Extraordinaria película clásica del cine francés. Tuve la oportunidad de verla este fin de semana y contiene todos los ingredientes para enseñar mas allá de su propia anécdota. Su estructura narrativa, la calidad de sus diálogos y su fino humor la convierten en una cinta entrañable, sencilla y además emotiva. Buena película para aquellos que no saben perdonar y un ejemplo eficiente de cómo se lograba en esa época la calidad al margen de tanta técnica cinematográfica.

Existen obras que sorprenden a pesar del tiempo. Tal es el caso de esta película que a pesar de ser silente, dice mucho sobre la sociedad y sus defectos, enmarcado en una época que bien podría ser la actual. Su genialidad radica en su propia sencillez y la visión de mundo del director precede a la existencia de patrones estéticos, humorísticos, sociales y culturales implícitos en esta obra. extraordinaria. A lo mejor Oscar Wilde hubiese celebrado esta reinterpretación de su obra como un asunto de genios y el propio Lubitsch le hubiese dicho: "Maestro, hemos cumplido". Exquisita y maravillosa.

Me siento orgulloso de ser el primero que valora y comenta esta película dirigida por el divino Abel Gance, de quien he tenido el privilegio de observar su Napoleón y por quien siento gran admiración y respeto. La cinta cayó en mis manos por mera casualidad porque en la caratula estaba un film sobre la vida de Berlioz. Pero por una feliz equivocación, el disco estaba cambiado y en su lugar había esta sublime joya que cuenta la vida del compositor alemán basado en sus propios diarios personales y en la obra de Romain Rolland como fondo a una historia excelente, gratamente orquesta por la música más hermosa de todos los tiempos y con una soberbia interpretación de Harry Baur como el atormentado elegido. Para mayor gloria de la cinematografía universal, esta película supera a todas las que he visto sobre Beethoven, demostrando una vez más porque su director fue el mejor pionero del cine mundial y a quien más de uno le debería dar las gracias antes de encender la cámara de 35 mm..

Cuando uno observa una cinta como esta, puede preguntarse hasta qué punto llega lo que es excelente o extraordinario en el cine. Si bien existen películas muy buenas,incluso, clásicas, es imposible determinar un puntaje para esta conmovedora visión del sistema penal y de cómo su director alcanza las mejores cotas de realismo y literatura, amén del impresionante papel que asume Paul Muni. Película en todo sentido magnifica, ha sido injustamente olvidada, cosa que lamentamos porque si bien ahora celebramos ladrillos como Blade Runner, es triste que una joya cinematográfica de esta magnitud no se prolongue en el tiempo y pase a ser patrimonio cultural de la humanidad. Con un final màs que terrible, esta película nos embarga y debilita como cuando la terminamos de ver y sentimos que esta humanidad no es màs que el triste reflejo de lo que aquí se narra.

No es descabellado pensar que el autor al que conocemos como William Shakespeare haya sido un hombre de mundo, culto, refinado, genial. Tampoco es inverosímil imaginar una película tan exquisita como esta que no adolece de tanto rigor histórico sin antes mostrarnos lo que en realidad pudo haber pasado. Que el personaje que aparece como el verdadero autor de Romeo y Julieta haya sido de la corte de Isabel I y que haya tenido acceso a un mundo vetado al vulgo, no es desproporcionado a nuestra imaginación y nos acerca màs a un hecho irrefutable: William Shakespeare seguirá siendo el màs grande poeta en lengua inglesa y bajo su sombra continuaran el debate, las dudas, el asombro. Por fin este director se reivindicó conmigo.