexicano apuesta por un tono más crudo, mostrando en parte el dolor de un padre tras la pérdida de su hijo. Esto no impide que la película no sea apta para niños, pero si es verdad que algunos de los temas que se tratan, están orientados hacia un público más adulto.

La película funciona muy bien en su mayoría, pero ciertos aspectos hacen que no sea perfecta. Es el caso del desvanecimiento de algunos personajes como son Gepetto y el grillo, quienes pasan a un segundo plano a medida que va transcurriendo la historia. El segundo acto decae ligeramente con respecto al primero, cierto es que en este se innova con respecto a otras versiones de Pinocho, y puede que haya momentos en los que la película se hace un poco más pesada.

Si es cierto que los temas técnicos están bastante bien, en especial la música. Durante el largometraje las canciones que se escuchan tienen un sentido muy ligado con lo que está pasando en la escena, y en los momentos más dramáticos esta consigue una inmersión total consiguiendo que la escena tenga más énfasis emocional.

Pero cabe recalcar que lo mejor de la película son tanto sus primeros diez minutos como sus últimos cinco, siendo estos posiblemente, los que puedan hacer al espectador soltar alguna lágrima si consiguen empatizar con la situación que sufren los personajes. Para ello, Guillermo usa un estilo de dirección muy característico de Pixar, como por ejemplo UP o Lightyear, en los cuales hay escenas en las que transcurre un largo período de tiempo en un margen de 5 - 10 minutos en la película, donde se crean momentos sentimentales con los que se empatizan con los personajes, que junto a una banda sonora acorde a la escena hacen que sea lo mejor de la película sin duda.

En conclusión, la adaptación de Guillermo del Toro es una de las mejores, sino la mejor que se ha hecho sobre este personaje. Una película que muestra que la animación también es cine y no dirigido únicamente hacia un público infantil.

Shotgun Wedding es una película de Amazon Prime Video, dirigida por Jason Moore y protagonizada por Jennifer López y Josh Duhamel. En este largometraje el director nos mostrará como una boda se convierte en el momento que nunca olvidará la pareja, no siendo así una boda tradicional.

Una película de JLo y Josh Duhamel que cuyo distribuidor es Amazon Prime Video, es la fórmula perfecta para pasar un buen rato disfrutando de unas palomitas y algún refresco. Pues para mi sorpresa, no es este el caso. La película empieza bastante bien, con un inicio en el que la parte cómica resalta y funciona a la perfección. Tanto las actuaciones, el guión y la dirección consiguen llegar al segundo acto de manera en la que el espectador no se pare a mirar el teléfono.

El problema empieza cuando llegamos al segundo acto. Aquí el guión ya empieza a desvariar, manteniendo la parte del humor como lo mejor de la peli, pero que en lo que a acción se refiere, ya no es creíble. Si a esto le sumas que la banda sonora no se hace notar hasta el final del tercer acto, hace que el espectador pase de estar pendiente a lo que sucede en la historia, a estar mirando el reloj, intuyendo el final de la película que se hace bastante evidente.

Pero no todo es malo, cabe destacar que lo mejor posiblemente sea la química que existe entre JLo y Josh. Todos los momentos en los que están ellos dos solos funcionan bastante bien, si a esto le sumas algunas intervenciones que tienen los personajes secundarios, donde la comedia funciona bastante bien, la película no se siente horrible.

En conclusión, una película con momentos humorísticos buenos y unas actuaciones de los protagonistas muy decentes, pero que no consigue salvar una hora y media donde la trama deja mucho que desear.

Cuando uno comienza la “temporada secuela” de la que fue para muchos, la mejor serie del 2022, piensa en sí su continuación puede llegar, como mínimo, al nivel de la primera. Pues cuando uno va avanzando los capítulos se va dando cuenta, que no solo mantiene el nivel, sino que es capaz de aumentarlo.

A diferencia de la primera temporada, Christopher Storer decide crear a cada uno de los personajes principales su propio arco de desarrollo. Para ello dedica a cada uno 1 episodio para contarnos su historia, siendo el personaje de Ebon Moss-Bachrach (Richard) el mejor.

