Esta película recuerda en cierta medida a la increíble "Uno, dos, tres" de Billy Wilder, por su ritmo frenético y porque desde el primer hasta el último minuto estás en tensión ya que no puedes parar de prestar atención para no perderte ni un solo segundo de diversión.

Desde luego, este tipo de películas son escasas en la historia del cine y cuesta encontrarlas.

Recomiendo esta joya a toda persona que quiera sentirse muy afortunado, al menos, mientras dure la proyección.

Película protagonizada por el fantástico actor Toshiro Mifune que trabajó en 16 películas del genial Akira Kurosawa, director que ensombreció la carrera del gran Kobayashi.

También hay que destacar la presencia de Nakadai, actor que trabajó en 5 películas de Kurosawa pero incondicional de Kobayashi debido, entre otras cosas, a que fue descubierto por él cuando trabajaba de dependiente en una tienda. En fin, todo un galimatías de relaciones cruzadas, gracias a las cuales, todos nosotros hemos podido disfrutar de grandes obras maestras como por ejemplo, Samurai Rebellion.

La película ambientada en Japón en 1725, narra la historia de un samurai que la única queja que tiene de su vida es haberse dejado dominar durante 20 años por su mujer y la familia de ésta, y es por este motivo precisamente por lo que la rebelión tiene lugar, ya que el amor que su hijo siente hacia su esposa Ichi, y los problemas ante los cuales tienen que enfrentarse, le hace luchar por algo que él nunca tuvo, el amor, y por fin, redimirse.

Una vez más, el samurai se encuentra en una encrucijada entre honor, amor, servidumbre al clan y duelo. Kobayashi nos hace participar de las dudas internas de los protagonistas y nos hace sentirnos felices y tristes a su antojo.

Esta película de Yamada proporciona un auténtico placer para los sentidos y te inspira para indagar en el por qué de la triste desaparición de los Samuráis.

Por lo que he podido leer y para ser breves, en 1600 Japón se unificó, y a consecuencia de la escasez de guerras, los samuráis perdieron su preponderancia. El sistema de gobierno ejercido durante la era Tokugawa entró en decadencia a finales del siglo XVIII y Japón comenzó a dirigirse hacia una vida más occidental. No había ya necesidad para los guerreros, para los samuráis. Fueron abolidos oficialmente en los primeros años de 1870, aunque nunca fueron olvidados.

Gracias a estas maravillosas películas podemos comprender mejor la vida de estos hombres que desgraciadamente dejaron de existir.

El hecho de que en toda la película solo podamos disfrutar de un único combate, nos hace comprender, por un lado, la importancia de la vida y de la muerte para el samurái, lo cual, no queda claro en todas las películas del género y por otro lado, el respeto que el gran director Yamada siente por estos grandes hombres.

Está claro que estamos ante un película única para conseguir un objetivo: comprender el sentimiento del samurái. Ustedes disfruten!