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España España · Brigadoon
Críticas de Bobelia
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Críticas 23
Críticas ordenadas por utilidad
8
19 de septiembre de 2009
35 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Two-Lane Blacktop reinventa el concepto de road movie que existía hasta entonces cuyo mayor exponente era Easy Rider. Hellman se despoja de todo artificio con una realización sobria y tosca, como una bocanada de polvo del camino por donde trascurre la acción. Su realización puede definirse como cine en estado puro, con parquedad de medios y carente algo que distraiga al espectador. En la cinta abundan los planos largos, el ritmo es cadencioso, casi exasperante, con profundos silencios de los protagonistas que vagan como autómatas por la Ruta 66. No hay lugar para las emociones humanas, tan solo el breve placer que produce una carrera en una vieja carretera olvidada en cualquier lugar del país y de nuevo la rutina del asfalto. La idea de Hellman parece ser la de desmitificar el universo onírico, idealista y errante de la cultura Hippie de finales de los sesenta. Ya en los setenta se había producido el desencanto de esa generación que pensaba que podía cambiar el mundo pero que fueron engullidos por el sistema.
Monte Hellman expresó en esta película la desazón y la falta de rumbo de parte de la sociedad americana de principios de los setenta. Fue su primera y última película para un gran estudio, la Universal, y como sus otros filmes fue un estrepitoso fracaso comercial, aunque con el tiempo se ha convertido en un filme de culto avalado por la mayor parte de la crítica especializada. Carretera Asfaltada En Dos Direcciones es una obra atípica que dio una vuelta de tuerca al género de las road movies desmitificando su romanticismo y que con el paso del tiempo se ha convertido en un clásico incontestable. Hellman nos deja para el recuerdo la escena final de la película donde los dos protagonistas conducen hacia la nada y el celuloide se deshace por el fuego.
Bobelia
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9
19 de septiembre de 2009
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cinta de Tourneur no solo está considerada uno de los mejores exponentes del cine negro, sino que es una de las mejores películas de la historia del cine. Jacques Tourneur, un francés que emigró a los Estados Unidos cuando era joven, supo imprimir al filme su propio sello, creando atmósferas inquietantes, personajes bien definidos y retratando a una de las femme fatal más destructiva de todos los films noir.
El argumento nos cuenta la historia de un detective privado retirado, que vive oculto bajo el nombre de Jeff Baily en un pueblito del interior de California, que es reclamado por su antiguo jefe Wit Sterling para que le ayude con un asunto de impuestos en San Francisco. Baily y la amante de Sterling, Kathie Moffat, se fugaron juntos tiempo atrás y esta lo abandonó tras el asesinato del socio de Baily por ella misma. Ahora Kathie a vuelto con Wit, por lo que Baily sospecha que todo el asunto puede ser una trampa. Baily tendrá ahora que afrontar su pasado y saldar cuentas si quiere comenzar una nueva vida con su nuevo amor, una chica del pueblo llamada Anne Miller.
Robert Mitchum como Jeff Baily realiza una de las mejores interpretaciones del género, con su gabardina blanca, fumando y bebiendo continuamente. Jane Greer en el papel de Kathie Moffat desarrolla el mito de la mujer fatal hasta las últimas consecuencias, arrastrando a la perdición a todo aquel que se cruce en su camino. Kirk Douglas interpreta al mafioso con sed de venganza, que no perdona la deslealtad y que todo lo consigue por medio del dinero. El guión que corrió a cargo de Daniel Mainwairing, autor también de la novela, se desarrolla de forma milimétrica, con una trama compleja ambientada en multitud de escenarios distintos. La fotografía en blanco y negro de Nick Musuraca, tanto en las ciudades como en las montañas, es luminosa por el día y ténebre por la noche.
Retorno al pasado nos habla de personajes atrapados en una huida hacia adelante cuyo pasado les pasa factura, donde nada es lo que parece y todo puede cambiar de repente. La debilidad humana y la codicia son retratadas de forma excelente, también la amistad y la bondad aunque aquí son menos atractivas para el espectador. Retorno al pasado nos muestra que nada es blanco o negro, sino que la vida tiene una maravillosa escala de grises.
Bobelia
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8
19 de septiembre de 2009
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras el fiasco que supuso para Peckinpah la adulteración de la ambiciosa Pat Garrett y BillyThe Kid, este se refugió para su siguiente filme en un país que conocía y que le entendía a la perfección, Méjico. Allí, rodeado de grandes amigos y libre en su creatividad realizó en 1974 Quiero la cabeza de Alfredo García (Bring me the Head of Alfredo García, 1974).
La película nos narra la historia de un cacique mejicano que ordena que le traigan (literalmente) la cabeza de Alfredo García, un ex lacayo que ha dejado embarazada a su hija y que después ha desaparecido. Ofrece un millón de dolares por dicho trofeo por lo que un montón de matones a sueldo se pondrán en marcha para capturarle.
