Reconozco que tenía muchos prejuicios de esta película. El primer prejuicio, es obvio, venía por su extenso metraje, por otro lado, por mi desconocimiento de la existencia de este director, pese a que ya tiene una decena de películas filmadas, y todas ellas además de larga duración. También, por estar presentado en un festival independiente como es el Festival de Cine de Murcia (IBAFF). Y por último y no menos importante, por el país en el que esta rodado.

Llevaba días preparado para la traca máxima que supone ver 250 minutos de película. Pues bien, los prejuicios fueron cayendo uno detrás de otro como muros. Cada secuencia era una bofetada en mi cara.

Norte, The End of History es la historia de tres personas pero que definen de forma profunda y detallada la situación que vive un país olvidado pero complejo en el mundo globalizado que vivimos: Filipinas. Corrupción, desigualdad, generalización del dogma católico, descontento social y multiculturalidad en la base de la historia de Norte. Problemas que se muestran a través de los personajes sin forzar y sin recurrir a ningún tipo de artimaña. Sus vidas, tal y como están narradas, nos hacen deducir las penurias sociales, económicas, familiares y existenciales que lastran día a día.

En primer lugar tenemos a Joaquin, un hombre sencillo y común con pocas aspiraciones, que simplemente vive. En segundo lugar tenemos a Eliza, esposa de Joaquin y que ambos forman una familia con dos hijos, una mujer trabajadora y dedicada a su familia. Por último tenemos a Fabian, un intelectual frustrado con ideas radicales y vocación jurídica. Todos estos personajes le deben dinero a una prestamista local, que es asesinada junto a su hija por Fabian, pero acusan a Joaquin que además se inculpa del crimen. A partir de este momento, a cada uno le toca enfrentar la vida a su manera, que se nos muestra de una forma tan real que incluso nos sentimos identificados con las acciones y palabras de cada uno.

La película es una reflexión de la verdad, la libertad, la bondad, la moral y de todos los anhelos y preguntas que subyacen bajo la condición del hombre. Es una película realista, profunda, compleja y honesta, que bajo un cuidadoso y acertado guión, se descomponen todos estos elementos intrínsecamente humanos desde los acontecimientos que se precipitan en cada individuo.

En el apartado técnico, se aprecia la experiencia del director con la que podremos disfrutar de una excelente producción, unas notables interpretaciones, una delicada fotografía que aprovecha paisajes y espacios de forma sobresaliente, y de una película que ciertamente es lenta y que precisa de una ejercitada paciencia por parte del espectador, pero que contradictoriamente, se deja llevar. Tenemos una forma de narrar que evoca al cine clásico. Y es aquí donde se asienta la base de la duración de la película. Una reflexión del tiempo, en un país donde el tiempo no importa, la vida simplemente ocurre. Pero estoy de acuerdo; sin embargo, que con una hora y media menos de duración el mensaje que nos quiere trasmitir podría haber seguido intacto.

En definitiva y para quien tenga la oportunidad de verla, le aconsejo que se arme de paciencia pero que se deje llevar, que el resultado será sin duda, positivo.

La expectación era máxima, la sala estaba casi completa en el Festival de Cine de Murcia (IBAFF) , todo el mundo estaba deseoso de ver la primera Opera Prima del festival. Las críticas que había tenido de esta "película" eran como mínimo, aceptables. El director además, en su condición de ser murciano, se hallaba en la sala para después intervenir en un coloquio posterior. Todas las cartas estaban puestas sobre la mesa.

Craso error. Evidentemente, mi mayor desacierto fue no mirar las críticas de los usuarios de Filmaffinity, pero aun así estaba obligado a ver esta proyección (no voy a llamarlo película por respeto al cine) al ser miembro del jurado popular, así como el cerdo que va voluntariamente al matadero.

Abre un corto de 26 minutos que dentro de lo que cabe se deja llevar, sobretodo después de la que se nos iba a venir encima. Empieza "El futuro", fijarse que ya no me acuerdo ni como empezaba, mi cerebro ha hecho lavado de memoria en estos pocos días que han pasado desde su visionado y ha enviado la proyección a lo más profundo del subconsciente para no volver jamás. Lo que puedo decir, con mucha sinceridad, es que conforme pasaban los minutos yo perdí la noción del tiempo y del espacio, me sentí, con la mano puesta en el fuego, que miraba continuamente a la sala para ver si había gente igual de angustiada que yo, y vaya que si la había. Para que yo mire el móvil en una proyección ya tienen que caer truenos, y lo miré cinco veces además de mantener alguna que otra conversación virtual con conocidos que estaban allí presentes.

