La película destila Jolie-feeling. Parece hecha y soñada a imagen y semejanza de Angelina. Ves la película y en cierto modo sabes cómo es ella, no creo que haya tenido que actuar demasiado. Y creo, sin intentar ser despectivo, que las imágenes y la película es tan hermosa como ella pero eso no quita, que en su búsqueda de perfección, tenga que mirarse al espejo y ver que, pese a todo, pese al dinero, la belleza, el glamour, el estilo, la sofisticación.... es mediocre. Sí señora Jolie, es mediocre, la película y usted, y esto no es malo, yo creo que le aporta incluso mayor belleza a su persona y a su película señora. Nadie es perfecto, y usted tampoco. Puede que duela que se lo digan... En el fondo todos somos mediocres, pero creo que esa búsqueda de la perfección que parece que a usted en cierto modo le obsesiona también le perjudica. Le ha traído lo mejor y lo peor a su vida...

Lo mejor de la película es su marido desde un punto de vista cinematográfico. Y, cómo no, lo más hermoso es usted.

Tendrá que seguir practicando... pero buen intento ;)

El mal genera malestar. Y como una planta, cuando es regado, crece, llegando a poder transformarse en cualquier cosa. Esto cuando se dispersa en una sociedad entera genera un estado anímico latente que se abre camino y el desenlace, aunque arbitrario, puede acontecer de manera virulenta.

Haneke ha conseguido hacer una gran película en donde a mi opinión no existen protagonistas sino que es ese propio malestar el verdadero protagonista. Los actores simplemente son encargados de portarlo y transmitirlo. Haneke lo filma, lo retrata. El cómo lo hace para mí es realmente digno de admirar porque no busca la belleza en la exposición del contenido en detrimento de la historia sino que hace que la historia acontezca y él se coloca sigilosamente delante de ella para que nosotros lo veamos.

Por último, que el malestar del que hablaba sea el germen o no del nazismo me parece una conclusión demasiado arriesgada. Pero sí que es algo que dictaminó en gran parte el latir de una sociedad.

Una película muy aconsejable de ver siempre y cuando uno esté dispuesto a sentarse en el sofá con el intelecto abierto y asumiendo el estilo sobrio del director.

Haneke tiene un estilo único con el cual me identifico mucho. Básicamente retrata vida, o muerte, o lo que sea. Pero en términos generales, más que un cineasta es un retratista diría yo, y eso es lo que me gusta especialmente de él.

En esta película retrata el desenlace de la vida para una pareja de ancianos en la cual ella queda predestinada a un final anunciado. El director no nos lleva de la mano a conclusiones, ni a preguntas, ni a nada, todo surge espontáneamente por pura introspección del espectador, es fantástico. Así, uno acaba haciéndose preguntas como... ¿en qué momento comenzamos a morir? ¿qué es realmente la muerte? ¿se puede morir estando vivo? ¿es el amor un elixir/placebo para vivir esta vida más placenteramente? ¿y qué papel juega ese amor en una pareja cuando un desenlace como éste aparece súbitamente volando por la ventana en una habitación vacía?

Desde mi punto de vista y tras ver la película, y reflexionar... el amor es indispensable para la vida, para la supervivencia. Pero hay un punto en el cual el amor puede convertirse en un ancla y, desde un punto de vista vital, deja de tener sentido, o mejor dicho: "utilidad". Una vez se activa la maquinaria de la muerte, de la decadencia, todo es inevitable, y entonces podemos querer aferrarnos al amor pero de qué sirve, no dejaría de ser algo puramente romántico. Existe una distorsión clarísima entre lo que nos gustaría creer que podemos conseguir y lo que en realidad está sucediendo. El amor se diluye en su finalidad para dar cabida a la moralidad, al compromiso, a lo humano.

Haneke plasma con una exquisita sobriedad la muerte desde que hace click hasta que se consuma pero quizás no cuenta todas las caras del prisma. No todas las personas se comportarían igual y no debe de tomarse la narración de la película como una afirmación, sino como una realidad posible. Quizás otros se aferren más en esos momentos a lo romántico, a lo utópico... habrá muchas formas de vivirlo, mas la cruda realidad será la misma para todos.