No esperéis gran cosa de una cinta canadiense. Menos, aún, si es un mediometraje creado para televisión. Pero el hecho de que Jim Carrey aparezca en un papel principal (principal apoyo de la protagonista) le da un ligero atractivo al mediometraje. Por lo tanto, sólo la recomiendo a seguidores de Carrey, entre los cuales me incluyo.

Sobra desde el primer hasta el último segundo de la cinta. En serio, si el cómic es malo de por sí, el genial director Frank Miller (espero que se note la ironía) hace lo posible usando aquellos efectos que tan buenos resultados dieron en Sin City para crear una cinta que, tal como están las cosas, podría convertirse en película de culto para los freaks del futuro.