Dicho esto, de lo que trata esto son imágenes sin ningún tipo de sentido ni argumento de una fiesta en los años ochenta durante una hora, realizadas de forma pésima pero que según el director fueron realizadas de una forma deliberada.

Y es razonable que os hagáis ahora la pregunta del millón: ¿Porqué le he puesto un 3?. Pues lo cierto es que después de la película el director supo seducir con su verborrea al público que por general e incluido yo, se ahogaba en la mala hostia y la rabia. Habló de este "trabajo", pero sinceramente, en muchas cosas no cuelan las excusas Luis. He visto cine experimental y en la mayor parte de las películas de este tipo he sentido curiosidad en lo que venía después. Aquí el director se ríe de la gente, la película es vacía, vacua, no trasmite, no da curiosidad, quieres irte desde el primer minuto. En palabras del director, su proposición era realizar un trabajo visual que pareciese grabaciones amateurs de una fiesta de esa época. Entonces es cuando pienso que yo también he grabado fiestas de forma amateur y le he dado sentido a lo que grababa.

Es simplemente y en definitiva, una estafa que además esta mal elaborada. Gracias que no pagué por ella. Si le he puesto un 3 es por el "esfuerzo" de situar al acción en su contexto (pese a muchas anacronías y errores técnicos), y el arte que ha tenido al vender una sinopsis tan potente y engañosa, además de comprar a la crítica profesional. Pero un mensaje tengo claro para este director: dedícate a otra cosa, para saber hacer cine no solo hay que entender, hay que saber ponerlo en práctica.

PD: Yo también me reí cuando vi a tantas personas en la parte de "guión" en los créditos.

Vivimos en la época en que las series son mejor que ir al cine. True Detective es una de ellas, otro ejemplo paradigmático que se encuentra de la excepción en la regla. Una serie hecha con un nervio impresionante, y un talento innegable. Encontramos referentes, sí, pero también encontramos personalidad, originalidad única. Y es que uno se da cuenta que cualquier tiempo pasado no fue mejor si uno se topa con productos como éste.

Más allá de una serie policíaca, nos encontramos el análisis de unos personajes con un mundo propio, individuos llenos de grises, introvertidos, con ambiciones y objetivos muy dispares y a veces nada claros. True detective no vende falacias del bien contra el mal, la luz contra la oscuridad, este falso dilema, este dualismo se funde para encontrarte con una atmósfera tan decadente como melancólica, nihilista pero vital. Oscuridad, reflexión, profundidad. También esperanza y valores.

Una sucesión de ideas que taladran la propia conciencia del espectador, en tal solo 8 capítulos. Un nivel técnico impresionante, sin miramientos en cuanto a producción. Una realización que abarca el conjunto que conforma la narrativa audiovisual. Y unas interpretaciones sobresalientes son las que finalmente hacen que True Detective sea una serie totalmente redonda, como un círculo plano.

Documental en mudo (solo con alguna voz en off) que muestra imágenes de archivo sobre la invasión italiana a Etiopía y la Libia italiana. Se pueden contemplar vídeos sobre la represión fascista, el colonialismo, la muerte que esto supuso para miles de personas, así como otros vídeos de corte etnográfico. Es simplemente eso, pero hay que matizar algunas cosas. En cierto modo se ve el esfuerzo que han dedicado sus autores para recopilar estos vídeos, pero su realización es pésima, resulta larga, aburrida y además, algunas cosas no se llegan a entender ni a situar en su contexto. Por eso le pongo un cuatro, me parece un aceptable trabajo de recopilación, pero hay que saber hacer un documental. Podría haber sido mucho más si hubieran incluido una voz en off que explicará el porque de la imágenes, y realizar un mejor montaje seleccionando los archivos más destacables, pero da la sensación que han decidido juntar lo que han reunido, darle un sentido cronológico, añadirle una música que además distorsiona la percepción realista de las imágenes que se ven y poco más.

Felicito a este director por su inexistente sentido del ridículo. Vergüenza ajena me daba visualizar esto. Me salí poco antes de la mitad de la película, tal y como hizo la mitad de la sala. Me parece increíble que una persona tenga el valor de presentar esto, del mismo modo que se acepten cosas así en festivales. Es un insulto al espectador, un panfleto político, trata sobre un tema que viendo cualquier debate en televisión, vas a sacar mejores conclusiones.