La fotografía sigue siendo una exquisitez, los planos que nos ofrecen sobre las preparaciones de los platos son tan buenos que se hace imposible resistir las ganas de probarlos.

La incorporación de secundarios, como la maravillosa Jamie Lee Curtis y el gran Jon Bernthal, hacen que la historia de la familia de Chicago obtenga un mayor impacto dramático.

En conclusión, la segunda temporada de The Bear es un regalo para todos los que amamos el cine. Al top 3 de mejores series del año sin ningún ápice de duda.

Samaritan es una película original de Amazon Prime dirigida por Julius Avery (Son of a Gun) y protagonizada por Silvester Stallone.
En ella nos encontramos con Sam (Javon Walton), un niño de 13 años obsesionado con un superhéroe de la ciudad conocido como Samaritan (Stallone), que tras pelearse hace 20 años con su enemigo Némesis, se piensa que está muerto. Debido a la delincuencia de la ciudad y a otros factores Samaritan se ve obligado a volver a la acción.

La película empieza bastante bien con una narración en off de Sam, en la que se explica el orígen del personaje de Samaritan. Este recurso utilizado nos da a entender que la película será vista bajo la perspectiva de Sam. La química que mantienen ambos es bastante buena, como si Stallone fuese el padre que Sam necesita desde hace años. Cierto es que la actuación de Stallone es de lo mejor de la película y la de Javon carece de credibilidad durante algunos momentos de esta, pero sin llegar al punto de sacarte de ella. Las escenas de acción son buenas, muy bien dirigidas puesto que en todo momento se aprecia bastante bien lo que sucede. Y estas acompañadas de una buena banda sonora, que se potencia en momentos clave hace que las escenas dramáticas se disfruten mucho más.

Pero también la película tiene muchos fallos y cosas malas. Lo peor puede ser la trama, es una película de superhéroes como cualquier otra, en la que no se aporta nada nuevo salvo el final. Esto junto a unos personajes que no tiene desarrollo ni ningún tipo de protagonismo salvo el villano la hace muy simple. El tercer acto es el mejor sin duda, es donde reside el 80% de la acción que se disfruta mucho, salvo por algunos momentos donde sí se aprecia una mala calidad en cuanto a CGI, pero tampoco se le puede pedir mucho a una producción de unos 50 millones ya que son momentos puntuales. Hay que destacar al villano, pero no en el buen sentido, ya que este no consigue infundir miedo a lo largo de la cinta, es muy estéril, puesto que su finalidad evoca a la que puede tener el Joker de infundir caos, asemejándose al villano de “Batman: La leyenda renace” como fue Bane, diciéndole al pueblo que deben tomar ellos el poder.

En conclusión, Samaritan es una película muy entretenida y muy fresca, pero que se siente muy pobre con todo lo que no sea la acción y Stallone de por medio, puede que por su corta duración o por algunos momentos cómicos, pero esto no evita acabar con un buen sabor de boca.

El imperio de la luz, es posiblemente la obra más “personal”, si así se le puede denominar, de Sam Mendes. Director que lleva muchos años en la industria y que sabe cómo aportar valor de manera audiovisual (American Beauty, 1917, Spectre, Skyfall …).

La película se sitúa a principios de la década de los 80, en una zona costera del Reino Unido. Desde el primer momento que nos ponemos en frente de la pantalla, podemos apreciar por qué esta obtuvo la nominación a mejor fotografía en los Oscar. Durante todo el largometraje no baja el nivel, es decir, 120 minutos de planos armoniosos y melancólicos, en los cuales la iluminación es lo que destaca en la oscuridad (de ahí parte del significado del título de la película).

Centrándonos en el guion, es sin ninguna duda, lo peor que tiene la película. En ella se tratan una gran variedad de temas: Soledad, amor, amistad, racismo, acoso, enfermedades mentales … Pero en ningún momento el director (también guionista) lleva un rumbo claro sobre estos, lo que provoca en el espectador una sensación de estar desorientado durante gran parte de la película. Aún así, la actuación brillante de Olivia Colman y la de Micheal Ward consiguen mitigar los fallos del guion.

En conclusión, “El imperio de la luz”, es una película que aunque su guion (siendo malo) sirve como método conductor hacia un sentimiento que quiere transmitir su director, el amor al cine.