Se le cae a uno el alma a los pies al hacer un recorrido de las series que pueblan ahora mismo nuestra televisión. Adolescentes hormonados, intentos de sitcom a cada cual más patético, nada nuevo bajo el sol.

Cuando nace una propuesta innovadora y original como es Flaman, lo normal debería ser apoyarla. David Sainz y su equipo son una máquina de crear arte, sin más, y ha quedado demostrado tanto con este proyecto como con su hermana Malviviendo.

En Flaman nos encontramos con una premisa nunca antes vista, unas actuaciones mucho más notables que las de otras "grandes" series (hasta los chavales se salen, pero es que es ver a los actores adultos... pura profesionalidad) y con unos efectos especiales que podrían facilmente camuflarse en cualquiera de las últimas películas de Marvel. El guión es ágil y cercano, con múltiples referencias culturales a la España actual y a su juventud, que nos regala gags realmente memorables, algunos incluso con cierto toque de humor negro. También
hace gala de cierta crítica social. Otro acierto es la banda sonora, muy acertada y que pasa de melodías "cañís" a melodías épicas según la escena, la intro también es pegadiza.

Y para los más "freaks", como yo, disfrutarán como un niño ante la enorme cantidad de guiños a super-héroes clásicos, juegos de rol, videojuegos y cine de fantasía.

Una lástima que no se quiera darle más amor a esta serie, si yo fuera un pez gordo de algún canal, iría corriendo a darle un maletín de billetes al equipo de producción para que me hiciera 4 o 5 temporadas más, a esta serie se le puede sacar un jugo increible.

Animo a todo el mundo a verla, los episodios apenas duran media hora, y pasan volando, entretenimiento puro, risas aseguradas, incluso momentos de gran carga emocional en el tramo final.