Relato del octavo y último viaje de Simbad (Douglas Fairbanks Jr.) por los mares de oriente en busca de Dariabar, una isla secreta donde Alejandro Magno ocultó su tesoro. Este film nos transporta a la Persia de los cuentos de las Mil y una Noches que muchos leímos en nuestra adolescencia.

Las hazañas que aquí relata el propio Simbad, ni sus amigos se las creen. Es lo que hoy sería un superhéroe o un 007. El director Wallace usando el flashback, muestra a Simbad como un diestro espadachín, jactancioso de su habilidad para evadir a sus ambiciosos enemigos, y aunque es previsible lo que viene, la acción tiene giros interesantes que le ponen un toque de intriga.

Pero lo que hace de esta película una joya, es su montaje y la forma en que está relatada. Utiliza un lenguaje lleno de poesía y parábolas combinado con la magia y charadas simpáticas. Nuestra imaginación se alimenta con la ambientación de una ciudad de arquitectura árabe medieval, decorados tiesos, pero con un colorido maravilloso, fastuosos atuendos. Todo hace de este film una exquisitez visual. Si se toma en cuenta que fue producida en 1947, los efectos especiales son muy buenos.

Los personajes, nada tienen que ver con Persia, pero esto es irrelevante por lo encantador de la actuación. Las intervenciones de Malik (Walter Slezak), fiel compañero de Simbad, están salpicadas de humor fino y son hilarantes. No puede faltar una princesa ambiciosa y de carácter, Shireen, interpretada por la bella Maureen O´Hara. El Emir es un jovencísimo Anthony Quinn, con un papel muy soso.

Los tres millones de dólares invertidos en esa época produjo muy buenos resultados. Este film es una verdadera joya que vale la pena ver.

A pesar de haber sido hecha en 1938, el tema sigue tan vigente como entonces. Es como un oasis en medio de tanto materialismo. Una película muy humana, que a través de la exageración de los extremos te muestra a la familia de Alice, que vive para ser feliz con las cosas simples de la vida, mientras los Kirby, viven con los corazones encallecidos por la codicia desmedida, prisioneros del dinero y las posesiones materiales.

Es un film en blanco y negro de lo más entretenido que logra pasarte a diferentes estados de ánimo (si te dejas llevar). Tiene pasajes llenos de fino humor, te provoca repudio en otros, logra hacerte un nudo en la garganta, pero el final, aunque previsible, te deja una sonrisa.



Esta gente, como los Kirby, respira, está muerta, y no se ha dado cuenta.

Un reportero gráfico se ve obligado a guardar reposo por una pierna rota. Mata el tiempo espiando desde la ventana de su apartamento, obsesionado con la desaparición de una vecina. Un argumento sencillo, completamente diferente, pero siempre envuelto en la intriga, la sospecha y un final difícil de predecir. Hitchcock emplea los recursos de filmación con genialidad, una fotografía única. Logra mantener el interés de principio a fin, a pesar que toda la acción sucede en un reducido espacio de la habitación, fuera de la cual se muestra poco a los protagonistas. James Stuart y la bella Grace Kelly logran meterse en sus papeles, sostienen conversaciones inteligentes, con ritmo y hasta Thelma Ritter pone un toque de humor.
En los últimos tres años he visto 28 películas de Alfred Hitchcock, todas son grandiosas, pero por su intenso poder narrativo The Rear Window es la que más me ha sorprendido.

Es una comedia fina y simpatiquísimo del dramaturgo Willy Russell que es llevado a la pantalla con diálogos profundos e inteligentes, magistralmente representado por Pauline Collins.
Ella encarna a Shirley, una ama de casa madura que conversa más con la pared de su cocina, que con cualquier miembro de su familia. A través de estos monólogos, simpáticos e inteligentes, canaliza las frustraciones, los sueños truncados y las emociones que un día vivió... y que en realidad quisiera volver a sentir... .La película tiene ritmo, buena música y giros que la hacen muy entretenida.

Shirley es reflejo de las sociedades machistas que suelen desvalorizar a la mujer, y ésta que no se atreve a salir de las cuatro paredes en las que vive prisionera... hasta que alguien las ayuda. .

Siempre vi en los filmes con Sandra Bullock garantía de personajes agradables, ya sea en roles cómicos o dramáticos, siempre entretenidos, para ver una y otra vez.. Pero “Cuerpos especiales” es una desgarbada y pesada película que en los primeros 17 minutos te introduce e una serie de disparates que será la tónica del resto. Puedes reducir a 40 los 120 minutos que dura, apretando el botón de avance rápido del control remoto, que no te habrás perdido de nada.