Genial, posiblemente la mejor película de Tarantino. Perfecta en todos sus aspectos, guión perfecto (un atraco como telón de fondo, del que no se ve ni un sólo fotograma en toda la pelicula), escenas míticas que han quedado ya para la historia del séptimo arte, diálogos ingeniosos, y por supuesto un control de la cámara increible (es increible cómo consigue transmitir algunas sensaciones unicamente con las vistas de la cámara, como puede ser la escena de la tortura, o el desangramiento del señor naranja).
Una película en la que los protagonistas tiene nombres de colores, y que se nos van presentando a lo largo de la película con una serie de intersecciones magistralmente hechas, que no nos hacen perder el hilo de la historia en ningun momento...
En definitiva, una película que cualquier aficionado al buen cine no puede perderse.

Saludos

Un argumento que inicialmente puede resultar atractivo, sobre todo por la genial actuación de Edward Norton, se va poco a poco perdiendo en la búsqueda del director de generar confusión.
Las ideas iniciales de la pelicula van desapareciendo poco a poco.
Si es cierto intenta transmitir algunas ideas muy atractivas, sobre todo a través de unos diálogos geniales pero...
Creo que el director ha intentado conseguir un final atipica evitando caer en al monotonía de ese tipo de películas pero se ha quedad en eso, en un mero intento... dista mucho de los finales de los grandes genios, quizás sea eso lo que me hace no valorarla con más nota; aunque en resumidas cuentas: es una buena pelicula, con un argumento atractivo, diálogos muy buenos, y que transmite algunos conceptos morales muy buenos, pero quizás eso hace al director descuidar un poco el cauce de la pelicula en sí.

Saludos

Esta película es una absoluta joya, José Campusano vuelve a sacarse el falo con una película en la que las actuaciones abrazan el ridículo, el guión coquetea con la verguenza ajena y la dirección hace que la palabra deplorable se nos quede corta. Pero, aun así, es una joya. Una joya que demuestra que no necesitas ser bueno en algo para poder ganarte la vida con ello. En esta moraleja reside la magia del sacrificio de Nehuén Puyelli.

Si este director puede comer del cine haciendo semejantes esperpentos fílmicos, todo es posible amigos.