Se trata posiblemente de la película más personal de Sam Peckinpah. Una historia absurda y surrealista a medio camino entre el thriller, el western y una road movie. Aquí Peckinpah da rienda suelta a todo lo que caracteriza a su cine, el caos en la narración, gran carga psicológica y ambigüedad en los personajes principales, la figura del antihéroe o perdedor, personajes femeninos sin prejuicios de género, violencia extrema pero con una gran carga lírica o la fatalidad del destino. Sam Peckinpah nos muestra la cruda realidad mediante caminos polvorientos, sudor, sangre, paisajes agrestes, tugurios de mala muerte, ladillas, putas o el fervor religioso de los mejicanos. Warren Oates está estupendo en el papel de perdedor que busca la recompensa por la cabeza de Alfredo García. También participan actores habituales del director como Robert Webber, Gig Young o Kris Kristofferson y su elenco mejicano favorito con Isela Vega, Emilio Fernandez o Chano Ureta. El guión es del propio Peckinpah junto con su ayudante Gordon Dawson. La música, aparte de sonar algunos corridos y canciones mejicanas, cuenta con una partitura del también habitual Jerry Fielding. La fotografía está realizada por Alex Phillips. Cabe destacar que no se abusa excesivamente de las muertes en ralentí, recurso frecuente en los filmes de Peckinpah por esos años.
Sam Peckinpah realiza una obra sin concesiones, su universo plasmado en una historia llena de lirismo, caos y violencia que hará las delicias de los amantes de este gran director de cine.
Bobelia
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6
19 de septiembre de 2009
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine coreano se viene destacando en los últimos años como una potencia emergente en el mercado asiático. Su industria ha sido capaz de tratar de tú a tú a gigantes asiáticos de la industria del cine como son la industria japonesa y las producciones de Hong Kong. Es curioso que incluso las grandes producciones americanas evitan estrenarse en el país asiático a la vez que las coreanas, ya que estas arrasan en taquilla y su cuota de pantalla es muy superior a la del cine extranjero que se proyecta. En los últimos años y al cobijo del éxito en su propio país han aparecido gran cantidad de realizadores, actores y actrices que han traspasado sus propias fronteras y han puesto a la cinematografía coreana en la cresta de la ola. Dentro de la industria coreana se pueden distinguir dos vertientes, una enfocada al cine mas intimista y de autor con ejemplos como Ki-Duk Kim, Lee Chang-dong o Hong Sang Soo y otro con un enfoque más comercial aunque no exento de calidad donde destacan realizadores como Park Chan-wook, Bong Joon-Ho o Kim Ji-woon.
De este último realizador he visto su ultima película El bueno, el malo y el raro del 2008, una especie de Western asiático inspirado en la gran obra del italiano Sergio Leone El bueno, el feo y el malo de 1966.
La cinta nos cuenta las andanzas de tres personajes antagónicos en busca de un tesoro enterrado en la Manchuria de los años 30. No solo ellos van detrás de él, sino que bandas de forajidos y el ejército japonés se interpondrán en su búsqueda. La película de Kim Ji-woon cuenta con tres de las mas cotizadas estrellas del cine coreano en los papeles protagonistas como son Lee Byung-hun en el papel del malo, Song Kang-ho en el del raro y Jung Woo-sung en el del bueno. Se trata de una historia trepidante, llena de escenas de acción magistralmente realizadas, con unos efectos especiales a la antigua usanza, osea sin trucos de ordenador. La fotografía está tratada de forma luminosa, sacando todo el partido a los espectaculares paisajes desérticos de Manchuria. El guión, aun siendo lo más flojo del filme, no desentona con el resto aunque en determinados momentos resulte algo complicado de seguir.
Se trata de una buena película de entretenimiento, con una gran calidad en su realización y que demuestra que el cine coreano sigue en plena forma y llegando con facilidad a los gustos del público.
Bobelia
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6
19 de septiembre de 2009
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fifty Dead Men Walking se centra en un episodio real que ocurrió entre 1987 y 1991. En la película se narra la historia de un activista del IRA, Martin McGartland, que fue captado por los servicios secretos británicos. McGartland evitó por lo menos cincuenta muertes por los informes que pasó a los Ingleses y ayudo a desmantelar parte de la estructura de la organización a la que tenia acceso. Pero tuvo que pagar un precio muy alto por ello, ya que fue repudiado por su comunidad, condenado a muerte por el IRA y se tuvo que separar de su familia.
Kari Skogland es una directora canadiense poco conocida que apenas ha destacado en las obras que ha realizado. En esta, sin embargo, mantiene con pulso firme una narración trepidante. La película funciona perfectamente como Thriller político pero en cambio carece quizás de un tratamiento más incisivo en las raíces del conflicto y en las motivaciones del personaje principal McGartland, ya que estas no quedan del todo claras. Al filme se le achaca cierta distorsión de los hechos en favor del valor comercial de este. Incluso la cinta ha sido repudiada por el propio McGartland, que escribió un libro contando su propia historia. Sin duda pasar tan de puntillas por estas cuestiones perjudica al filme ya que de una buena película de acción hubiéramos pasado, con el tratamiento debido, a otra gran cinta sobre el problema norirlandés. El guión, bien estructurado, es obra de la propia directora. Los actores están bien en sus respectivos papeles, destacando a Jim Sturgess como Martin McGartland y a Ben Kingsley en el papel de Fergus, el contacto de McGartland en los servicios secretos. La cinta está estupendamente ambientada en los lugares donde ocurrieron los hechos por lo que trasmite verosimilitud al espectador.
La película ya desde su estreno levantó una gran polémica por declaraciones de Martin McGartland, de algunos actores del filme apoyando la causa nacionalista y su estreno accidentado en Belfast. Esta historia sigue levantando ampollas entre la comunidad nacionalista del Ulster.
Fifty Dead Men Walking es un buen thriller del que sin duda se podría haberle sacado más jugo, lo que le convierte en cierta forma en un filme fallido.
Bobelia
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