No me queda otro remedio que expresar mi sorpresa y admiración ante una película que sin estridencia, sin sobreactuación y con una naturalidad sorprendente y exquisita nos ha arrancado lágrimas y sonrisas por igual pero que, sobre todo, ha movido nuestra conciencia, nos ha movido y conmovido. Nos acerca a la familia y sus vicisitudes, nos acerca a los mayores a quienes hemos dejado de admirar y pedir consejo para relegarlos a la función de compañía silente, nos acerca a la vida y la muerte en su visión más natural, como parte del ciclo inevitable de la existencia; porque, como diría Renato..." ! todo eso es tan natural, mi socia ! " ...

Tal vez hasta sin querer, nos deja ver la convivencia de una tendencia a ver las cosas en negativo, a enjuiciar y juzgar anticipadamente y, por otro lado, nos deja ver la ventaja de fluir en la aceptación de las cirscuntancias de la vida en el papel divino de Carlota, quien se pasea por su personaje con una naturalidad que deberíamos imitar en la vida real. Un papel que nos muestra la capacidad de amar, de implicarse en un proyecto de vida, así como de aceptar el último viaje con el respeto del sabio que entiende que todo es, apenas, un escalón más.

Esta película, nos representa a todos en algún sentido, esta hecha con amor y conocimiento, nos muestra todas las tipologías humanas así como sus emociones más profundas.

Cada uno de los personajes nos ha emocionado con su maravillosa actuación, cada uno de ellos ha sido espejo de la familia y sus vivencias cotidianas.

No ha hecho falta ninguna balacera ni efectos especiales, no han forzado carcajadas con diálogos vulgares, ni nos han mostrado un drama de lágrima fácil.

La sabiduría y naturalidad de Carlota así como el dolor de Salvador niño, llegan profundo.

No sobra ni falta nada es este filme que recomiendo desde la emoción y la razón por considerarlo un llamado a la recuperación del amor y el respeto en la familia.

Toda esta maravilla de mensaje acompañado por una música excelente, una fotografía inigualable y una actuación que parece no serlo, pues todos nos hemos podido ver identificados en esa realidad .

Esta película requeriría una visión casi obligatoria en una sociedad cada vez más fría, y con una familia cada vez más desestructurada que pide a gritos que volvamos a ver la vida a través de los ojos de los "socios" Renato y Carlota.

Me felicito como Venezolana y me siento orgullosa de esta Película que he visto repetidas veces pues no deja de emocionarme. Es una lección de Vida y tengo que decir que no se me hubiera ocurrido, jamás, un final más bello, más romántico, más sereno y más deseable.

Felicito a todos los que han hecho posible esta Película y les deseo el

Mayor de los éxitos y la mayor difusión para el disfrute de todos".

Delfina Guerreo Haro