Normalmente desde Estados Unidos nos llegan películas de adolescentes alocados en juergas universitarias o perseguidos por psicópatas con máscara. Esta película se centra en otra vertiente de esa adolescencia, mucho más cruel, mostrándonos la vida de una chica, que pasa de la inocencia a la rebeldía. Ayudada por la chica más popular del instituto, verá como su mundo se transforma: los chicos, las discusiones con su madre, las drogas y, como no, el sexo.

Pero lo que late detrás de todo eso es lo que realmente nos quiere mostrar: la inseguridad de una edad conflictiva, los cambios que en esa etapa de la vida se producen y el peligro de afrontarlos sin una red que te sostenga y fundamentalmente la forma en que la sociedad de hoy influye decididamente sobre la creación de una personalidad: el consumismo, la obsesión por el físico, los problemas de familia...

En fin, que “Thirteen” es la antítesis de “Friends”, es el polo opuesto de “Sensación de Vivir”.

Esta penosa película pretende realizar una mirada crítica a las élites mofándose de algunos de sus rasgos más reconocibles y de paso tratando de manera superficial la cultura gay. No hay ningún elemento al que podamos aferrarnos para construir un comentario coherente partiendo de la buena voluntad. No hay modo de pensar en a quién recomendar esta película con guión inexistente, absurdo montaje y una calidad visual horrible y molesta hasta extremos insospechados. Como dirían mis buenos amigos y colegas en lo cinéfilo Tubilino y Vaina, "mejor la cortamos a la mitad y nos tomamos un trallazo".

En primera instancia, tenía unas esperanzas bastante altas depositadas en la película, en especial porque había leído por ahí que la batalla (generalmente lo mejor de muchos films bélicos) se alargaba durante más de cien minutos (y realmente lo hace) y por el hecho de haber oído que no había recibido más nominaciones para la futura entrega de los Oscar (apenas 4, aunque la única importante es la recibida por Ridley Scott) es por algunas escenas que no son del gusto de todos por su dureza (Y es cierto), pero lo que mi cerebro se esperaba era simplemente un rato entretenido y con un guión a la altura, por lo que todo estaba listo para disfrutar de un peliculón, pero pronto eso se quedó en una mera utopía lo del peliculón, porque tras un buen prólogo (En el que se nos comenta lo que yo he dicho en el primer párrafo) la película empieza a adolecer de un guión que siendo franco es imposible calificarlo de bueno, primero por la tendencia a describir de un plumazo a varios de los protagonistas y segundo por hacerse algo pesado y en ocasiones monótono, pero bueno, salvado este renqueante comienzo llega la batalla, realmente lograda e incluso parece real, pero de nuevo las carencias del guión restan puntos a la película, pues es cierto que en las escenas de batalla la importancia del guión se reduce al mínimo, pero el principal problema es que al olvidarse casi por completo del guión hay momentos en que la película no es más que un amasijo de disparos dispuestos para llamar la atención del espectador, pero menos mal que eso sólo es en ocasiones y que en general la película se salda con resultados bastante correctos (En especial por algunos momentos especialmente crudos, como cuando un soldado aparece con las piernas arrancadas por los disparos o cuando otro soldado se ve obligado a seguir conduciendo cuando le han disparado a los ojos y no ve nada) gracias, en parte, a la labor de algunos de los integrantes de su extenso reparto.