Baby Driver parece, a priori, una película fresca, original, de ritmo trepidante que nos hará agarrar los reposabrazos de los asientos como si estuvieramos dentro de su coche escapando a toda hostia de la policía. Bien, no ha funcionado para mí. Me explico.

Empieza de forma fantástica el filme, sorprende con un ritmo latente, un "riff" que invade los primeros minutos de la película para, de forma incomprensible, decaer hasta límites insospechados. Los personajes no son en absoluto creíbles, cosa que sorprende viendo el elenco de actores que aparecen (es que ni Kevin Spacey...y mira que el hombre tiene actuaciones magistrales), los chistes no tienen ni media gracia en general, tópicos de película barata de acción para dar y tomar, etc.

Lo que es peor es que, aun adoptando una perspectiva original mediante el uso intensivo de la música (que a veces encaja muy bien con las escenas), justificada por un problema en los oídos del protagonista, se siente como cualquier película de mediocre para abajo a partir de los 20-25 minutos. Una decepción.

Se trata de un documental interesante fundamentalmente por la temática a la que nos acerca, siempre de forma amena y para todos los públicos, en el sentido que puede ser perfectamente una primera toma de contacto con el concepto de la renta básica. Dispone también de entrevistados de renombre que nos ofrecen opiniones sólidas y claras (a destacar aquí cierto fundador de cierta cadena multinacional cuyo nombre no quiero acordarme).

Ahora bien, qué no es este filme: una ejecución objetiva, que cuenta qué inconvenientes tendría la implantación de este sistema, puesto que óbviamente los habría, aunque sea hipotéticamente porque no existe un ejemplo práctico a gran escala. Una explicación de CÓMO SE HARÍA, que para mí es lo que más curiosidad me despierta y sobre lo que más ignoro ya que, por concepto me llama la atención y tendiría a estar a favor de un sistema en el que no existiera pobreza, entendiendo pobreza de forma simplificada como pasar hambre/no poder comer bien y/o no disponer de asistencia médica de calidad, ni de educación, etc. Aquí es dónde falla esta propuesta en la que, aparte de un brevísimo supuesto, no ahonda en el mecanismo para alimentar las rentas.

Aun y la crítica, os animo a visualizarlo puramente para informaros sobre la idea que, repito, es muy interesante, y para reflexionar sobre cómo sería nuestra sociedad de funcionar de la forma que se propone, pudiéndonos ayudar con los pequeños ejemplos reales que se facilitan.

Esta entrega acerca al espectador el mundo de los hyper,mega,ultra...cars o cómo querais llamarlos, los cuales responden a una evolución de los superdeportivos de antaño utilizando la última tecnología disponible en cuanto a motores (hibridación), chasis (monocasco de carbono) o aerodinámica (activa).

Se utiliza Koenigsegg y su 1:One como columna vertebral del filme, para después hacer un repaso de las propuestas referentes como Ferrari LaFerrari, Porsche 918, McLaren P1 o Pagani Huayra, lanzadas los últimos años, aunando las particularidades de cada uno de los modelos que están escribiendo la historia del automovilismo.

El resultado es una hora y poco de un material ameno y llano secundado por parte de diferentes personalidades, entre ellas el gran periodista británico de motor Chris Harris, quien tiene la capacidad de transmitir perfectamente sus sensaciones vividas dentro de los coches y fuera de ellos. Además, el apartado fotográfico no se queda para nada corto, capturando imágenes de enorme calidad para nuestro deleite.

Recomiendo Apex a todas las personas mínimamente interesadas por el mundo de los coches, aun sin tener conocimientos técnicos.

Creo que con el título lo resumo. En los largometrajes el tiempo es oro, la gestión de este es importante, difícil dar cabida a escenas directamente prescindibles, que no sugieren nada, que dan vueltas a lo mismo o que no dan detalles interesantes y que resulte en un buen filme. Este tiene para dar y vender.

Como espectador, uno se esfuerza en mantener la atención a la espera que suceda algo sustancial, palpable, sorprendente...hasta que se acaba la película. Mala hasta decir basta.