Linda historia de amor de los años 40 que revive la protagonista gracias a las cartas de amor guardadas por su madre en una caja. Así se va desarrollando la suya y la de sus padres, con una delicadeza envolvente que atrapa al espectador desde que comienza la película.

Toda una vida de amor que merece la pena ver una vez en la vida.

Llevo bastante tiempo decepcionada del cine chileno que cada vez hace películas más "light" que fácilmente puedes predecir los acontecimientos a medida que la película avanza y eso desencanta muchísimo. Eso también pasa con esta cinta.

Creo que en Chile hay muchos jóvenes (y viejos) talentos capaz de ir mucho más allá y hacer un cine de mayor calidad.

Rescato de Q.P.T.V. ese Santiago al que quieren los protagonistas, sin complejos. ¿A quién le interesa París si de verdad huele a orina en cada esquina?

He de reconocer que no es una trama nueva pero los personajes y la forma de tratar este tipo de películas que tienen los coreanos hace que vaya a mil por hora y que no te quieras despegar de la pantalla ni un sólo segundo.

También soy de las que piensa que pronto veremos un remake de esta cinta porque es un peliculón, además Won Bin se luce.

He de reconocer que tengo cierta debilidad por Kim Ki Duk, pero esta película no me llena al 100%.

Creo que tiene un buen argumento pero no ha sido tan bien trabajado como en otras películas. Hay escenas guapísimas pero hay otras que me parecen realmente estúpidas y no me refiero al toque surrealista, pero eso es el arte; una mezcla de cosas que no sabemos explicar, que no entendemos o no queremos entender y que aún así nos gustan y este señor es un gran artista visual, digno de toda mi admiración.

Sencillamente una gran película, humilde y sin grandes pretensiones, que nos hace reflexionar sobre que tipo de futuro y valores les estamos dando a nuestros hijos. Son las cosas simples las que te hacen feliz; momentos, sonrisas, gestos. Lo importante es saber reconocerlos a tiempo, ya que cuando pasan, no vuelven.